Nunca pensé que me pondría tan nerviosa ante la mirada de nadie, pero Heidi sin duda tiene una mirada que hace dudar tu existencia.
Ella me mira como algo que no logra descifrar y eso me pone aún más nerviosa.
Tiene sus dos manos en los bolsillos de su bata y tiene ligeramente el ceño fruncido, comienza a dar pasos hacia mí, inevitablemente mí pulso se eleva.
¿Porqué estoy tan nerviosa?
Solo es Heidi.
Y te acaba de ver besar a Aaron.
Mis manos tiemblan ante ese pensamiento cierro los ojos por unos segundos y suspiró pesadamente.
Ella se detiene a unos cuantos paso de mí y su labio inferior se curva en una pequeña sonrisa, frunzo el ceño.
—¿Qué?—No puedo evitar preguntar.
Vacila un poco con una sonrisa y luego pregunta—¿Están saliendo?
Mis ojos se abren en sorpresa.
—
Lidiar con la culpa es algo complicado, muy complicado, y lo es más cuando todas personas que tú quieres te lo echan en cara.—Solo eras un niño—murmuro en medio del abrazo, Aaron se separa un poco sin romper por completo el abrazo.—Mi padre me enseñaba a conducir—dice y hace una pausa—El estaba alterado igual que mí madre y Jasper no tenía ni idea de cómo conducir, y solo subí al auto y comencé a conducir—suelta un suspiro y cierra los ojos—Yo no quería que…—su voz se quiebra y mí corazón se estruja, lo envuelvo en mis brazos pegándolo más a mí.—No fue tu culpa—digo y tomo su rostro entre mis manos—No fue tu culpa Aaron, no lo fue—libero el agarre y una fuerte brisa golpe mí rostro.Volvemos a quedar en silencio y veo como el juega con los dedos de mis manos, no puedo evitar sonreír.—James—dice y suspira.Sé que está apunto de decir algo importante, por eso me mantengo en silencio solo escuchándolo.—James—hace una p
¿Sorprendida? Para nada, tarde o temprano pasaría.Pero esas simples palabras hacen que mis hermanas se desestabilicen. El silencio que se forma en la habitación es simplemente tensó, papá apreta una y otras vez sus labios, Hanna observa a Heidi buscando algún rastro de mentirá en lo que acaba de decir y Zoe simplemente ve a un punto fijo en la pared.Yo solo puedo ver lo que ellos hacen.—Chicas—comienza Heidi. Zoe levanta una mano en señal que espere un poco, toma un poco de aire y parpadea un par de veces. No sé lo esperaba.—¿Como que no está funcionando?—pregunta Hanna en susurró.Heidi me da una mirada leve y asiento con la cabezas haciéndola entender que hablé.—Tu cuerpo no está recibiendo el medicamento como debería—dice y pone su vista en mí— Lo está rechazando, no hace nada de efecto en ti.Zoe se deja caer en una silla poniendo sus manos encima de sus piernas y suspira, papá está en completo silencio tratando de analizar t
25 de Marzo del 2017.—¿Cámaras?— pregunto tomando un sorbo de mí jugó.—Asi es.—¿Porque cámaras?—vuelvo a preguntarle.—Me gusta inmortalizar momentos de mí vida, ver recuerdos y pensar que en esos momentos era feliz— lo observó por unos segundos.—¿Qué?—pregunta al ver que no digo nada.—Nada, solo que eso fue—hago una pausa—profundo—termino y el ríe— No te rías—le digo pero terminó riendo también.—Y a ti—me señala.—Yo ¿Qué?— acomodó mí mochila a un lado de la mesa.Puede ser que en este momento nos estemos saltado la última clase para poder hablar en la cafetería, mientras solo somos el y yo. Lo hemos hecho los últimos cinco días.—¿Cuál es tu cosa favorita?—pregunta tomando una patata.—No tengo una cosa favorita cómo tal—le respondo— pero antes me gustaba pintar.— ¿Ah sí?—Si— sonrió.—¿Porque ya no?—guardo silencio mirándolo.—¿Que pasa, porque me miras así?
