Chiara, se encontraba en el aeropuerto esperando la llegada de su prometido, su corazón se agitaba violentamente y los nervios de cada parte de su ser vibraban inquietos.
Habían pasado tres días terribles, se sentía deprimida y un poco angustiada, le costaba dormir por las noches y durante el día su agotamiento se evidenciaba. Camilla, no dejaba de llevarla de un lado a otro, quería mostrarle cuánto había cambiado la ciudad en los últimos años. Pero lo que más le angustiaba era no saber nada de Marcello, si bien era cierto que se repetía constantemente que lo que más anhelaba era que él se mantuviese al margen de ella, en realidad, deseaba con desesperación que él la buscara, quería creer que los años no habían pasado y que seguían siendo el par de adolescentes enamorados. Pero la realidad era otra, totalmente distinta a la que ella soñaba.
Una hermosa voz anunciaba un vuelo a Francia, eso la sacó de su ensoñación justo a tiempo para ver aparecer a su prometido.
Jakob, era un hombre hermoso, alto, de casi un metro noventa, con abundante cabello oscuro, su boca era sencillamente perfecta, anchos hombros, brazos fuertes. A pesar de tener un hombre perfecto junto a ella, no dejaba de pensar en Marcello Corttonni.
-¡Princesa, amor mío!- gritó él llegando hasta donde ella se encontraba. Dejó caer un bolso, soltó la gran maleta y la estrechó entre sus brazos. Era un abrazo cálido, tierno y amoroso. Chiara por alguna extraña razón quiso llorar.
-¡Jakob!- susurró sintiendo las lágrimas quemarle los ojos. Él le elevó el rostro.
-Oh cariño, no llores. . . yo también te he extrañado mucho.
Su cara descendió acercándose a la de ella, entonces Chiara le rodeó el cuello con sus manos y cerró los ojos.
El contacto de aquello carnosos labios fue suave, delicado y allí con ojos cerrados correspondió a aquel beso, aferrándose a él como su única salida. Sintiendo que solo Jakob, la ayudaría a superar cualquier dificultad.
Le había conocido en la universidad, cuándo atravesaba la mal temporada que ocasionó a ella el separarse de Marcello. Jakob, había sido cariñoso y dulce en todo momento, pronto se ganó su confianza, luego su amistad, su cariño y cuándo menos lo esperaba él la había besado y ella buscando olvidar a Marcello, había aceptado el amor que él le ofrecía y dos años más tarde, aquel anillo de compromiso se posó en su dedo, suplantando así al primero que había lucido.
La primera vez que le había permitido hacerle el amor, había llorado toda la noche por el fuerte dolor que le ocasionó. Un dolor casi físico, al saber que había profanado su cuerpo al entregarse a otro hombre.
Pero acalló su dolor diciéndose que el sacrilegio de Marcello había sido mucho mayor.
Jakob, fue quien culminó el beso, luego unió sus frentes y susurró junto a tus labios.
-Te extrañé tanto, mi amor.
-Y yo a ti- le respondió Chiara sintiéndose realmente triste.
-Ahora vamos a tu casa. Muero por volver a ver a mis suegros.
-¡Jakob!- exclamó el padre de Chiara, acercándose a ellos en cuanto cruzaron la puerta.
-¡Hijos míos!- la elegante madre de Chiara también se acercó a ellos. Llegó hasta ellos y abrazó a Jakob.
Los cuatro se encaminaron hasta la sala y tomaron asiento. Luego la madre de Chiara, como buena anfitriona pidió bebidas para todos.
-¿Y cómo te fue en el viaje, Jakob?- le preguntó Gio Lorretti.
-Oh, muy bien. Es un viaje realmente largo y las escalas agotadoras. Pero vale la pena, lo haría mil veces si la recompensa fuese tener a Chiara y verlos a ustedes.
-¡Eres adorable!- fue la respuesta de Milena, la madre de Chiara, Jakob rió alegremente.
-La adorable es su preciosa hija- aún sentado, era realmente alto y musculoso, junto a Chiara parecía un gigante- por cierto, la hermosísima Camille, ¿dónde se encuentra?
-En el instituto, llegará por la noche.
-Qué bien, muero por darle un abrazo.
-Y ella a ti- le sonrió Chiara.
-Quizás quieras descansar un poco, hijo.
-Si, Milena- le sonrió a su suegra- vengo agotado- se giró hacia Chiara- ¿me muestras nuestra habitación querida?- Ella tragó nerviosa.
-¿Nuestra?- se sonrojó.
Si, nuestra- Jakob rió- eres encantadora Chiara, muy pocas mujeres se sonrojan a tu edad.
-Es que. . . quizás quieras una habitación solo para ti. . . te hice preparar una. . .
-No, yo quiero estar contigo Chiara, en Australia dormíamos juntos. ¿por qué debe ser diferente aquí?- se giró hacia sus suegros- sé que quizás para ustedes sea incómodo, pero. . . yo adoro a Chiara, en seis meses nos casaremos y. . . es normal que dos personas que se aman y en nuestra situación duerman juntos.
-Pero, Jakob. . .
-Por favor. . .
