Sentía que las paredes daban vueltas y ¡Mierda! parecían stripper barata de todo lo que se movían.
Me sacó de mi ensoñación, en la que sentía que volaba sobre una mariposa-unicornio, el sonido de unos nudillos chocando con la madera.
-Pase. - Dije recostado en mi cama, mirando al techo; tratando de decirle a mi mariposa-unicornio "Legend" que me trajera de regreso a la recámara.
-Hola. - Era Sara-Lee.
Sentí como caída de bruces del lomo alado de mi animal mítico.
- ¿Sucede algo? - Hablé incorporándome de manera que quedé sentado ante ella.
Estaba en esos pijamas de cachorro que tanto le encantan y su cabello estaba recogido en un enorme moño en la cima de su cabeza.
Me reí sin disimulo cuando a mi mente llegó el rostro de Bob Patiño.
Me iré al puto infierno si me sigo burlando de Sara-Lee.
-Quiero hablar contigo de lo de hoy. - Caminó con vergüenza hacia mí. - ¿Estas molesto conmigo?
¿Acaso le importa lo que yo opine o sienta? no lo creo, entonces ¿Para qué viene a hablar conmigo?
-Si, pero ya haz la m****a que te venga en gana. Ya no te cuidaré más. - Soné más molesto de lo que esperaba y deseaba.
-No tomes esa actitud conmigo, Caleb. - Habló con suavidad y voz triste, como a modo de súplica exageradamente tierna. - ¿No me ves que estoy bien?
Bien, dice.
BIEN.
- ¿A estar siempre acosada por un loco drogadicto lo llamas estar bien? - La miré a los ojos por primera vez.
No respondió nada.
- ¿A tener que estar escondida y salir con miedo de que ese loco te persiga lo llamas "Estar bien"?
-...
-A que tu brazo haya quedado con estúpidos moretones verdes de esa vez en que lo descubrí en la calle ¿Lo llamas "Estar bien"? ¿Eres imbécil o qué? - Grité de manera desmesurada.
En este instante no me importaba el sueño cansado de papá ni mi melliza descansando en el sofá.
Necesitaba sacar todo el coraje que me provocaba esta estupidez.
-Caleb, para de gritar. Vine para hablar tranquilamente. - De un momento a otro posó su mano en mi brazo a modo de calma, lo cual me hizo relajar.
-Está bien, lo siento. - Dije recuperando el tono real de mi voz.
-Tranquilo. - Se detuvo mientras alejaba lentamente su mano de mí. - Yo también quiero disculparme, por haberte metido en esta situación que solo me incumbe a mí.
-Sabes de sobra que no puedes disculparte por eso. - Me detuve al sentir que volvía a intentar de alzar la voz. Respiré profundo- Sara-Lee, no puedes resolver todo tu sola ¿Me entiendes? Yo puedo ayudarte si ese maldito te sigue molestando; no puedes seguir haciendo menos esta situación.
-Mira, sé que estás preocupado por mí. - Me lanzó una sonrisa y se acercó a mí. - Pero tengo la misma edad que tú, unos meses menor, pero, no significa que no pueda llevar yo sola esto.
-Sara-Lee, no eres capaz ni de matar una puta mosca. Tienes miedo a lanzar y recibir golpes y jamás has participado ni presenciado una pelea. - Hablé con obviedad.
-No todo hay que solucionarlo a golpes, no seas tan bruto.
-No quiero que ese loco te haga algo. - Esta vez fui yo el que se acercó.
-No me hará nada. - Dijo acunando mi rostro en sus manos.
Si yo:
1) No estuviera tan ebrio.
2) No estuviera tan ebrio, por dos.
Ya la hubiese alejado de mí.
Me sentía estúpidamente marica al dejarme hacer esto, pero, su tacto era irresistible.
- ¿Llamarás a la policía? - Pregunté mirándola a los ojos.
-No Caleb, mis padres quieren adoptar de nuevo, por eso no están mucho en casa. Si llamo a la policía, se verían envueltos en un asunto legal por mí y eso provocaría que su procedimiento sea más lento; no puedo hacerles eso.
-Piensa un poco en ti, Chinita. - Soné muy suplicante; me odio cuando estoy borracho porque me vuelvo extremadamente marica.
-Relájate, cariño. - Acto seguido: Masajear con sus pulgares, suave y delicadamente, mis pómulos.
-No quiero que nada malo te pase nunca. - Solté sin pensar.
