Liam llega a la choza de su abuela la patriarca Debora y su corazón está acelerado, como aproximando nuevamente un ataque de la maldición. —¡No! ¡No otra vez maldición!— gruñó Liam, y el Beta que lo espera en la sala, ya que lo siguió, no quiso dejar a su rey solo, se alerta por el gruñido del Rogue

Liam posa sus manos en la cabeza y luego, siente que todo le da vueltas, y la ansiedad regresa a él como un maldito tormento que ya no puede controlar. Esa necesidad que su cuerpo exige por la sed de sangre lo hace perder la cabeza.

—¡Ahhh!— su gruñido feroz, hizo que Beta caminara silenciosamente hacia la habitación de Debora

Liam al ver el cofre en la mesita de noche, intenta controlarse para poder alcanzar el cofre, pero lastimosamente no puede, él ya no puede tener el control de su cuerpo.

—¡¡Maldición!!— lo dijo a gritos y su boca se le hace agua, sus colmillos filosos sobresalen y su mirada se transforma

Se está transformando nuevamente en una bestia. —mi rey…— la voz de Beta llama