La fiesta no término muy alegré, decidí meterme al cuarto de Ariel a esperar a que las personas terminarán de irse. Recordé lo último que hable con Jos…
—¿Por qué le temes al amor?
—No le tengo miedo al amor, le temo a las personas que no saben amar.
Necesito más que una aventura.
Comencé a ver las fotografías de Ariel, y ha cambiado mucho. Antes se veía más tierna. Ahora ya echa toda una mujer. Tanto la hizo cambiar Freddy. ¿Y si Jos me hace lo mismo? No quiero cambiar. No quiero salir lastimada.
Tanto pensar comenzó a darme jaqueca, siempre me pasa cuando comienzo a frustrarme por algo. Baje a la cocina a buscar alguna pastilla. El dolor comenzaba aumentar más.
—¿Estás bien? —me preguntó Alonso.
—Si, solo quiero una pastilla.
—Otra vez —dijo preoc
Ayudar a Freddy también me ayudó a repasar varios temas para la prueba. Al final me resultó muy fácil. —Caperuza —llego Freddy corriendo, me cargo en un abrazo. —Oye, no puedo respirar —me bajo. —Gracias a ti pase la prueba y podre jugar en el partido de hoy. ¿Qué te parece si llegas a verme y prometo dedicarte todas mis anotaciones? —Eso es muy halagador de tu parte. Siempre y cuando dejes de llamarme con ese horrendo apodo. —se río —Lo siento, es que es muy chistoso. Jos nos contó y la verdad me gustaría verte con tu capa roja. —No es una capa —dije a la defensiva. —Bueno, entonces te veo en la cancha —me dio un fuerte beso en la mejía y se fue corriendo. Me quede sobando mi mejía mientras lo miraba desaparecer entre los pasillos. —Está muy animado. —Volteé a ver a Jos, siempre tenía la costumbre de aparecer por detrás. —Supongo que sí. —Gracias a ti —me señaló y se acercó más a mí —Sabía que serías una gr
¿Estoy Enamorándome de un sicópata? Es imposible, lo es. Ni tengo la remota idea de lo que tendría que sentir, quizás solo esté confundida. Tiene que ser eso. Vi la agenda de mis apuntes sobre Jos, la abrí hasta en dónde tenía la última nota y comencé a escribir: Celoso, Enfermo de sexo, buen deportista, dedicado, hasta podría decir amable. En mis notas la lista de cosas malas era más larga que las cosas buenas. Es una perdida de tiempo estar haciendo esto. Jamás lo entenderé. Y Jos no es una rata de laboratorio para que esté experimentando con él. Recordé el beso de Freddy. Se sintió como el primer beso que me dio Jos, puro éxtasis y diversión. En pocas palabras horrible. Decidí salir a fotografiar la luna, esta noche está mucho más cerca de la tierra. Y en este punto se ve excelente para sacar buenas fotografías. Siempre que tomaba fotos. Tomaba tres iguales. Una para dársela a mi padre, otra para Alonso y la última me la quedaba yo. Esta vez sacaré cuatro, para darl
July Esta mañana no me sentía bien. Amanecí con un dolor fuerte de cabeza, tome algo para calmar mi dolor, pero nada parecía funcionar, por primera vez note preocupado a mi padre tanto que no fue a trabajar, le hubiera dicho que se fuera. Pero no podía ni levantarme de la cama. Las punzadas iban aumentando. Mi padre me dio una pastilla y eso me dejó profundamente dormida. Al despertar estaba algo mareada, tal vez era por pasar todo el día acostada. Baje a ver si aún estaba mi padre, la verdad es que tenía mucha hambre y esperaba que mi querido padre me tuviera una deliciosa cena. Al llegar al comedor noté que mi padre estaba hablando con Alonso, cuando me vieron llegar se quedaron callados. —No tienen por qué dejar de hablar —Alonso se acercó a mí y me ayudo a llegar a la mesa —sabes que puedo llegar sola —me senté en una de las sillas. —Sabes que me gusta ser caballeroso —me dio un beso en la frente y se sentó en la silla que se encontraba a mi lado —me p