Salieron solas las palabras.
No vuelvo a tomar licor ligado nunca más en la vida.
-Nada pasará, tranquilo. - Dijo sonriendo en grande, mostrando todos sus dientes.
-No te vayas esta noche ¿Quieres? - Me sentía asustado de pronto de que de verdad algo pudiera pasarle, no quería perderle la vista.
-No me iré ¿No me ves en pijamas? Dormiré en el sofá. - Habló con diversión.
Me coloqué muy serio. Ella no me entendió.
-No aquí en la casa, digo aquí en mi habitación. - Solté sin más.
Me miró con los ojos bien abiertos.
- ¿Por qué haría eso?
-No quiero perderte de vista. - Me detuve para detallar su rostro, el cual me miraba con ¿Asombro? - Hazle ese favor a este pobre borracho preocupado.
-Está bien, tesoro. - Sonrió tímida.
Me siento mareado.
Vómito verbal.
Oh no.
- ¿Sabes? Alanna tiene razón, eres la mejor amiga de todo el mundo. - La miré a los ojos.
¿Ah?
¿Eso de donde salió?
Su mirada se tornó seria, con un atisbo de decepción y tristeza.
-Si. - Dijo seca, sin más.
Se instaló un silencio que no pude comprender, y como todo buen borracho marica y sentimental, lo corté cargándola entre mis brazos y lanzándola de bruces en la cama, quedando sobre ella.
Su risa tierna rebotó por cada rincón de mi habitación y provocando que, por consecuente, yo riera también.
-Quítate, bruto. - Dijo ahogada en risas. - Aplastas mi seno derecho.
-Para eso lo hago, preciosa. - Hablé coqueto haciéndole cara de galán.
Puso los ojos en blanco y como pudo se zafó de mi cuerpo.
-Ya duérmete, Caleb. - Habló mientras me empujaba para recostarme sobre la almohada y me envolvía con el cobertor.
-Ven, me dijiste que lo harías. - Dije sonando como bebé caprichoso.
Maldito alcohol.
-Está bien. - Tomó el puesto a mi lado y la abracé por los hombros.
-No tomes tanto la próxima vez, recuerda que conduces. - Susurró tiernamente mientras se acomodaba bien en mi hombro.
-La próxima vez, te llevaré conmigo. - Es lo último que salió de mi boca.
Ella besó mi mejilla y, todo se tornó negro.
Dormí como un bebé y podía sentir su calor corporal y peso junto a mí, lo cual me tranquilizaba más porque, estaba ahí, donde no había ningún acosador loco que pudiera dañarla.
Ese maldito me las va a pagar.
Y ya los chicos y yo tenemos el plan perfecto para eso.
-Quisiera ser llevada hasta el fin del mundo, pero solo si es a tu lado.
Abrir mis ojos y encontrarme acompañado en la cama no me sorprendía, me ha pasado un centenar de veces; lo sorprendente es la persona que estaba a mi lado.La china. La incomparable. El terrón de azúcar más puto dulce del mundo.Sara-Lee Price Helton.No recuerdo un culo y me duele la cabeza un cojón.Ella estaba completamente dormida y yo no sabía si despertarla para preguntarle qué pasó o levantarme; ambas opciones me daban como resultado un desastre inminente así que preferí no arriesgarme. Subí un poco las sábanas que nos envolvían para asegurarme que estábamos completamente vestidos y, gracias a Dios, fue así.La miré un momento mientras dormía y vi que su rostro era completamente terso, ni un rastro del acné que en algún momento llegó a hacer presencia en su rostro; su cabello estaba recogido
- ¡Inflen esos globos, perras! - Exclamó mi hermana desde el living a sus dos amigas.Hoy en la escuela, mi hermana pasó agitada todo el día por esa mierda de la fiesta y me llamó como mil veces mientras entrenaba para asegurarse de que el plan seguía en pie y para mandarme a comprar un montón de cosas a la tienda al salir.No vi mucho a la china hoy, estuvo todo el día en la biblioteca y en reuniones con el consejo estudiantil del cual es presidenta.Estoy en mi recamara intentando escuchar música para no oír más sus gritos de psicópata hacia Courtney y Meghan; llevan toda la tarde peleando por los colores y las decoraciones.- ¡Caleb! - Gritó mi hermana desde abajo. - ¡Te quiero aquí en este instante!Cuando se pone así es idéntica a mamá.Bajé las escaleras y me lanzó su zapatilla directa al pecho