-Por nosotros no hay problema- dijo Gio riendo- como dices, ahora es muy normal, no como cuando Milena y yo nos casamos, la sociedad cambia mucho. Así que pueden dormir juntos sin ningún problema.
-Gracias. . . entonces, cariño. ¿Vamos a tu habitación?
-¿A la mía?- preguntó Chiara, creyéndose incapaz de dormir con Jakob, en la misma cama en las que tantas veces Marcello, le había hecho el amor- podríamos ir a la que preparé para ti.
-No- respondió Gio- no cariño, la tuya es mejor. . . no tiene sentido mover tus cosas. Es mejor solo tener que instalar las de Jakob, en vez de mover las tuyas también.
-De acuerdo- respondió ella sintiendo que se desmoronaba por dentro creyendo que no podría soportarlo- entonces vamos. Necesitas dormir.
Cuando llegaron a la habitación Jakob la abrazó.
-¿Te quedarás a hacerme compañía?
-Deberías descansar, cariño- le respondió rogando para que él no insistiera.
-Lo haré- le besó el cuello- pero. . . primero. . .
-Jakob, mis padres están allá abajo.
-Y nosotros aquí arriba- continuó dejando un camino de besos- te he extrañado muchísimo, mi amor. Ahora lo único que deseo es hacerte el amor y luego dormir abrazándote.
Él la beso en los labios y Chiara lo supo. No había vuelta atrás.
Jakob, era extremadamente tierno cuándo la hacía suya. Adoraba su cuerpo con desmedida ternura, besaba casa centímetro de su piel con adoración. Jakob, realmente la amaba. Entonces, ¿ por qué se sentía tan mal al permitir que Jakob, le hiciera el amor en la misma cama en la que había dormido con Marcello?
Se quedó entre sus brazos, sintiendo como el desbocado corazón de Jakob, buscaba su ritmo natural. Sintió que había cometido el mayor de los sacrilegios. Ahora no solo se había entregado a un hombre amando a otro, sino que lo había hecho en la cama menos indicada. En la cama que estaba llena de amor, de recuerdos, una cama que aún mantenía el olor de Marcello Corttonni.
Jakob, se quedó dormido con sus piernas desnudas enredadas a la de ella y su cuerpo pegado a ella transmitiéndole calor, pero Chiara se sentía fría, terriblemente fría. Sin poder evitarlo un segundo más se giró y tomó una almohada para esconder su rostro y llorar en silencio mientras su alma gritaba de pleno dolor, dolor por no poder tener a Marcello, dolor por entregarle su cuerpo a Jakob, cuando su cuerpo sabía que por siempre tendría un solo dueño.
¡Marcello Corttonni!
Mantenerme alejado de Chiara, ha sido una prueba de fuego. Siento que el amor que siento por esa mujer está a punto de acabar con mi juicio, no tengo ni la más mínima idea del porqué de su comportamiento, solo sé que me mata con su desprecio, con su lejanía y sobretodo me mata saber que tiene dueño, cuando se supone que el único dueño de su vida soy yo. .. Era yo.La puerta de mi cuarto se abre, para darle paso a un Pietro, totalmente feliz.-Marcello, hermano mío.-Pietro- le digo serio- tu felicidad desborda por cada poro. ¿ a qué se debe?-He ganado otra pelea- hago un gesto reprobatorio.-Terminarás matando a Marlo , y lo digo en serio, Pietro, ya es hora de que vayas dejando ese estilo de vida, no es seguro, mancha nuestro apellido y es un mal ejemplo para Collette.-Eres un exagerado, Marcello. No podría matar a Marlo Corttonni, ni aunque quisiera, ese viejo parece tener m
MARCELLO. . .Me quedo oculto entre los arbustos del jardín, necesito estar seguro de que todos duermen antes de deslizarme en la casa. Sé que estoy loco y que además estoy cometiendo un delito al entrar así en la casa de los Loretti, pero necesito explicaciones, tengo preguntas sin respuestas y no puedo continuar así, necesito saber qué es lo que Chiara cree saber de mí, que yo mismo desconozco.Pasan muchas horas antes de que mire mi reloj, son las doce cuarenta y tres, pasa de medianoche, así que decido que es momento, y así como un vulgar ladrón entro a la casa Lorretti, sin ser invitado.Es cierto aquello que dicen de; "EL AMOR TE HACE COMETER LOCURAS", esta es la mayor de todas, si me descubren seguramente Gio, no dudará en mandarme a prisión, pero me importa muy poco, estoy dispuesto a todo por saber la verdad. Entro por la partera trasera de la casa, es extraño que una c
CHIARA. . . Estaciona el auto y se gira para verme, no sé cómo sentirme; estoy furiosa porque se ha metido así a mi casa, estoy avergonzada porque me ha encontrado en la cama con Jakob, estoy dolida porque me ha traído a este lugar, precisamente este lugar, no sé qué trama con ello, ¿hacer que baje mis defensas?, estoy que estallo porque ¿cómo es posible ser tan descarado?-¿Bajamos?- me pregunta y quisiera gritarle que se vaya al diablo, pero decido asentir. Caminamos juntos, muy cercas pero sin rosarnos, aún está muy oscuro. Decido detenerme un momento- ¿qué ocurre?- me pregunta.-Me quitaré los zapatos- digo llanamente, cumpliendo con lo dicho, lo miro en medio de la oscuridad y distingo una sonrisa. Siempre que veníamos a este lugar, solía caminar descalza sobre la arena, adoro la sensación que me produce, siento que me pone en contacto con la libertad que tiene el mar. Emprendemos nuevam
