Jubal habló con voz fuerte:

—La razón por la que pude cosechar el fruto de Simurg Azul es porque pasé un año entrenando en la montaña Aconcagua. Durante ese tiempo, no sé cuántas bestias demoníacas vi y cuántas hierbas y medicinas espirituales recolecté. Aunque hubo personas que me protegieron, también enfrenté muchos peligros y estuve al borde de la muerte varias veces. Estas experiencias, aunque peligrosas, son mi valiosa riqueza. Si no fuera por esas experiencias previas, ¡nunca habría logrado un rendimiento en la tercera etapa de la competencia!

Después de decir estas palabras, Jubal se volvió bruscamente, con los ojos bien abiertos y preguntó con tono inquisitivo:

—¡Esta es la razón por la cual tengo el coraje de afirmar esto! ¿Has entrado en la montaña Aconcagua alguna vez?

Fane también asintió con la cabeza. Él había entrado realmente en la montaña Aconcagua y había vagado por allí durante dos o tres días. Después de ver a Fane asentir, el decano Domínguez suspiró aliviado y r