Cumpleaños 1/3.Son las 7:00 am y Josh me está acompañando a recoger mi auto al otro de la ciudad, donde se había quedado la noche anterior.- ¿Crees que se lo hayan robado? - Parecía un niño pequeño de todo lo que hablaba.Me duele todo el cuerpo y sobre todo la cabeza, esto de drogarse es horrible, no sé cómo mamá lo soporta.-Si lo hicieron, buscaré al responsable y lo moleré a golpes. - Dije respondiendo su pregunta estúpida.-Estuvo buena la fiesta, hermano. - Tenía toda la razón. - Te llevaste cinco chicas a la cama, eres mi ídolo.-Tú no te quedas atrás, hiciste un puto trío, hermano. - Es todo un campeón, se quedó con una rubia y una morena. - Dame tu autógrafo. -Dije acercándome a él de manera lasciva.No siempre sigo estos tipo
Cumpleaños 2/3. Todos se encontraban conversando con Sara-Lee para distraerla de mi conversación con Alanna. - ¿Viste cómo le habló a ese tipo? -Dijo ella, haciendo obvio su orgullo. Yo también estaba orgulloso. -Si, fue asombroso el modo en el que se comportó, nunca la había visto así. - Murmuré a mi melliza. Honestamente, esa chica nunca dejaba de sonreír a menos que esté muy molesta y esta era una prueba de ello. ¡Mierda! Me puso muy caliente eso. Me importa un culo que está mal que lo diga. -Yo la he visto solo una vez, es como ver al Diablo a los ojos. - Sonrió la morena. - Tenemos un plan, nos llevarás de compras y le diremos que iremos a una disco, tú nos pasas recogiendo al centro comercial, no llevas a la casa para que nos preparemos y... - ¿Piensas tenerme como tu chofer todo el día? -Hablé para interrumpirla, ella no me preguntó si yo podía hacerlo. Quería salir a buscar algu
Cumpleaños 3/3Detuve la Jeep en la esquina donde se supone que debía estar y me dispuse a enviarle un mensaje a Alanna.[Ya estoy en el lugar ¿Que hago ahora?] 19:13[Espera ahí, ya nosotros vamos.] 19:14[Ok.] 19:14[Hazte el asustado. ] 19:16-¿Por qué nos detenemos aquí?-La camioneta está fallando.-Respondí cortante.¿El asustado? ¿De qué mierda me habla esta mujer? ¿Qué planea?De pronto comenzaron a escucharse gritos de todas partes, y gente encapuchada y con armas salieron de los árboles y arbustos. Abrieron la puerta del copiloto y sacaron a Sara-Lee a empujones, mientras que me halaban a mí para sacarme.¿Es en este momento que tengo
Intenté dormir más de media hora, pero los golpes secos que provenían de la planta de abajo no me lo permitían.Varios pasos se escucharon subiendo las escaleras y yo en mi borrachera estaba más interesado en eso que en asistir a mi entrenamiento.-A la Chinita la rechazaron, a la chinita la rechazaron.- Comenzaron a canturrear las voces de mi hermana y otra fémina.¿Rechazaron a Sara-Lee?¡Por Dios! ¿Quién fue el demente?¿Ya le vio el trasero? ¿Será que es gay?No creo, hasta un gay se la cogería.-Chicas, ya cierren la boca ¿Sí?- Murmuró/Gritó la "Rechazada" desde un poco más de distancia.-Ya váyanse a dormir y no me hagan subir por ustedes.- Risas irrumpieron por toda la casa y la puerta de la habitación se cerró con fuerza.Mi papá me dijo una vez que una buena peda
-Caleb, si sigues mirándome así no podré dormir tranquila nunca más.- Susurró aún en mi pecho con los ojos cerrados.- Me sentiré acosada, me causarás trauma.-¡Oh, vamos! No seas tonta, estaba viendo lo fea que estás.- Mentí riendo.-Pues seré fea y todo.- Fruncí el ceño.- Pero al menos cocino bien.
-No in. ven. tes.-Es una mierda muy loca.- Llevé mis manos a mi rostro en señal de rendición.-¿Estás seguro de que escuchaste bien? Pudo haber sido un error.- Josh quedó igual que yo cuando lo escuché.-¡Que sí, negro! ¡Que no soy sordo, estoy muy seguro!- Le di un empujón y él se sentó sobre sus rodillas en mi cama, donde estábamos recostados.-Todo esto es muy loco, hermano.- Se