Fane echó un último vistazo a la plaza antes de darse la vuelta y dirigirse hacia la puerta de la ciudad. La expedición a la Ciudad Xochimilco no solo había sido muy fructífera, sino que también habían obtenido información importante.

Ahora tenía que replantear su próximo viaje. Una vez fuera de la ciudad, Fane activó de inmediato una ficha de comunicación para Benedicto. En menos de siete minutos, Benedicto corrió hacia él a toda prisa. Miró a Fane de arriba a abajo con los ojos muy abiertos y dijo:

—¡Realmente estás bien! ¡Estos últimos días he estado pensando constantemente y preocupándome por si te había pasado algo dentro!

Fane arqueó una ceja y preguntó:

—¿Estos últimos días? ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que entré allí?

Benedicto extendió cuatro dedos:

—Han pasado exactamente cuatro días. Durante estos cuatro días, he estado esperando afuera de la puerta de la ciudad, temiendo que alguien más nos descubriera. También he establecido una formación de ocultamiento simple. ¡Esto