—Cuando dije que mi papá se iba a morir —habló Bael—, no lo dije en serio.

—No sabía que mi tío se podría desmayar —hablo Estefan—, creo que ya está volviendo.

—Aaahhh… —Alan se levantó como un zombie—, dios tuve una…

Alan vio a Estefan, a Bael y Gabriela mirándolo preocupados.

Se dio cuenta de que no había sido ninguna pesadilla y Gabriela estaba vestida de novia.

—¡No!

— Esa es mi señal para irme —Estefan de pronto empezó a salir de la tienda.

—La mía también —Bael salió igual de rápido que su primo.

—¡Malditos cobardes! —exclamó Gabriela desesperada.

—¡No! —Alan empezaba a tener un ataque de pánico—. ¡No, no, no…!

—¡Papá ya basta! —Gabriela lo miró decepcionada—, por favor, acepta que he crecido y he encontrado a mi mate y me voy a casar con él.

—¡Apenas acabas de cumplir 18 años ayer! —exclamó Alan levantándose por completo—. ¡Ayer! ¡Ni siquiera han pasado 24 horas siendo mayor de edad!

—¡¿Por qué no puedes verme feliz?!

—¡Es porque quiero que seas feliz por lo que hago todo esto!