Un día.Solo eso quedaba, un día. Un día más y Connor debería enfrentarse a la persona que su padre hubiera elegido. Había estado entrenando intensamente y había estado dando su mayor esfuerzo. Debía ganar, además de que lo quería, debía hacerlo.Ethan continuaba anonadado desde el día anterior. Connor le había dicho que lo amaba, no se lo esperaba para nada, realmente no, no le creía, o bueno, quería hacerlo pero no estaba del todo seguro.La vida era injusta, el amor lo era también. El amor así como florece, se marchita y desaparece con el pasar del tiempo. El moreno lo había aprendido por las malas. Quizá Connor ahora lo amaba, quizá estaba hasta ilusionado o confundido. Pero no estaba del todo seguro de si realmente podía llegar a sentir algo por él, claro que no, se trataba de Ethan, ¿realmente alguien podría amarlo? Era un egoísta y caprichoso, nada más que eso, solo pensaba en sí mismo y no le interesaba nada más en lo absoluto, no hacía más que pensar en su propia persona, nad
Era el día, aunque el moreno debía aceptar que de encontraba algo exhausto, la noche anterior había estado con Connor, teniendo sexo sin parar, supuestamente el castaño se encontraba estresado y Ethan estaba dispuesto a ayudarlo a quitarse ese estrés, era más que obvio.—Tranquilo, Alfa, verás que todo saldrá bien, no deberías de preocuparte, sé que eres muy fuerte.—Lo sé, pequeño ángel, no es eso lo que me preocupa.Se acercó al más pequeño y posó un beso en su frente mientras se dirigía al baño y C.M miraba a E.C fijamente para después oírlo temblar un poco, algo extraño sucedía y Ethan no estaba al tanto de ello, ahora sí estaba más que molesto.—¿Sucede algo? Parece ser que soy el único que no sabe al respecto.—No sucede nada, Ethan, si no te tranquilizas voy a obligarte a estar aquí y no podrás ir a ver el enfrentamiento.—Bien.Se sentó en la cama y se cruzó de brazos con molestia. Detestaba no saber lo que sucedía a su alrededor, se sentía como un idiota.—Ven, E.C, a ver si
Su cuerpo le pesaba en demasía, se sentía exhausto, como si hubiera caminado por horas mientras cargaba algo muy pesado, quizá más pesado que él. Sintió los rayos del sol dar de lleno en su rostro mientras dormía, no podía continuar con lo suyo ya que no se sentía cómodo de aquella forma. Se estiró un poco y después se sentó en aquel suave colchón en el que se encontraba.Miró a su alrededor y pudo ver una habitación bastante pequeña y acogedora, la cama en la que se encontraba estaba en el centro y era una cama matrimonial, al lado de la misma había una mesita de noche y habían algunos muebles en aquel lugar, pero no les prestó mucha atención.Unas voces lejanas a él pudieron ser percibidas por sus oídos por lo que se levantó lentamente y comenzó a caminar hacia la puerta aún confundido, necesitaba saber de quién se trataba y lo más importante; ¿qué hacía ahí? ¿Dónde estaba?—Por favor, necesito que cuiden de él, no será por mucho tiempo, Connor no puede ahora mismo y no confía en na
El olor de aquel lugar era terrible, se sentía en todos lados y demasiado fuerte, tanto que el rizado deseaba no poseer olfato, ya no soportaba aquello, el olor a enfermo, a remedios, el olor asqueroso que largaba cada esquina del establecimiento.Suspiró mientras se acomodaba en su silla y miraba su reloj, llevaba más de diez horas ahí y aún se encontraba igual de preocupado que desde que había llegado. Connor aún no despertaba y los médicos hacían lo posible. Tenía fe en que su amigo iba a estar bien, pero aún así no podía evitar preocuparse, el enfrentamiento había sido demasiado para C.M, obviamente el híbrido que había propuesto Cedric era mucho más fuerte que el lobo de Connor, cualquiera era más fuerte que C.M incluso el lobo de Isaac que ni siquiera tenía conexión directa con una de las razas, pero bueno, Connor había decidido arriesgarse y Harold nada había podido hacer para detenerlo más que advertirle lo que sucedería con él.Suspiró mientras se abrazaba a sí mismo con alg
