Jasper.
No podía creer que Chuck ya no se encontrase en este mundo, que Mcland finalmente hubiese acabado con el único hombre que podía cuidar de esa chica. Porque mi papel en la historia nunca fue el de proteger, yo era el tipo malo, el que profesaba dolor y muerte.
Tenía que elegir bien mis pasos antes de tomar una decisión, pero rescatar a esa chica de su destino, no era asunto mío.
- Toro – me despertó Cole, mientras descansaba mi mente, teniendo pensamientos contradictorios bajo la luz de la luna, sentado en mi sillón de pensar – Mcland ha accedido a una reunión para hablar de negocios.
Victoria.Claire me ayudó a ducharme y me consiguió algo de ropa de su hija que estaba estudiando fuera. Solía tener la mirada perdida cuando hablaba sobre ella, pero decidí no darle importancia.- ¿Cómo ha llegado el señor Bigotes a esta casa? – quise saber mientras me daba una vuelta por aquella habitación blanca en la que parecía que iba a retenerme ese hombre en contra de mi voluntad.- Nunca desapareció, fue robado – contestó ella.- ¿Cómo? – pregunté con incredulidad.
Jasper.No podía dejar de pensar en la puta situación de mierda. En lo que ese cabrón iba a hacer con ella, en lo mucho que quería salvarla sin poder mover ni un dedo.¿A quién podía recurrir? Ella no tenía a nadie en el mundo. No había nadie más.¿En qué puto momento se había ido todo a la mierda tanto? ¿y qué cojones pasaba por mi mente cómo para querer convertirme en el héroe de aquella puta historia?- ¿Se puede saber qué mierdas ha pasado ahí dentro? – se quejaba Dexter ya
Victoria.Grité con todas mis fuerzas, me reusé a volver a ser atada y me gané una buena ostia en la mandíbula. Al final acabé en la habitación blanca atada a unas cadenas que caían de la viga superior.Pensé en Jasper en cómo me dejó allí sin mover si quiera un dedo. ¡Dios! Por un momento pensé que iba a llevarme con él, realmente esperé que me sacaría de aquel infierno, pero ... Mi padre ya no estaba, así que ya no tenía por qué protegerme.¡Cielos! Jacob tenía razón. No había nadie en el mundo que pudiese salvarme de
Jasper.No quería pensar en las malas decisiones que estaba tomando.La tía tenía su propia forma de hacer las cosas y colaborar con el FBI para conseguir protección era una de ellas. Eso no iba mucho conmigo, evito meterme con según qué colectivos y me mantengo siempre a salvo, pero en mis propios chanchullos.Su relación con Torres podría darnos ventaja, ese cabrón estaba bien enganchado a ella, pero ... no me fiaba demasiado. Los líos de faldas de un agente del FBI corrupto no iban a llevarnos a buen puerto.Tenía asuntos que tratar antes de dar prioridad a mis propios intereses, pero Cole estaba tratando ese tema person
-37-Alex Black.En la bonita localidad de Barcelona, España en el interior de un caro restaurante de la ciudad, frente al mar, en aquella noche estrellada un matrimonio celebraba su aniversario feliz.Él era Remi Duran, un importante alto mando de las fuerzas aéreas francesas que disponía de las claves del antiguo prototipo Electra, algo que nuestro gobierno necesitaba. Por supuesto enviaron a su mejor hombre a la misión, y ahí es dónde entraba yo.Colarme en la habitación de hotel ese alto mando sin alertar a ningún otro ser humano fue fácil. Había sido instruido para ello y con el paso de los años
Victoria.Mi mente divagaba por la inconsciencia mientras mi cuerpo parecía estar al límite, colgada de las vigas que sostenían la casa, con las muñecas en carne viva, el escozor de mi piel, los pies metidos dentro del bidón lleno de agua en el que solía darme las descargas que me partían por la mitad.Quería morir, lo deseaba más que nada en este mundo. Fantaseaba con ello: mi propio ser ya no podía aguantarlo más y moría electrocutada o después de una fuerte sesión de cortes con esa navaja, mientras ese monstruo me tiraba del pelo y me violaba violentamente. Tan sólo quería que todo terminase de una vez.
Jasper Toro.Daba vueltas por el despacho de aquella mansión dónde ella estaría en algún lugar. La tenía tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. Parecía que eso era algo que caracterizaba nuestra relación. Sonreí, divertido, mientras Cole miraba a través de la ventana observando como Jacob salía del cobertizo y se acercaba a la casa.- Ya viene – me alertó. Me serené, poniendo todo de mi parte en aquella reunión que iba a resultarme de lo más divertida. Todo un placer dejar con la boca abierta a ese capullo y vengarme a mi manera de haber matado a un
Alex Black.Discutía acaloradamente en aquella noche estrellada. Apenas había dormido, ni siquiera podía pensar con claridad. Llevaba días sin ducharme, había tenido que coger tres aviones comerciales y un barco para llegar hasta allí. Así que... no estaba para escuchar los sermones de Gray, mi ex compañero.- La pondrás en peligro si te presentas allí sin nada, tío – me dijo. Y tenía razón, joder, pero no podía permitir que ese cabrón le hiciese daño a mi hija. Ya me quitó a su madre una vez.
Último capítulo