¿Cómo era posible que Fane hubiera matado a doscientos y cuarenta? Durante su tiempo en el espacio independiente, aunque estaba seguro de que ganaría, no se relajó en absoluto y se esforzó al máximo para matar a las bestias del alma púrpura.

Después de un tiempo equivalente a una vara de incienso, su energía verdadera se había agotado por completo. Ochenta ya era su límite, pero no esperaba que Fane tuviera el triple.

Sigerico sacudía la cabeza frenéticamente:

—¡No puede ser! ¿Cómo es posible que tengas el triple que yo? Eres solo un alquimista, mientras que yo soy un discípulo interno de la Secta Sin Fronteras. ¡Mi cultivo en el Continente Hestia ya ha alcanzado el período intermedio del nivel de solidificación de la primavera! ¡Soy uno de los mejores entre los discípulos internos! ¿Por qué eres más fuerte que yo? Debe haber un problema, definitivamente hay un error en la piedra del alma púrpura!

Sigerico se negaba a aceptar esta realidad y estaba convencido de que la piedra del alma