Su corazón latía tan fuerte en su pecho que podía jurar que veía cómo su piel se estiraba cada vez que éste rebotaba, le hacía calor y su cabello acababa de pegarse a su frente mojada. Cerraba sus ojos con fuerza, sintiendo hasta algo de dolor al hacerlo, no sabía de qué otra forma podía aliviar lo feo que se sentía aquello.Apretó en un puño las blancas sábanas y después una lágrima solitaria cayó por su ojo, ahí comprendió que el dolor que sentía era más fuerte que él. Abrió ambos ojos de golpe mientras observaba toda la habitación buscando que alguien se encontrara ahí con él para ayudarlo, para hacerle sentir mejor, para inyectarle algo y dormirlo, no aguantaba más, se sentía al borde de la muerte y no le sorprendería que eso sucediera.—Doctor, el paciente Morris, no se encuentra muy bien, por favor, venga.Una voz femenina se oyó desde afuera, Connor pudo reconocer a una de las tantas enfermeras que entraban para revisar sus signos vitales y toda la cosa. Sintió cierto alivio pe
Miró hacia todos lados algo confundido y después se sentó en la cama mientras se estiraba un poco. Bostezó y después se bajó del suave colchón para caminar hacia la puerta, había demasiado silencio y todas las mañanas despertaba gracias a que Alex entraba en su habitación hablando realmente fuerte o haciendo algún tipo de ruido para que se despertara.—Oh, hola, Ethan.Alzó una ceja y miró hacia su izquierda hasta dar con el castaño que estaba en la cocina preparando algo.—Hola, Daniel.Se acercó a él y observó curioso lo que el Alfa se encontraba haciendo. Al parecer Daniel estaba preparando el desayuno, pero le sorprendió solo ver dos platos en la encimera en lugar de tres, como usualmente solía ser. Alzó una ceja confundido y después se sentó en el desayunador que había en la misma habitación.—¿Y Alex?—Fue a la mansión a tratar asuntos familiares, ahora que Connor ya no está a punto de ser jefe parece que se han acordado de la existencia de Alex en la familia y lo han llamado, r
Se sentó con algo de dificultad en aquella incómoda camilla, se sentía bastante adolorido, dormir ahí ya le estaba haciendo mal a su pobre espalda pero nada podía hacer, aún estaba en recuperación.—Hey, aún no puedes pararte.Una voz ajena a él lo sorprendió obligándolo a girar la cabeza para mover sus ojos por todos lados hasta dar con la puerta y ver a su mejor amigo parado ahí.—Lo sé, pero si sigo acostado en esta maldita camilla podría suicidarme.—Sí, pero el doctor te dijo claramente que debías quedarte en cama, idiota.Harold se acercó a paso lento mientras observaba a su amigo tratar de pararse de la cama.—¿No vas a impedirme hacer esto?—Es en vano, Connor, prefiero que, como lo haría un niño pequeño, descubras tú que hacer eso te va a dañar antes que intentar impedir que te muevas.—Eso es cruel.El castaño volvió a sentarse y soltó un suspiro algo cansado. Miró al costado de su camilla, había una camilla más en la que se encontraba C.M, descansando, sereno y tranquilo, e
—Vas a tomar tus cosas y vas a irte lo más lejos que puedas, no temas, no estarás solo, no podría permitirlo. Vas a correr y correr, lo más rápido que puedas, sin mirar atrás ni nada, solo con la vista en el frente y preocupándote por estar lejos de aquí.Las grandes manos del chico que tenía en frente se encontraban sobre sus hombros con algo de fuerza. Sus orbes verdes estaban clavados en los suyos fijamente, como si aquello fuera a lograr que le pusiera más atención a lo que le decía.—Corre, no te detengas por nada ni por nadie.—Daniel, ¿por qué tienes ese olor?El rubio frunció el ceño en cuanto entró a la casa y se acercó al Alfa con mirada interrogante y ligeramente extrañada.—¿Qué olor?El castaño no entendía a qué se refería el más pequeño por lo que solo se encogió de hombros como si no entendiera nada.—¿Acaso me has estado engañando?—¿Qué? Claro que no, Alex, ¿de qué demonios estás hablando? Tonto.—Tienes un muy fuerte olor a Omega, Daniel.El moreno se dejó caer de es