POV: Stella Sanders.—Ya no tienes que preocuparte por eso mamá, soy una adulta, entiendo las circunstancias, aún cuando a veces me pongo un poco... difícil, como ayer — contesté tratando de tranquilizarla.—Bueno, si no tengo que pedirte perdón a ti entonces le pido perdón a la Stella que solo era una niña y que no comprendía porque no podía tener todo lo que los demás niños si tenían — respondió mamá mirando hacia otro lado.Me quedé en silencio unos segundos, tenía un nudo en mi garganta, me había dejado perpleja.—Pero siempre te tuve a ti, mamá. Y eso es haberlo tenido todo — contesté con una sonrisa para aligerar el ambiente.—¿Señora Sanders, gusta de tomar un poco de vino? — ofreció la señora Maggiore acercándose a nosotras.—No se preocupe, Señora Maggiore. Por ahora estoy bien, no se preocupe — contestó mamá gentilmente.—Digame, Señora Sanders. ¿A qué se dedica? déjeme adivinar, seguro es abogada o doctora e imagino que su hija va por el mismo camino — comentó la señora Mag
POV: Stella Sanders.Sus labios se sentían suaves, un poco fríos al principio pero luego tibios, crearon calor con los míos y se dejaron llevar.Él besaba con delicadeza, casi con miedo pero con mucha ternura, se convertía en la persona más blanda del mundo cuando estaba a mi lado. Y justamente ahora lo sentía tan cercano, tan mío, sentía que él apenas se estaba descubriendo y yo apenas estaba existiendo.—Lo lamento — dije separándome solo un poco, estábamos tan cerca que podía sentir su respiración, que podía ver sus mejillas de un ligero tono rosa y sus ojos anclados a los míos.—No tienes que disculparte — respondió en un susurro — no lo esperaba pero te aseguro que no me molesta en lo absoluto.—¿A dónde vamos? — pregunté perdiendo mi vista en sus labios, sus labios con los que quería fundirme eternamente.—Ya llegamos a nuestro destino — dijo sin siquiera moverse.—¿Has salido con muchas chicas? — pregunté mirándolo a los ojos. Obviando por completo lo que me acababa de decir y
POV: Stella Sanders.Me encontraba atónita, lo tenía allí en frente de mí, con una sonrisa amplia que iba de oreja a oreja y las llaves en sus manos, diciendo semejante cosa con tal simpleza.—Tienes que estar bromeando — dije incrédula, entre la risa y las lágrimas.—¿Acaso pensabas vivir eternamente en el hotel? — contestó riéndose — ahora veo que si te gustan los lujos — añadió de manera burlona.—¡Esto es casi una mansión! — exclamé mirando la casa a mis espaldas — además no pensaba vivir en el hotel, se suponía que hoy iba a buscar un lugar a donde irme o me iría a donde la abuela, quizás mamá ya llamó a la abuela… — yo hablaba de manera apresurada y nerviosa como si hubiese cometido un delito, de cierta manera no haber hecho nada había estado mal de mi parte.—El contrato dice claramente que no puedes rechazar ninguno de mis obsequios — contestó colocando las llaves en mis manos, mirándome directamente a los ojos, mostrando sus blancos dientes.—Lo sé pero hubieras comenzado con
POV: Josselyn Maggiore.Aún al siguiente día mi ira seguía en el mismo grado, quizás incluso había aumentado.En un momento dado de la noche “los festejados” simplemente desaparecieron, así sin más.Sabrá Dios qué cosas estarían haciendo, nadie a mi alrededor parecía notarlo y si lo notaban no les importaba pero yo sentía que se me quebraban los huesos al pensarlo.Stella Sanders no solo lo había sacado de mi vida, también lo estaba convirtiendo en una versión de él totalmente diferente, ahora sentía que lo desconocía, lo sentía lejano ¿Dónde estaba el Jayden que había visto durante tantos años? ¿Cómo podía solo esfumarse así como si nada? ¿Realmente había sido así durante tantos años y yo no me había dado cuenta?.—Buenos días, hija — saludó mamá entrando a la habitación, interrumpiendo mis pensamientos.—Debiste tocar — reclamé inmediatamente.—Toqué muchas veces, te escribí a tu celular e incluso llamé ¿estás bien? — respondió mirándome extrañada.Cogí mi teléfono de la mesita de n
