“No me importa lo buena que sea su relación. Ella es solo una criada, y sin embargo tuvo el descaro de tratar a mi hijo con mucha crueldad. Ella no solo se hizo pasar por el mayordomo, sino que incluso lo humilló y lo hizo arrodillarse afuera durante toda la noche. ¡Fane es mi hijo, y tengo que vengarlo...!”. Los puños de Nash se apretaron con agitación.

Beth estuvo de acuerdo con Nash, por lo que asintió y le sugirió: “Sí, pero aún no es el momento adecuado. Esperemos hasta que venga el Joven Amo Fane. Creo que es mejor encontrar una excusa para matarla si se atreve a humillar al Joven Amo Fane cuando él esté aquí. De esa manera, usted podrá vengar al Joven Amo Fane para que él lo vea, y entonces él sabrá lo mucho que usted le importa”.

Los ojos de Nash se iluminaron cuando escuchó lo que dijo Beth. “¡Eso es espléndido! Oh, cómo desearía que Fane ya viniera... Sería bueno si pudiera quedarse aquí por unos días, aunque no quiera la herencia de la familia Woods...”.

En ese momento,