Chiara llegó a su habitación con el corazón amenazando con salirse de su pecho, estaba hiperventilando y sus manos temblaban sudorosas, se sentó sobre la cama y desató el nudo que unía las cartas, las esparció en la cama y se sorprendió al reconocer su letra. No solo estaban las cartas que Marcello le había enviado, sino que también habían muchas cartas que ella misma le había enviado a él. Con manos temblorosas tomó un sobre y lo abrió.
"Amor Mío.
Debo confesar que los días sin ti a mi lado son más difíciles e intolerables de lo que supuse, estar lejos de ti me causa una infinita tristeza que amenaza con acabar con mi cordura, no puedo estar sin ti, no quiero estar sin ti Chiara, me duele el ama a causa de esta distancia. Pero no quiero ser egoísta, no quiero cortar sus alas, no quiero privarte del deseo de superación, es por ello que estoy dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario, sé que la reco
Marcello se encontraba en la ámplia y hermosa sala con un wisky en las manos, cuando Leandro que iba de camino a la oficina se topó con él.-¿No es muy temprano para beber?- le preguntó frunciendo el ceño.-Puede ser- se encogió de hombros- pero cuándo tienes algo que te atormenta, no hay horas, querido hermano, porque la pena no se toma treguas ni te da respiros.-No sé cómo puedes seguir en esa situación después de tanto tiempo.-La amo- lo miró fijamente- quizás no me comprendas porque no has sentido nada como eso. . .-Tienes toda la razón, Marcello Corttonni, no lo he sentido, ni espero hacerlo, el amor es un sentimiento destructivo y no pienso darle esa capacidad a nadie, hermano.-Me hubiese dado ese consejo hace años hermano, lo necesitaba, ahora ya es demasiado tarde- su voz denotaba tanta tristeza que Leandro sintió un gran pesar.-Venga hombre, arriba ese ánimo, acompáñame a la empresa, allá tenemos mucho trabajo y de
Chiara se quedó en su habitación perdida en sus pensamientos. No entendía por qué razón su padre se estaba comportando de aquella manera, él siempre había apoyado su relación con Marcello, él sabía que lo amaba más que a nada, entonces por qué destrozarle así la vida, por qué lastimarla de aquella manera.La discusión con Jakob la había dejado muy perturbada, él era un buen chico, la había apoyado en los peores momentos de su vida, le había brindado una a mistad sincera, le habló de su amor y ella no pudo corresponderle sin embargo él cada día se ganaba su respeto, su confianza, su cariño y esos sentimientos no se les dan a cualquiera, él supo ganárselos, ofreciéndole lo mejor de sí, y aunque ella no lograba amarlo, decidió que al no poder estar con Marcello, poder contar con e
Carllotta y Marlo Corttonni, entraron a su casa, volvían de un coctel en casa de los Marietti, cuándo encontraron un revuelo en la sala de su casa.Carllotta, gimió ante la escena. Collette, limpiaba las heridas de un amoratado Marcello. Roscius tenía el ceño fruncido, frente a la chica del servicio que limpiaba una herida en la boca de Leandro, y Pietro estaba de brazos cruzados--¡Por Dios!- gimió la madre de aquellos chicos.-Se puede saber, ¿qué está ocurriendo aquí?- preguntó Marlo, sin saber si debía estar preocupado o enfadado.-¡Yo acabo de llegar!- se excusó Roscius.-¡Un salvaje entró a la casa!- gimió Collette.-Casi nos mata- intercaló Leandro mientras hacia una mueca de dolor.-¿Cómo que un salvaje entró a casa?-Es el prometido de Chiara- dijo Macello- vino a matarme.-¡Hay que llamar a la policía! – gimió Carllotta.<
