25 de Marzo del 2017.
—¿Cámaras?— pregunto tomando un sorbo de mí jugó.
—Asi es.
—¿Porque cámaras?—vuelvo a preguntarle.
—Me gusta inmortalizar momentos de mí vida, ver recuerdos y pensar que en esos momentos era feliz— lo observó por unos segundos.
—¿Qué?—pregunta al ver que no digo nada.
—Nada, solo que eso fue—hago una pausa—profundo—termino y el ríe— No te rías—le digo pero terminó riendo también.
—Y a ti—me señala.
—Yo ¿Qué?— acomodó mí mochila a un lado de la mesa.
Puede ser que en este momento nos estemos saltado la última clase para poder hablar en la cafetería, mientras solo somos el y yo. Lo hemos hecho los últimos cinco días.
—¿Cuál es tu cosa favorita?—pregunta tomando una patata.
—No tengo una cosa favorita cómo tal—le respondo— pero antes me gustaba pintar.
— ¿Ah sí?
—Si— sonrió.
—¿Porque ya no?—guardo silencio mirándolo.—¿Que pasa, porque me miras así?
¿Encariñando?Me estoy encariñando de Aaron o de lo que sea que tengamos. Esto no es bueno.—¿Puedo pasar?— escucho la voz de Zoe preguntar.—Seguro.Me acomodo de piernas cruzadas en mí cama y sostengo una almohada entre mis manos.—¿Pasa algo?—le pregunta al ver qué no dice nada.Niega con la cabeza.—No, solo que— suspira y sonríe— hace mucho que no te veo sonreír así.Se recuesta entre mis piernas y yo reniego.—¡Zoe!—¡No te estoy haciendo nada! Eres una gruñona.—Invades mi espacio.—No lo hago.—¡Claro que sí!
Siempre va a ver un momento en nuestras vidas dónde nos vamos a querer rendir, esa voz en nuestras cabezas diciendo que ya no podemos más. Ese sentimiento de querer huir y dejarlo todo atrás, de tener el mundo perfecto. Yo lo sé muy bien porque desde hace más de un año eso es todo lo que he sentido.He querido huir y volverme invisible, sin importar qué o quiénes, siendo un poco egoísta y solo pensando en mí. Trate de dejar todo y solo pensar en mí propia muerte he intenté mentalizar a mí familia a qué moriría y no lo aceptaron, ahora tengo miedo porque yo tampoco lo estoy aceptando.—¿En qué piensas?— la voz de James me saca de mis pensamientos.—En nada— digo y suspiro.—¿Por qué siento que no te creó?—
Estoy muy segura que después de la muerte de mamá, papá solo ha salido con dos mujeres más, la primera literalmente fue espantada por Zoe y por mí, la segunda solo se fue por sí sola. Las cosas no funcionaron entre ellos dos y después de eso, papá no volvió al mundo de las citas. Hasta ahora, con mí doctora. Heidi.Desde que la conoció quedó flechado o algo así. La invitó a salir y ella aceptó, han tenido más citas, las escapadas de papá por "trabajo" eran tan absurdas y tan predecibles, él nunca se tomó la molestía de ocultar sus sentimientos. Lo quería mantener en secreto de nosotras tres. No le funcionó mucho ya que no sabe mentir.—¿Por qué me miran así?— pregunta papá desde el otro lado de la pequeña isla de la cocina.
Me siento estúpida por no dejar de llorar, pero es inevitable, es algo que no puedo controlar. Me siento completamente indefensa, todos lo saben y me aterra lo que pueda pasar de ahora en adelante. Las miradas, las palabras de aliento, no quiero eso, no lo quiero. Odio a Carol, odio que todos lo sepan, odio tener está enfermedad, odio ser yo. No sé cuánto tiempo llevo encerrada en mí habitación llorando, creo que mucho ya que desde hace minutos escucho como Hanna y Zoe intentan convencerme en abrir la puerta para dejarlas pasar. —H, por favor—escucho nuevamente a Hanna. Aprieto con mucha más fuerza mí almohada reprimiendo un grito, repito una y otra vez el momento donde todos me miraban, en mí mente, la mirada confusa y decepcionada de Aaron y la sonrisa de superioridad de Carol en su rostro. Las lágrimas siguen rodando por mis mejillas, no encuentro mí voz para hablar.
