ZaidCuando la puerta fue cerrada por Isabella, mis ojos quedaron en mi madre. Estaba enojado con su actitud, ¿Será así con cada mujer que trabaje a mi lado?—Sé lo que estás haciendo y no me gusta desde hace mucho tiempo, ¿Cuándo vas a terminar con esto? —pregunté controlándome.—Quiero lo mejor para ti, para nuestra familia. Sé lo que las mujeres extranjeras hacen. —arqueé una ceja.—¿Lo sabes? ¿Por lo que dice la señora Bruce? ¿Con ella te estás guiando acerca de las mujeres extranjeras? En realidad, no me la creo, madre. Nadie hará que desista a mi compromiso matrimonial.—Eso espero, así que hay que alejar a las personas que…—la interrumpí.—No te metas con mi asistente, madre. Es todo lo que voy a decir. No se me hace realmente agradable de ver como tratas a otras mujeres, por Alá, ¿No te da vergüenza eso? Están dando mala imagen a mi familia, a mi persona, ¿Qué es lo que pensará la señorita Sánchez una vez que regresemos a Estados Unidos? Si de por sí siempre estamos en la mira
IsabellaEstaba sentada en una repisa de la gran ventana de la habitación donde me tocó dormir, miré el hermoso panorama nocturno a lo lejos, los altos edificios iluminados, y el clima era bastante fresco. Repasé una y otra vez lo que había pasado horas atrás, el señor Ashgar me había enviado con su equipo de seguridad cuando había decidido no irse de último momento. Así que aquí estaba, sin poder dormir a las dos de la madrugada. Había enviado mensaje al grupo de la familia para avisarles que mañana platicábamos, pero realmente les llamaría, entonces la duda me asaltó: “¿También las videollamadas las grababan y estaban al tanto?” Ay Diosito, entendía ahora eso de por qué están tan al pendiente de cada empleado, eso de infiltrar información afuera y todo, con más peso ahora que yo era la asistente y que tenía entrada a la intimidad de mi jefe, intenté pensar en otra cosa para no estresarme por algo que no sabía aún cómo funcionaba. Mientras tarareaba una canción y me cepillaba el cabe
IsabellaCasa de la familia Ashgar-AbadallahDubái, Emiratos Árabes UnidosEstaba sentada en la mesa elegante de aquel salón majestuoso, había mujeres en las sillas esperando a la señora principal que presidiría la mesa, la madre de mi jefe. Todas murmuraban entre ellas y de vez en cuando me lanzaban una mirada de curiosidad en mi dirección, simplemente por educación las ignoré sutilmente. Quería que este día terminara y meterme a la cama, no había podido pegar un ojo pensando en este momento, ¿Cómo me van a tratar? ¿Esta vez comeré algo? ¿Me enfrentaré a la señora Bruce? Y era como si me hubiese escuchado, apareció en el salón con una sonrisa amplia y anunció que en unos momentos más llegaría la madre de mi jefe y su invitada especial. Y así fue, la puerta se abrió un minuto después y apareció la señora con una mujer de ojos grandes. Estaba cubierta totalmente de pies a cabeza y solo mostró el área de los ojos. Muy cubierta. Todas hicieron un ruido extraño con sus bocas como dando la
IsabellaLlegamos a la casa de mi jefe, el transcurso del camino fue en total silencio como solía ser desde que entré a este puesto. Tenía un hambre que podría comerme una vaca entera y John lo sabía. Cuando entramos a la gran casa minimalista, toda la gente se dispersó, y mi jefe se fue a su habitación, cuando le había preguntado si necesitaba algo él solo negó y subió los escalones a la segunda planta. Suspiré mientras lo miré desaparecer en lo alto, bajé la mirada hacia el pasillo que me llevaría a la cocina, no habíamos llegado a comprar comestibles, ya que al parecer John se le había olvidado y yo no quise recordarle delante del señor Ashgar, me diría de inmediato: “¿Es su chofer o el mío?” Ya me lo escuchaba decir, iba a avanzar cuando John me llamó, me volví a él y extendió algo hacia mí.—Lo he ordenado por usted. —al tomarlo y abrirlo, el aroma se impregnó en mi espacio, era un bendito sándwich, levanté la mirada a John quien pareció que por primera vez sonreía a mi reacción.