POV: Stella Sanders.A pesar de todo volví al trabajo al siguiente día, me gustaba mi trabajo en el corazón contento, me gustaba sentirme útil, aunque ahora estaba considerando retomar mis estudios nuevamente, veía que había una pequeña oportunidad y podía tomarla. Al no tener que hacerme cargo de los gastos de renta tenía un poco más de dinero disponible para gastar en mí misma.—Te ves muy felíz el día de hoy — comentó la señora Alicia al mismo tiempo que agarraba unos platos que se ubicaban a mi derecha.—Lo estoy — contesté con una gran sonrisa que iba de oreja a oreja.—¿Y eso a qué se debe? — preguntó ella mirándome — ¿acaso firmaste? — añadió en un susurro.—Si, además nos dimos nuestro primer beso — contesté sin poder contener la emoción.—¿Qué tal se sintió? — preguntó ella dejando nuevamente los platos en la mesa, convirtiéndose durante unos minutos en mi cómplice.—Fue hermoso, yo tomé la iniciativa y se sintió tan… real — contesté recordando la sensación de sus labios con
POV: Stella Sanders.Mamá me miraba fijamente esperando a que le respondiera, yo estaba pálida, congelada, con mis labios temblando por la vergüenza.—¿Qué tienes que decir? — cuestionó mamá confundida.—Buenas tardes, Jayden ¿Cómo te encuentras? — intervino Josselyn Maggiore en la conversación.—Buenas tardes, Josselyn, muy bien, gracias — respondió él con cordialidad.—Me ha dicho mi madre que necesita hablar con usted — contestó ella de manera inmediata y con unos modales impecables, incluso parecía que ya no era la misma chica malcriada — además aquí están las prendas de ropa que habían llevado a la lavandería, esperamos que no haya sido mucho la demora — agregó entregándole un par de prendas a mamá cubiertas en plástico.—Pues, nada, solo arreglemos nuestras maletas para irnos — dije con una sonrisa y la cola entre las patas, ahora que ella estaba allí prefería omitir por completo la noticia.—¿Tan pronto se retiran del hotel? — preguntó ella fingiendo que se estaba llevando una
POV: Stella Sanders.Nos establecimos en la casa aunque fue un poco extraño al principio, nos sentíamos ajenas a aquel lugar, andábamos en puntillas, como si no fuese nuestro y en cualquier momento nos fuesen a sacar de allí.La fuerza de la costumbre es incluso mayor al de la razón.Sofía por su cuenta estaba más feliz que nunca, tenía su propia habitación, llena de juguetes y muy cómoda, aunque le tenía miedo a dormir sola porque después de todo nunca lo había hecho.—Es bueno que se estén adaptando — comentó Jayden a un lado de mí con una sonrisa.Nos encontrábamos en la misma banca de siempre, sentados, mirando la copa de los árboles que se movían con el viento.Cada día él me esperaba aquí al salir del trabajo y yo venía bastante contenta aunque mi nueva casa quedaba hacia el otro lado.—Cada día me despierto y siento que descansé, es raro, para la mayoría debe ser lo normal pero para mí es un alivio, casi una vida sin poder hacerlo — respondí sonriendo como una tonta.En ocasio
POV: Stella Sanders.—¿Un chico cómo? — cuestioné sin poder contener la risa.Es que la manera en que decía las cosas dejaba poco a la imaginación, sus intenciones eran demasiado obvias.Ella rodó sus ojos, le dio un gran trago a su vaso de refresco y se acomodó en su asiento entrelazando los dedos de sus manos.Esto me daba un indicio de que esto estaba a punto de ponerse bueno.—Jayden Laurent no necesita una descripción, nadie en esa familia lo necesita, rico, bien parecido, educado, es el esposo perfecto, hay que ser una tonta para no aceptar tener algo con él — respondió ella de tal manera que casi me creo su discurso, como si estuviese diciendo una obviedad.—Hablas de él como si no estuviese aquí escuchando nuestra conversación — contesté riéndome.—Digo la verdad, no encuentro razones para tener que decirlo a sus espaldas — replicó Leila con esa expresión altiva y desagradable — la sola posibilidad de casarte con alguien como él debería parecerte un sueño, sobretodo a ti — agr