Ya era sábado.

Me levanté de los nervios.

Con Naithan habíamos decidido que era momento de contarle todo a Mamá y Christian. ¿Cuánto tiempo íbamos a seguir ocultando todo de manera inmadura? Aunque de tan solo pensar en la reacción de mi mama me generaba cierto pánico.

No encuentro motivos coherentes de los cuales ellos podrían quejarse, así que espero que no digan nada negativo.

La cena iba a ser en mi anterior casa. Luego de que mi abuela se fuera, ellos tres decidieron volver a mudarse allí.

Son las dos de la tarde y faltan siete horas con dos minutos, ¡Que gracioso!. Literalmente ya me estoy quedando sin uñas y seguramente sin pelo, por la ansiedad.

•••

Las horas habían pasado rápido pero el proceso de espera se me hizo eterno. No había comido nada durante el día porque mi estómago estaba cerrado y cargado de dudas. Nunca es fácil poder visual