Kimberly se levantó a primera hora como era su costumbre, antes que cualquier persona, el personal se sorprendió al verla.
— Señora, disculpe no sabíamos que se levantaría tan temprano, ahora prepararemos su desayuno.
— No, no se molesten solo tomo jugo de naranja o pomelo, sin azúcar agregada, y lo haré cuando regrese de correr. Gracias.
Ella salió y corrió por dos horas, cuando regresó, sus piernas temblaban y es que ella no tenía en cuenta la cantidad de energía y calorías que perdía en la alcoba.
— Hola Kimberly.
— Buenos días Jack, Nancy.
— No sabíamos que te levantabas tan temprano.
— Sí, suelo ejercitarme un poco. — Kimberly tomo su lugar y la empleada llegó con su vaso de jugo.
— ¡Maldici&o
Kimberly estaba durmiendo, desde que llegaron, ella solo fue a su recámara y se acostó, lloró tanto que al final el cansancio la sumió en un sueño profundo.— ¿Cómo se encuentra?— Sigue durmiendo Riny, ahora tu hermano le está haciendo algo de cenar.— ¡¿Liam cocinando?!— Es lo que hace el amor hija.— Sí, supongo que cuando es un amor verdadero, las cosas funcionan así.— ¿Qué tanto hablan ustedes dos?— Jared ¿me quieres decir dónde estabas?— Con una amiga, viendo las noticias, no puedo creer el alboroto que se armó por la intocable, su familia sí es algo particular en cuestión de minutos hizo que se levantara la noticia y se borrara todo sobre ella, dime mamá, no tienes miedo que alguna maldición caiga sobre nos
La cena fue de lo más tensa, Liam fue directo a su habitación y no los quiso acompañar, Kimberly intentó hacer lo mismo pero su suegra se lo impidió y no le quedó más remedio que comer, lo que produjo que se sintiera mal, ella sabía que vomitaría lo ingerido, y no había nada que pudiera hacer.Trataba de mantener la calma pero la compañía en la mesa no ayudaba.— Te vi en la tele, no sabía que te gustara tanto ser el centro de atención.— Deja de molestar a Kimberly, eres insoportable Jared.— ¿Y desde cuando ustedes dos son tan amigas?— Desde hoy, te lo advierto deja de molestar o le diré a Liam. — Riny recordaba la discusión que sus hermanos había tenido hacía unos días, donde Liam le decía a Jared que dejara de molestar a su esposa o la
Las horas pasaban y la desesperación se adueñan de todos, Liam fue a la mansión Bach, creyendo que Kim estaría allí, pero cuando llegó nadie sabía nada, luego de 20 minutos todos estaban en la mansión, tíos, tías, primos incluso su amiga Maia y hasta Riny, Liam no decía otra cosa más que había discutido con ella y que se había marchado enfadada, aunque todos podían ver que su mejilla estaba roja, no querían hacer mención de ello, hasta que Sam no aguanto más.— ¡Quiero que me expliques que le hiciste a mi hermana!— No le hice nada.—No trates de engañarme, se cómo golpea Kim, créeme el día de tu fiesta de bienvenida recibí su furia de primera mano, y esa marca en tu mejilla demuestra que ella te golpeó, y si lo hizo fue por algo.— ¿Acaso
El corazón de la joven latía tan rápido que por un momento era lo único que sus oídos escuchaban, no sabía cómo sentirse, feliz, asustada, tenía ganas de gritar y llorar.¿Qué le diré a Liam?, Dios mío, que le diré, su hijo.... nuestro hijo, momento ¡es mi hijo también! No tengo porque asustarme, es mi bebé también, si él no lo quiere yo me haré cargo...— ¡Kimberly! _ El grito de Riny la hizo interrumpir su pensamiento.— He, disculpa, entonces doctor... mi malestar es por… por… ¿porque estoy embarazada? _ Por fin se dibujó una sonrisa en su rostro y Riny pudo relajarse, se había asustado al ver a su cuñada pálida sin decir nada, como congelada por la noticia.— Sí, podría
Kimberly decidió llamar a Maia y reunirse en la habitación de Riny, como las adolescentes que eran creían que en este lugar podrían hablar sin ser interrumpidas.— En verdad, esto no es chistoso, no sé qué hacer, ayer tuvimos el mejor sexo desde que nos casamos, no quiero arruinar eso.— Kim, no vas a arruinar nada por decirle que te enamoraste de él.— Maia tiene razón y yo ya se lo dije, mi plan de la lencería erótica funcionó, porque no le dijiste un te amo al final.— Porque tenía miedo de arruinar todo.— Desde cuando hablar de amor es arruinar todo.— Desde que me casé por un trato y ¿no por amor?— Que quieres que te diga amiga, yo a tu primo lo conquiste con buen sexo.— No sé, Liam no es como Derek, estoy segura que cuando le diga me va a dejar. &iq
Jack vio a su nuera bajar a la sala, su cara reflejaba dolor, ese dolor causado por el corazón y no por alguna herida física.— Kim, ¿está todo bien?— Si Jack, todo está bien.— Bien, supongamos que te creo, ¿qué te parece si vas con este viejo a caminar un rato? la verdad que pasar la tarde en la oficina me dejo exhausto.— Claro, vamos.Jack era un hombre observador, no fue necesario el repentino casamiento de Liam para saber que algo raro había en esa pareja, pero con el paso de los días los veía más enamorados a ambos, entonces... porque seguía sintiendo esa curiosidad y esa molestia, como un presentimiento que esos dos terminarían separados en cualquier momento.— ¿Puedo ser curioso pequeña?— Usted puede preguntar lo que desee.&
Las cosas no iban como Kimberly quería, cada día se le hacía más difícil llegar a Liam, el hombre estaba tan sumergido en sus pensamientos que lo único que hacía era comportarse como un zombi, se iba al trabajo apenas la luz del sol hacia presencia, ya no llegaba para la cena, y lo peor es que el poco tiempo que estaba en aquella casa, Sharon siempre encontraba la forma de llamar su atención.Lo único bueno es que había convencido a Nancy de que debían hablar pero sería en otro momento, después del cumpleaños de Liam, la joven se había esmerado en conseguir lugar en un lujoso restaurante que a su esposo le encantaba y que desde que había regresado de Europa no había podido reservar para ir, ella haciendo uso de su apellido y dinero había conseguido no solo una mesa, sino todo el restaurante para ellos solos.Paso todo el día
Nancy junto a su hija y nuera, estaban en una especie de trance, donde a pesar de todo lo que más resaltaba era la felicidad. La mujer mayor se imaginaba a un pequeño Liam corriendo por la casa, o a una linda Kimberly riendo y llenando de alegría cada rincón.— ¡Señora Simons! — El grito del chófer alertó a las tres mujeres que lo miraron intrigada, parecía que había visto un fantasma.— Señora, debemos irnos, el lugar está rodeado.— ¿A qué te refieres?— Reporteros señora, ellos saben que la señora Kimberly está aquí, los empleados tratan de detenerlos, pero son demasiados, están fuera de sí. — Antes que Kimberly pudiera preguntar qué era lo que sucedía o porque la buscaban, un grupo de periodistas se dejaba ver por el mismo lugar donde el ch