-¡No!. . . debe haber un error Marcello, mi padre me ama, es incapaz de causarme un sufrimiento, debe haber una equivocación en todo esto- Chiara, se mueve desesperada, está confundida, dolida y muy angustiada- Esto no puede estar sucediendo, mi padre es incapaz de mentirme.-¡Lo hace, Chiara!- grita Marcello, desesperado, mientras sus nerviosas manos viajan por su cabello- No sé qué logra con separarnos, pero lo hace.-Pero. . . ¿no estás casado?- pregunta con voz temblorosa.-No Chiara, no soy casado, no tengo ningún hijo. ¡Créeme por Dios!- grita exasperado.-Entonces. . . ¿por qué dejaste de escribirme?-No lo hice, mi amor- la mira con ojos tristes- te escribí todos los días, sin importar que no respondías, no deje de escribir Chiara, cada día enviaba una carta, cada d&i
Chiara, se mueve un poco incómoda, la pregunta de él la había golpeado. Ella misma no sabía qué respuesta darle. ¿qué haría con Jakob, ahora que había solucionado las cosas con Marcello?.-¿Y bien?- demanda Marcello, un poco tenso ante la posible respuesta de ella.-Marcello. . .- comienza, pero no sabe cómo continuar. ¿Qué debe decirle?-No es una pregunta muy difícil Chiara, hemos descubierto que hemos sido separados por las intrigas de tu padre, nos amamos, queremos estar juntos, no tengo impedimentos de mi parte, pero tú tienes un impedimento de al menos un metro ochenta y cinco. ¿Qué vas a hacer con él?-Marcello- comenzó de nuevo- esta es una situación muy difícil para mí- Le vio fruncir el ceño- se supone que en seis meses me casaría con Jakob.-También es difícil para mí, Chiara- sentenció.-Lo sé- reconoció ella mirándolo directamente a los ojos- sé que es difícil para
Fue una noche sumamente difícil, tuvo que hacer uso de todo su autocontrol, cuándo sintió a Jakob entrar en la habitación, intentó que su respiración fuese lo más tranquila posible para que así creyese que estaba dormida.Cuándo se deslizó en la cama junto a ella, casi salta fuera de un brinco, pero se giró sobre su estómago y le dio la espalda abrazándose a la almohada. Sintió cómo él le acariciaba el cabello, luego su respiración le abanicó la cara y un cálido beso fue depositado en su mejilla.-Qué tengas buenas noches, mi amor- le escuchó susurrar y quiso llorar, llorar porque él era un buen hombre y no se merecía el engaño y la traición a la que lo estaba sometiendo, pero llegó a su vida demasiado tarde, cuándo su corazón ya pertenecía a otro hombre, porque aunque estaba cegada por el dolor, la ira y la desdicha, nunca había dejado de amar a Marcello Corttonni.
Marcello. . . Han pasado tres días desde que vi a Chiara, hemos mantenido conversaciones telefónicas, pero la angustia amenaza con matarme, no sé qué está ocurriendo y estar así no es nada fácil para mí. Necesito saber de ella, necesito saber qué sucede con Jakob, ¿siguen durmiendo juntos?, la sola idea hace hervir la sangre en mi torrente sanguíneo y una terrible necesidad de asesinarlo me abruma.No estoy dispuesto a perder a Chiara nuevamente, no me apartaré de ella, y no permitiré que el tal Jakob siga metiéndose entre nosotros, ni Gio, ni nadie podrá separarnos, ella es mía, mía y de nadie más.Estoy bebiendo una copa en la pequeña sala bar de la casa, cuándo veo aparecer a mi hermano Roscius.-Es demasiado temprano para dedicarte a la bebida, ¿no crees, Marcello?-No existen límites de horario cuándo la pena es tan grande.-Ninguna pena me
Chiara llegó a su habitación con el corazón amenazando con salirse de su pecho, estaba hiperventilando y sus manos temblaban sudorosas, se sentó sobre la cama y desató el nudo que unía las cartas, las esparció en la cama y se sorprendió al reconocer su letra. No solo estaban las cartas que Marcello le había enviado, sino que también habían muchas cartas que ella misma le había enviado a él. Con manos temblorosas tomó un sobre y lo abrió."Amor Mío.Debo confesar que los días sin ti a mi lado son más difíciles e intolerables de lo que supuse, estar lejos de ti me causa una infinita tristeza que amenaza con acabar con mi cordura, no puedo estar sin ti, no quiero estar sin ti Chiara, me duele el ama a causa de esta distancia. Pero no quiero ser egoísta, no quiero cortar sus alas, no quiero privarte del deseo de superación, es por ello que estoy dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario, sé que la reco