El caos crecía en la mente de Fane mientras más pensaba. Junto a él, Baudilio y Xalo seguían discutiendo acaloradamente. Se miraban con desprecio mutuo, y Xalo estaba avivando aún más la situación. ¿Cómo podía Baudilio soportarlo?

Él enderezó su cuello y gritó a Xalo con furia:

—¡Espera y verás! No te dejaré escapar, incluso si no podemos pelear aquí, te buscaré después de salir de este lugar. ¡No pienses que puedes presumir ante mí todo el tiempo!

Xalo rió con desdén y dijo sin preocupación:

—No hables como si fueras el más fuerte. Solo porque nos encontremos de nuevo no significa que puedas derrotarme. Está claro que eres el más débil aquí, solo puedes demostrar tu habilidad hablando.

Fane frunció el ceño mientras observaba a los dos pelearse, ya que sus oídos estaban a punto de cansarse por tanto alboroto. Se sintió desinteresado en seguir teniendo alguna relación con esos dos, así que se dio la vuelta y se dirigió hacia otro lado.

El plan de Baudilio ya estaba arruinado, y contin