No puedo ayudarlo. No puedo ni lo haré, Aaron necesita hacerlo por su cuenta, sanar las heridas que no lo dejan seguir. Viniendo de mí es un poco hipócrita porque no me permito sanar y no puedo avanzar, estoy atada a tantas cosas, pero él puede hacerlo, puede seguir, tiene toda una vida por delante. Por favor no la desperdicies. Sanar esas cosas que no hablas con nadie depende de ti solo, de nadie más. Permítete sanar cuando puedas después puede ser demasiado tarde. Me remuevo de un lado a otro en mí cama tratando de que el horrible malestar se vaya, respiro una y otras ves pero duele, duele mucho. No lo soporto más y me siento en la cama, llevo una mano hasta mí pecho y solo lo toco levemente, otra punzada de dolor aparece, mí espalda duele al igual o peor que mí pecho. No puedo más y comienzo a llorar de dolor. Siento como me falta el aire y como no llega a mis pulmones. Me pongo de pie y caminó de lado a lado en mí habitación, me di
Tres días y dos noches más pasé en el hospital, todo fue tenso desde esa platica con Heidi y aunque el principio no entendí el porqué después lo hice. Ella no estaba preparada para decirlo aún, temía que yo pudiera decirle algo a papá, cosa que yo no haría, eso le corresponde solo ha ella y se lo dirá hasta que ella lo crea prudente y correcto.Mis hermanas han sido un dolor de cabeza estos días y lo digo de buena forma, sofocantes, esa es la palabra con la que las describiría. No he podido estar sola en ningún momento. Totalmente sofocantes.He pensado en nada y en todo en este tiempo, estar acostada todo el día en una camilla de hospital sin poder moverte es algo fastidioso. Se lo que está pasando, pero no estoy segura si lo estoy aceptándolo . Mi mente ha sido totalmente traicionera en estos días, reproduce y revive momentos con mis hermanas,
Después de ese día todo cambio o mejor dicho yo cambie, la Harper que huía de sus amigos solo para evitar tener que hablar con ellos creo que se fue, yo decidí que se fuera porque sinceramente estaba siendo un completo estorbo. No ha pasado mucho, sigo siendo la misma persona mamá, pero ahora un poco mejor.Cuando termino de escribir la última palabra en un pedazo de papel que encontré tirado a un lado de la basura, tomo una respiración amplia y cierro los ojos, he hecho esto muy pocas veces, pero hoy en día escribo pequeños fragmentos de lo que le contaría a mi madre si estuviera con vida. No se porque lo hago, pero no puedo evitar hacerlo.—¡Hey!—levanto la mirada al escuchar la voz de Aaron.—Hola —lo saludo cuando llega a mi lado—¿Qué haces aquí?—le pregunto.—Hora libre—me responde —¿Y tu
01 de octubre del 2017.—Este mes es el mejor del año—dice Cameron. Solo para molestarlo lo contradigo.—Diciembre es el mejor mes del año—digo e inmediatamente la mirada de Cameron cae en mi fulminándome.Estamos en el parque que queda a unas cuantas cuadras de la casa de Cameron, donde todos decidimos pasar nuestro sábado viendo un maratón de películas de terror.—Es octubre Harper, nadie lo puede negar—dice otra vez Cameron.Ruedo los ojos por su terquedad.—A mi me gusta Diciembre—me apoya Aaron quien está a mi lado ganándose una mirada de pocos amigos por parte de Cameron.—¡Claro, apóyala a ella! —grita exagerado y todos reímos. Cameron gruñe.—Pequeños traidores —vuelve a decir.Siento como Aaron pasa su brazo por encima de mis hombros y me acerca m&aacut