Cameron me miró de nuevo y suspiró pesadamente.
—Entra, hablemos adentro — su voz fría golpeo parte de mí, suspiré y pasé una mano por mis cabellos, él observó detenidamente ese ligero toque.
—Pero…
—Está bien, Leah se irá pronto. No tienes que decir mucho hasta que ella se vaya. Después de eso podremos hablar, ¿está bien?
—Cameron.
—Hablaremos después, entra voy a prepararte algo de té.
—Gracias… — susurré, él asintió, entre a la casa.
Su casa era tal y como la recordaba, suelos de madera y colores oscuros, una de las ventanas de la sala le confería un poco más de luz, pero en general era bastante elegante y sobrio.
—Toma asiento, prepararé el té — su voz se arrastr&o
—Vete, no quiero verte más — la vi darme la espalda y cubrirse hasta la barbilla con las sábanas blancas del hospital, intenté acercarme, pero la mano de Cameron se cerró en mi brazo y me atrajo hasta él de nuevo, besó mi cabello.—Vamos, vendremos después. Dejemos que descanse — susurró en mi oído, mi cuerpo temblaba, tenía demasiado frío.—No quiero volver a verlos.—Mamá…—No me llames así, es culpa tuya que ahora tu padre esté en la cárcel. Eres un estúpido.—Señora Jo…—No me hables. Llévate a ese idiota de una vez por todas.—Su hijo no hizo nada, fui yo quien llamó a la policía.—No me interesa. Solo lárguense.—Mamá, yo&hell
Miré el puente brillando, me quite las lágrimas que aún caían por mis mejillas y observé el lugar donde Cameron había desaparecido, el olor a menta de su ropa aún estaba en mí, era tan estúpido.❁La madera de la puerta se sintió fría bajo la palma de mi mamá. Respire profundo y traté de calmarme un poco, había corrido todo el camino solo para poder hablar de nuevo con él, ¿una estupidez? Tal vez lo era, pero solo tenía dos opciones, la primera era dejarlo ir después de todo el tiempo que habíamos pasado juntos y la segunda arrástrame y decir la verdad por primera vez en mi vida.Toqué con fuerza la puerta esperando que abriera y me abrazara, sin embargo, no lo hizo, solo me dejo ahí, esperando por él, por algo más.Las horas pasaron y él no salió, vi el
Escuché los pasos detrás de mí, una sensación de pánico inundó mi mente ya nublada por el alcohol que había consumido, caminé un poco más rápido para poder llegar a la parada del autobús, sin embargo, mis piernas ya temblaban demasiado y la carretera parecía alargarse más y más frente a mí.La imagen de Adam apareció en mi mente, traté de mantenerme en una pieza y no llorar o correr, aunque realmente quería hacerlo.Quizá simplemente era el miedo que solía tenerle a la oscuridad después de todo lo que pasó hace algunos meses, tal vez estaba siendo demasiado paranoico y era alguien más caminando tranquilamente en la misma dirección que yo, sin ninguna otra intención. Podría ser.Luego de algunos minutos llegue a un área más concurrida, la sensación de
Cuando lo vi aquella noche de nuevo, después de tanto tiempo, mientras Adam me llevaba a casa, lo único que quería hacer era verlo sufrir tanto o más de lo que yo lo había hecho durante todo el tiempo en que estuvimos separados. No me importó mucho si ya había sufrido por mi ausencia también, simplemente quería saber que tanto estaba dispuesto a perdonarme, que tanto le afectaba verme con otro hombre y si realmente ahora podía confiar en que no volvería a dejarme tan pronto se diera cuenta cómo era yo.Sentí la necesidad de hacerlo miserable aun cuando eso me hiciera sentir mal a mí también.Ni siquiera puedo recordar cómo tomé una ducha y fui a la cama esa noche. Pero, mi mente se sentía clara ahora, aunque mi cuerpo aún se sentía agotado y débil.Nada ha cambiado realmente, sigo siendo yo y Cameron sigue
La mochila negra resbaló de mi hombro cuando entre a la habitación, la tomé del suelo y observé el lugar, una cama con sábanas blancas, un sofá y una mesa de centro, todo en colores bastante elegantes, no había mucho aparte de esos sencillos muebles, un par de cuadros adornando las paredes y un ramo de rosas rojas en un florero de cristal.La venda roja se deslizó suavemente entre mis dedos, la deje caer sobre las sábanas y observé la puerta que aún continuaba cerrada, el reloj marcaba las 21:08 horas., me senté sobre el borde de la cama y enterré el rostro entre mis manos, esperando que nada malo sucediera ahora o que no fuera tan estúpido como para arruinar esta noche.Le había contado la mayor parte de la historia a Cameron, pero aun cuando quisiera explicar lo que hacía aquí, era mejor que lo viera por él mismo.El reloj m
"K, estoy enamorado de ti"Fueron solo cinco palabras, cinco palabras que me dejaron frío, un poco nervioso. No pude contestar nada, solo presioné una vez más mi mano con la suya y lo miré.Sonreí a la nada mientras veía como Cameron manejaba rumbo al estacionamiento.Entre el edificio sintiéndome más cálido, un poco más ligero y feliz. Subí al ascensor directo al departamento, mientras cargaba mi mochila en el hombro. El pasillo estaba en silencio, podía escuchar el leve murmullo de una televisión encendida que venía de alguno de los departamentos contiguos, presioné el código de acceso a la casa de Cameron y la puerta se abrió con un suave clic. Aspiré el suave aroma a hojas de té y café que se mezclaban en el ambiente de la estancia, bajé la mochila del hombro y la dejé sobre el suelo, me quité los za
¿Mi nombre? ¿Mi nombre?Mi nombre…Realmente no tiene relevancia. Si te lo dijera lo estarías olvidando pasadas unas horas y en unos días ni siquiera sabrías con que letra empezaba o como sonaba.Así que, no es relevante. No podría decirlo incluso si me mataras.Pero te diré que, me han llamado de muchas otras formas, quizá a ti también te sirva alguna de ellas, por ejemplo: Asqueroso. Imbécil. Estúpido. Hijo de puta. Maldito enfermo. Idiota. Psicópata. Monstruo. Loco. Demente. Sucio.Cualquiera de estos nombres podría serte útil, elige el que más te guste pues al final lo terminaras empleando conmigo tarde o temprano, además que, es más sencillo que darte un nombre, ¿no? Estos jamás escaparán de tu cabeza aun cuando lo desees. Son nombres que se qu
—¿Cuál es tu nombre? — preguntó, me senté sobre las sábanas revueltas de aquel hotel; mi cuerpo se sintió débil por algunos segundos; desaté la venda de mis ojos lentamente de espaldas al hombre que estaba conmigo en esa habitación, él no necesitaba ver mi rostro otra vez de todas formas.Guardé silencio.Miré mi cuerpo, podía ver y ser consciente de las marcas que sus manos y sus dientes habían dejado sobre mi piel, había algo de sangre en mis muslos y un regusto amargo en mi boca, tragué, mi garganta ardía.—¿No me has oído? pregunté, cuál es tu nombre — su voz ronca llenó la estancia, un escalofríos recorrió mi columna vertebral, sus manos tocaron mis hombros apretándolos con fuerza, eran ásperas en comparación a c&oacu