IsabellaCasa de Zaid Ashgar, Dubái, Emiratos Árabes.Llegué a la cocina vestida decente y muy prudente, -un conjunto deportivo, el suéter con cierre hasta el cuello y quedaba a nada debajo de mi barbilla- cuando lo vi, estaba vestido también en un conjunto deportivo, pero sin el suéter de cierre como el mío, eso me hizo sonreír para mí misma, como si nos hubieras puesto de acuerdo.—Buenas noches, señor. —dije haciendo una inclinación decente con la barbilla en saludo. Él levantó la mirada de la mesa de acero inoxidable que estaba en el centro de la cocina, estaba sirviendo algo caliente en dos tazas. Me saludó con un asentimiento y luego su rostro lo regresó a lo que estaba haciendo.—Tome lugar ahí—me señaló al otro lado de la mesa con su mano. Como toda empleada obediente, obedecí. Me senté y él levantó la mirada hacia mí. —Le ofrecería algo de cenar, pero creo que ha quedado llena con su sándwich silencioso y de contrabando que le dio John. .—él escuchar lo que había dicho, me hi
IsabellaEran las cinco de la madrugada y yo tenía los ojos abiertos, mirando como el cielo se empezó aclarar, estaba envuelta como un tamal con la sábana, y pensando que pasaría el día de hoy, ¿Con qué me encontraré? Ya mañana empezaba la boda del hermano de mi jefe, dijeron que eran tres días de fiesta, y no quería ir. Si fuese otra la situación con la familia de mi jefe, estuviera realmente emocionada, pero no sabía que es lo que pasaría, ¿Y si finjo que tengo un resfriado? ¿Podría evitar ir? Había dicho que no era trabajo sino una invitación. Además, no tenía ropa, esas bodas por lo que había investigado, eran lujosas y elegantes. Cerré los ojos y suspiré, “No quiero ir, quiero quedarme” entonces mi mente comenzó a recrearme la escena de anoche con mi jefe, la forma en que mis vellos se habían erizado. ¿Qué ha sido eso? Negué, no entraría en pensamientos de esa escala, ¡Por DIOS! Ese hombre está prometido y tiene una hermosamujer que será su esposa, ambas familias con dinero, pod
IsabellaSuspiré discretamente y luego llegó la respuesta al señor Ashgar. Mis manos estaban entrelazadas en mi espalda, asentí lentamente sin poder evitar arrugar el ceño, tenía que defender de alguna manera a John por su gesto amable. Levanté el mentón y miré a mi jefe sin dejarme intimidar.—Así es señor, y antes de que siga, quiero aclarar que el único acercamiento que he tenido con él, es cuando usted lo ha enviado en mi búsqueda en casa de sus padres, apenas es que cruzamos palabras y él solo quiso ser amable conmigo porque no había probado bocado, y se lo agradezco a John, así que a quien tiene que advertir o amenazar con una renuncia, es a mí. No sabía que aceptar un insignificante sándwich para que yo comiera algo sabiendo que usted es estricto con la comida, ocasionara este embrollo de rumores. No sé cuáles rumores, pero solo fue amabilidad, señor Ashgar. Eso no es un pecado.—Se hizo un silencio incómodo, él siguió observando, pero no dijo nada, era como si estuviera deshil
IsabellaEscuchar el comentario de una de las mujeres se me hizo fuera de lugar.—Creo que es inapropiado el comentario que has hecho, —la mujer abrió sus ojos mucho más de lo normal. —Yo solo soy una empleada, y la prometida de mi jefe, el señor Ashgar, merece respeto.—Lo siento mucho, hay tantos rumores…—murmuró la mujer.—¿Qué tipo de rumores? —desvió la mirada a la otra mujer y luego al resto, para después, mirarme.—Qué es la primera mujer del señor Ashgar, pero que se casaron en América y lo ha descubierto la familia del señor, por eso quieren adelantar la boda para dentro de dos meses y así anular la de ustedes. —alcé mis cejas con sorpresa, ¿Por pensar en esos rumores es que quieren adelantar la fecha? “Ay, Dios mío, ¿Qué es lo que pasa?” Yo negué rápidamente.—No, no, ¿Por qué lo están malinterpretando todo? Solo soy una empleada. Tengo tres días trabajando para él. —negué preocupada—El señor Ashgar solo es mi jefe.—Los rumores son muy fuertes, incluso, sabemos que la prome