Capítulo3914
Radomiro también estaba bastante molesto, pero sabía que aún no debía perder la calma. La situación frente a ellos era muy desfavorable. Ser impulsivo no traería ningún beneficio. Los tres ya estaban heridos, y la posibilidad de ganar otra pelea era nula. Aunque esos tres oponentes fueran extremadamente bajos y repulsivos en sus métodos, no tenían más opción que tragarse su rabia.

Radomiro sujetó con fuerza el brazo de Leticio:

—Leticio, no actúes por impulso, ¡si lo haces, solo vamos a estar más en desventaja!

Leticio estaba tan furioso que temblaba, pero sabía que Radomiro tenía razón. No podían ser impulsivos. Pero no podía evitarlo, esos tres imbéciles usaban métodos tan sucios que lo ponían fuera de sí.

Zucka apretó los dientes y, con una respiración profunda, trató de calmarse:

—¡Ustedes dos, cállense!

Exhaló un suspiro y, controlando su ira, dijo:

—¡Veinte mil! ¡Solo te voy a dar veinte mil!

Nahuel, haciendo un gesto serio, movió tres dedos:

—¡Treinta mil! ¡Nada menos!

Le
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