¿Encariñando?Me estoy encariñando de Aaron o de lo que sea que tengamos. Esto no es bueno.—¿Puedo pasar?— escucho la voz de Zoe preguntar.—Seguro.Me acomodo de piernas cruzadas en mí cama y sostengo una almohada entre mis manos.—¿Pasa algo?—le pregunta al ver qué no dice nada.Niega con la cabeza.—No, solo que— suspira y sonríe— hace mucho que no te veo sonreír así.Se recuesta entre mis piernas y yo reniego.—¡Zoe!—¡No te estoy haciendo nada! Eres una gruñona.—Invades mi espacio.—No lo hago.—¡Claro que sí!
Siempre va a ver un momento en nuestras vidas dónde nos vamos a querer rendir, esa voz en nuestras cabezas diciendo que ya no podemos más. Ese sentimiento de querer huir y dejarlo todo atrás, de tener el mundo perfecto. Yo lo sé muy bien porque desde hace más de un año eso es todo lo que he sentido.He querido huir y volverme invisible, sin importar qué o quiénes, siendo un poco egoísta y solo pensando en mí. Trate de dejar todo y solo pensar en mí propia muerte he intenté mentalizar a mí familia a qué moriría y no lo aceptaron, ahora tengo miedo porque yo tampoco lo estoy aceptando.—¿En qué piensas?— la voz de James me saca de mis pensamientos.—En nada— digo y suspiro.—¿Por qué siento que no te creó?—
Estoy muy segura que después de la muerte de mamá, papá solo ha salido con dos mujeres más, la primera literalmente fue espantada por Zoe y por mí, la segunda solo se fue por sí sola. Las cosas no funcionaron entre ellos dos y después de eso, papá no volvió al mundo de las citas. Hasta ahora, con mí doctora. Heidi.Desde que la conoció quedó flechado o algo así. La invitó a salir y ella aceptó, han tenido más citas, las escapadas de papá por "trabajo" eran tan absurdas y tan predecibles, él nunca se tomó la molestía de ocultar sus sentimientos. Lo quería mantener en secreto de nosotras tres. No le funcionó mucho ya que no sabe mentir.—¿Por qué me miran así?— pregunta papá desde el otro lado de la pequeña isla de la cocina.
Me siento estúpida por no dejar de llorar, pero es inevitable, es algo que no puedo controlar. Me siento completamente indefensa, todos lo saben y me aterra lo que pueda pasar de ahora en adelante. Las miradas, las palabras de aliento, no quiero eso, no lo quiero. Odio a Carol, odio que todos lo sepan, odio tener está enfermedad, odio ser yo. No sé cuánto tiempo llevo encerrada en mí habitación llorando, creo que mucho ya que desde hace minutos escucho como Hanna y Zoe intentan convencerme en abrir la puerta para dejarlas pasar. —H, por favor—escucho nuevamente a Hanna. Aprieto con mucha más fuerza mí almohada reprimiendo un grito, repito una y otra vez el momento donde todos me miraban, en mí mente, la mirada confusa y decepcionada de Aaron y la sonrisa de superioridad de Carol en su rostro. Las lágrimas siguen rodando por mis mejillas, no encuentro mí voz para hablar.
No puedo ayudarlo. No puedo ni lo haré, Aaron necesita hacerlo por su cuenta, sanar las heridas que no lo dejan seguir. Viniendo de mí es un poco hipócrita porque no me permito sanar y no puedo avanzar, estoy atada a tantas cosas, pero él puede hacerlo, puede seguir, tiene toda una vida por delante. Por favor no la desperdicies. Sanar esas cosas que no hablas con nadie depende de ti solo, de nadie más. Permítete sanar cuando puedas después puede ser demasiado tarde. Me remuevo de un lado a otro en mí cama tratando de que el horrible malestar se vaya, respiro una y otras ves pero duele, duele mucho. No lo soporto más y me siento en la cama, llevo una mano hasta mí pecho y solo lo toco levemente, otra punzada de dolor aparece, mí espalda duele al igual o peor que mí pecho. No puedo más y comienzo a llorar de dolor. Siento como me falta el aire y como no llega a mis pulmones. Me pongo de pie y caminó de lado a lado en mí habitación, me di