Aquellas palabras produjeron un inmenso placer que viajó a través de su torrente sanguíneo. "estoy aquí para cuidarte", eso era lo único que necesitaba para sentirse bien. Ahora todo parecía perfecto.-Lo siento- sollozó Chiara- siento tanto que te haya dejado así, mi amor.La escena no pudo menos que sorprender a todos los presentes. ¿Aquello estaba ocurriendo realmente?, aparentemente sí.-Todo está bien, cariño- le dijo Marcello, acariciando su mejilla y limpiando con el pulgar el rastro de las lágrimas.-¡Nada está bien!- gimió ella, tomó su mano y la besó con ternura- ¡mírate cómo estás, nada está bien!-Pues, pudiera estar peor, gracias a Dios mis hermanos intervinieron, no me llena de orgullo admitirlo pero, pudo haberme matado- dijo con voz pesarosa.-Siempre le he dicho que tanta civilización no es buena. Nada mejor que saber usar los
Jakob, estaba realmente enfadado, ¿ cómo se atrevía Chiara a someterlo a semejante ridículo? ¡Se fue tras él!, ¡tras el imbécil debilucho del Corttonni!Aún tenía ansias de destrozarle la cara, si tan solo no hubiese aparecido ese otro Corttonni, seguramente hubiese logrado la satisfacción que anhelaba. Pero no, tenía que aparecer.La suerte no estaba de su lado.-¡No puedo creer que se fue tras él!- gimió Gio Loretti.-Ni yo. La he amado, la he respetado y mírala cómo se comporta, no pierde oportunidad de exponerme al escarnio público. ¿ qué le diré a mi familia?, ¿ que Chiara no sabe lo que quiere?, ¿qué nada más ver a su ex, se le arrojó a los brazos y a la cama?, ¡nunca en toda mi vida me he sentido tan humillado!
Los días transcurrían y Chiara, estaba feliz de poder compartir un poco más con los Corttonni, quienes la habían acogido nuevamente como una más de la familia, se sentía satisfecha de poder dormir cada noche abrazada al firme cuerpo de Marcello, él la llenaba de amor, solo a su lado se sentía inmensamente completa, como nunca antes lo había hecho. Aunque con el pasar de los días también se entristecía un poco, saber que sus padres habían urdido toda esa treta para alejarla del hombre que amaba, la lastimaba inmensamente, eso había creado en ella una herida que no estaba muy segura si algún día pudiera sanar.Aunque habían fallado gravemente, los extrañaba. Extrañaba inmensamente el cariño que les brindaban, extrañaba su presencia, pero por su propio bien debía acostumbrarse a no estar con ellos, ya que como su padre había dejado claro, era Marcello o ellos, y obviamente le había dolido tener que decidir entre ellos, pero al menos Marcello n
Dos días transcurrieron, dos días más en los que Chiara no sabía absolutamente nada de su familia, intentaba convencerse a diario de que tenía a Marcello y no necesitaba a nadie más, pero lo cierto era que su corazón se llenaba de angustia diariamente, no saber nada de su familia la lastimaba.En esos dos días tampoco había podido comunicarse con Camilla, en consecuencia estaba completamente desconectada de los Loretti y cada vez más ligada a los Corttonni. Lo que más le inquietaba era que Jakob, aun estuviese en Italia, había presumido que para esas alturas, él ya habría decidido irse, pero no. Se mantenía en su casa, junto a sus padres y eso la preocupaba enormemente.Se estiró desperezándose del sueño, cuando las fuertes manos de Marcello le rodearon la cintura.-Buenos días, dormilona- le susurró al oído, dándole un beso en el cuello.-Buenos días, dormilón. Debes saber que tú también te estás levantando t
Jakob. . .Abro los ojos con lentitud y logró desperezarme un poco. Estiro mi brazo en busca de Chiara y la realidad vuelve a golpearme como cada mañana. . . Ella se ha ido.Me quedo observando el techo en silencio mientras mis ojos comienzan a picar y sin poder evitarlo las lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas.-¿Por qué lo prefiere a él?- me pregunto con dolor- ¿Por qué abandonarme después de todo lo que hemos vivido juntos?Yo que pensaba que ella era feliz a mi lado, que se sentía segura y protegida. Yo que renuncié a la vida despreocupada que llevaba para enfocarme en ella. Para ayudarla a salir de esa depresión en la que se encontraba, yo que pensaba que ella era feliz a mi lado. . . ¡Es que lo éramos, hasta que apareció el maldito de Corttonni!Me giro sobre la cama y abrazo con fuerza la almohada, siento tanto dolor