Capítulo 3

Cuando terminó la hora de clases vi un mensaje de mamá que decía que había hecho una cita con Christian, en su oficina. En realidad tenía interés de conocerlo y hacerle algunas preguntas así que fui directo al Bufete de abogados, dónde trabaja con mamá. 

Al llegar la recepcionista me atendió;

—Buenas tardes señorita, ¿A quién desea ver?.

—Tengo una cita con Christian Riddle, mi nombre es Emma Gutierrez.

—¡Sí claro! Le está esperando. Sígame por favor.

Caminamos por un largo pasillo, realmente es un edificio muy elegante y prestigiado. Al terminar el recorrido la secretaria me indicó que tocará la puerta y él señor Christian me dejará pasar de inmediato.

Toqué la puerta algo nerviosa, sentí hasta mi mano temblar. No se me da bien conocer a gente nueva, especialmente cuando se trata de gente importante. Christian no tardó en responder.

—...Pase.

—Buenas tardes, permiso. Soy Emma, la hija de Luciana —sone sería, aunque por dentro estaba temblando. 

—¡Emma! Estaba esperándote—

respondió con una sonrisa mientras se paraba de su silla —Pasa, siéntate. 

Hice tal como me indicó, permití que el silencio nos envolviera para que él fuera el primero en dar una iniciativa de conversación, porque yo no sabía cómo hacerlo.

—Bueno… —se notaba algo incómodo —Sé que no es la mejor manera de conocernos, pero como sabrás tu madre y yo no disponemos de mucho tiempo debido al trabajo. 

Lamento que no hayamos adelantado esta conversación anteriormente, tienes toda mi atención, responderé lo que quieras. Espero poder ser de tu agrado, que nos llevemos bien, ahora que seremos parte de la misma familia.

Sentí en aquel instante que estaba en una entrevista. Aquel hombre con su traje detrás de un escritorio, sentada en aquella oficina de colores grises. ¿Qué se supone que le pregunté o diga?. No es como si esto fuera alguna especie de examen, en donde, según las respuestas nuestro futuro se definiría. Aunque quizás lo fuera. No lo sé. No dispongo de mucho tiempo para analizarlo, si ya se van a casar. 

De todas maneras el señor Christian, tiene buena pinta, luce amable y respetuoso. Quizás no tenga que preocuparme demasiado. 

—Sí, bueno, tenía curiosidad de saber con quién estaba mi madre— me limité a decir —Ya que no estaba enterada que saliera con alguien. 

—Tu madre me ha dicho que estos últimos años no lograron mantener una relación muy unida... 

—Así es pero creo que poco a poco hemos mejorado. Además nunca nos ocultamos nada —hice una pausa. —Entonces, ¿Cuánto tiempo llevan juntos?.

—Un año y medio. 

Fingí perfectamente que aquella respuesta no me había afectado, pero fue un maldito puñal. Un año entero en donde ella guardó todo. No sé cómo logró hacerlo, ni como yo no fui capaz de darme cuenta de lo que sucedía frente a mi nariz. 

—Es mucho tiempo… Pero creo que sí se han mantenido juntos es porque realmente se quieren. Solo te pido que seas un buen hombre, aunque no he estado mucho juntó a ella éste tiempo, no deseo que se aprovechen de ella.

—Puedes quedarte tranquila. Luciana, es una mujer increíble y haría todo por hacerla feliz. 

Había sinceridad en su mirada, y me aferre a ello. Esperaba profundamente que realmente sea así, que este hombre no le falle. 

Extrañamente estoy en un punto en donde no confío en ningún hombre. 

La vida no puede culparme de eso cuando me da suficientes razones. 

Si aquel hombre rompía el corazón de mi madre, ella quizás fuera lo suficientemente orgullosa para nunca contarlo. Se guardaría todo simplemente para pretender estar bien, porque siempre intenta darme esa imagen, ella no sabe que aprendí a leer sus ojos, su mirada es la única que me da sinceridad cuando sus palabras no lo hacen. 

¿Cómo intentas reparar el corazón de tu madre, cuando se supone que es ella la que debe reparar el tuyo si te lo rompen?. 

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