Lila se había abocado completamente a su empresa «Harmonía». Un proyecto que hacía más de tres años estaba en marcha, solo que se lo guardó en secreto, para que nadie interfiriera antes del lanzamiento, mucho menos su padre. Se había rodeado de los mejores profesionales que pudieran existir, muchos de ellos ex miembros de las empresas de su esposo o la de él mismo. Algunos habían sido maltratados por no adherir a prácticas «desleales», así que contaban con una motivación «extra». Margaret por su parte, había preparado una extraordinaria campaña de promoción y Lila había utilizado muy bien su dinero y conexiones para incentivar a varios políticos en puntos estratégicos del mapa, para apoyar leyes que favorezcan la llegada de su empresa. Así que cuando Emma aceptó, se lanzó la empresa a una escala mundial sin precedentes, en lo que los mercados y el público en general llamaron: «El futuro es hoy».
En poc
Jeff seguía sintiéndose muy incómodo con la salida de Sam. Hoy por hoy no podía culparlo, de hecho, él mismo estaba pensando pedirse un pase a otra división o inclusive a otro país, porque no otro continente. Ya estaba un poco hastiado de la burocracia y de la falta de acción contra algunos «peces grandes» tenía ganas de mandarlos a todos al demonio. —Ron tengo que hablar contigo —Jeff le hizo gestos para que se fueran a otro sitio más reservado, últimamente se sentía vigilado hasta en su propia oficina, así que la central no era el mejor lugar para hablar de «ciertos temas». Los dos salieron del recinto y fueron a dar un paseo en el auto de Jeff, no era por diversión, simplemente el joven esperaba que en un lugar alejado y a solas, Ron le explicara porque había reaccionado tan mansamente cuando los hicieron a un lado e
Fue una semana de locos en la «URA», primero la suspensión de «El Jefe», Ámbar y Peter, la medida había caído de imprevisto y dado por tierra el clima de festejo por la condena y detección de Stephen Glambers y otros varios directivos, solo faltaba dar con el paradero de Patrick Prescott para culminar con contundencia el caso.El Capitán Harsh había asumido como interino y lo primero que hizo fue interrogar a cada uno de los miembros de la agencia. Mary estuvo cerca de media hora en la oficina y cuando salió no quiso decir una palabra de lo que había pasado, luego fue John y sucedió algo parecido, pero con Agnes la cosa cambió, ella permaneció cerca de dos horas y a partir de ese momento ya no fue la misma, en toda la semana no se le escucho ni un reproche, ni un cuchicheo, ni siquiera hablaba con el resto de los compañeros, nadie sabía de qué habían conversado en esa oficina, pero sin duda la había marcado terriblemente.&nbs
Dicen los que más historias han escuchado, que cada una de ellas tiene vida propia y que inevitablemente van cambiando conforme se las van contando; aseguran que están estrechamente ligadas a la vivencia de quienes las cuentan, pero los que realmente más saben de historia dicen mucho más todavía. Afirman que, si uno está feliz y contento terminan de esa manera; y que, si uno está triste las historias nunca pueden terminar bien.Se comenta que es más fácil imaginarnos en lugares comunes y saltando el límite entre el bien y el mal, solo para regresar victoriosos de nuestras proezas; en realidad se comentan demasiadas cosas.Hay un pequeño detalle: la mayoría de las veces nuestras acciones tienen profundas consecuencias y no siempre se puede volver.Tal vez si alguien se lo hubiera dicho, hoy todo sería muy diferente, tal vez.
Pocas veces se había generado tanta expectativa como en ese momento. Si bien no había ninguna norma que impidiera el encendido de televisores, en general no se utilizaban, por eso cuando «el jefe» salió despedido como un rayo pidiéndoles a todos que se acercaran para ver las noticias, generó un desconcierto sin precedentes. «Altas fuentes mencionan que las pruebas son contundentes y si bien aún no se conoce el paradero del peligroso magnate, se da por descontado que pasará el resto de sus días en prisión junto a su familia y a sus cómplices. Recordamos que su hija Lila Prescott ya ha sido condenada por homicidio. Reportó para la cadena internacional Newsint, Eleonora» «El jefe» comenzó a cambiar frenéticamente de canal. Una noticia como esa debería permanecer al aire, solo tenía que encontrar la emisora que lo trasmitiera. No tardó en
Ámbar apresuró su paso ignorando todo lo que sucedía en el cuarto que obraba las veces de desayunador. Al no poder hablar de sus vidas personales los temas de conversación no eran demasiados, no necesitaba prestar atención ya que esa rutina la conocía de memoria: cafés recién servidos; Peter, Michael y John hablando de deportes y comentando los resultados de los partidos del día anterior; Agnes y Mary hablando del último episodio de la serie que estuviera de moda; y las críticas al hombre encargado del destino de todos ellos: «el jefe». —Ten cuidado parece que ya sabes quién hoy no está de buen humor —escuchó a Mary cuando le advertía a Peter en voz alta. Solo para que ella escuchara y se hiciera cargo del clima hostil que había generado la semana anterior— para variar, hoy también será un día difícil. La joven nunca se mos
La jornada continuó normalmente. Un par de bromas ligeras para distenderse de la mañana y del entrenamiento físico. Ya había terminado la exigente jornada de actualización en seguridad informática y quedaba derecho internacional e idiomas continentales por la tarde. La unidad especial conocida como «URA» se encontraba en el ala norte de un simple y aburrido edificio de oficinas, moderno pero austero. Completamente aislado del edificio principal, la fachada justa para que nadie pudiera sospechar. Como decían en las clases de metodología en la investigación para novatos: «si quieres esconder algo, déjalo bien a la vista de todo el mundo».&nbs
La brisa otoñal irrumpió suavemente sin pedir permiso en la habitación. Una mezcla de hierbas frescas típica de los Alpes, acompañando el canturreo de los pájaros, habían hecho más ligero el sueño de Lila Prescott. Nada como un buen descanso en sábanas de satén con perfume a nuevo. Nada como un cuarto enorme abarrotado de lujos y objetos sin sentido. Nada como un inmenso guardarropa del tamaño de una casa pequeña, lleno de vestidos y zapatos para usar uno distinto cada día del año. Nada como la falta de amor como para ser desdichado aun teniéndolo todo. La mansión de los Prescott en Balzers tenía cientos de años, pero siempre lucia de estreno. Se podría decir que el castillo de Vaduz quedaba pequeño y opaco si lo comparabas con ella. Sus pisos y escaleras de mármol brillaban más que la nieve y sus paredes, con apliques de oro, hac
No hay un solo paisaje en todo el mundo que se parezca a el salón que recreaba «primavera». Digno de una postal de Alicia en el país de las maravillas. Para ponerlo en pocas palabras y muy claras, un lugar que si hubiera visto la reina de corazones seguramente hubiera mandado a cortar la cabeza de sus jardineros por incompetentes. Así de simple, así era el jardín que había diseñado Robertino para Lila y Andrew. Salvo el centro amplio y generoso, todo era un enorme laberinto, pero muy bien señalizado. No era muy alto, estaba cortado a la altura de la cintura y podían seguirse las líneas de colores hechas por flores de época que marcaban los diferentes puntos de referencia. Los invitados se desplazaban hacia sus mesas mientras los simpá