Una explosión de emociones se desató dentro de mí. ¿Esto estará bien? Mi cerebro se preguntaba eso una y otra vez. Pero a mi corazón le gustaba y se negaba a rechazar tal sentimiento.—Este debió ser el primer beso —sus ojos brillaban y no sé si era por el reflejo de la luna o yo ya estaba alucinando.—Hubiera...ha... sido bueno -dije tartamudeado.—¿Te dejé sin aliento? —sonrió descaradamente.—Es el frío —dije sin pensarlo.Caminamos hasta llegar a la lo orilla. Comencé a escurrime el agua. Jos tomó el ejemplo de los perritos y comenzó hacer lo mismo que ellos después de mojarse tirándome toda el agua a mí.—Jos —le reclamé —comenzó a reír, tomo su chaqueta y la puso sobre mis hombros. Estaba acogedora. Oliendo tanto a él. Metí mis brazos en la manga y subí el cierre.Nuevamente tomo mi mano y caminamos hasta la carretera en donde había dejado su motocicleta. Subió y luego me ayudo a subir. Esta vez llevaba el ritmo más lento, pero
Trataba de prestar atención a la explicación de álgebra, pero la mirada penetrante de Jos me lo impedía. Al mover el brazodeje caer mi plumón. Al tratar de levantarlo me
Las palabras de Ariel retumbaban en mi cabeza. ¿Y si tiene razón? ¿Y si me arrepiento? ¿Por qué enamorarse es tan complicado? Ya recordé porque siempre intente no involucrarme con alguien.Con Alonso nuevamente hicimos nuestros famosos El corazón no disminuía su ritmo, las manos me sudaban y si las mariposas en el estómago existen entonces estaban comenzando hacer una revolución. Jos acaba de decir que si sabe amar y me ama a mí, a mí. Tomo nuevamente mis manos y yo sentía que estaba a punto de desmayarme.—¿Qué sientes por mí? —sus ojos suplicaban una respuesta mutua.—Yo… Yo tengo miedo, miedo de entregarme por completo y salir lastimada, miedo de que este sentimiento me lleve—No termine la frase, ya que Jos me callo con uno de esos famosos besos que me hacen olvidar el tiempo y el lugar. Tuve que terminar ese momento mágico. Jos sostuve mi rostro entre sus manos.—Déjame amarte.—Jos.—Sé que es muy pronto, y que estas confundida yo también lo estaba, pero ya no, te amo July más de lo que he amado en toda mi vida.—¿Y si esto no funciona? —dije con miedo—Solo dime que amas y haré que esto funcione.—Debo estar muy demente porque igual estoy perdidamente eCapítulo 21
Las clases comenzaron, pero Jos no estuvo en ninguna, al entrar a la cafetería lo busqué pero tampoco estaba.—Se te perdió tu Romeo. -Bromeo mi amiga.—No bromees así.—Perdón. Yo también tengo algo para contarte. Mira —me dio un sobre, lo tomé y lo abrí. Era una carta, comencé a leer lo que decía: Eres una extraña estrella en el cielo que no logro dejar de mirar. Diferente a todas las que hay en el cielo, única como pocas que brillan en la oscuridad Att: un chico que está profundamente enamorado de ti.En el fondo tenía un dibujo de muchas estrellas, pero solo una era dorada. Sonreí al imaginarme a Alonso escribiendo cada palabra. Siguió el camino de mi amigo alíen.—Tienes un gran admirador —metí la carta en el sobre.—¿Crees que sea verdad? Nunca antes había recibido una carta anónima. ¿Y si es un acosador? ¿Y si es feo? ¿Y si solo quiere tener sexo?—No es nada de eso.—¿Cómo sabes?—Solo déjate amar.—