"¿10 mil dólares?".

Rosa jadeó después de escuchar eso; Fane debe haber estado mintiendo. Había trabajado tan duro durante un mes solo para recibir un salario escaso. Para decirlo de una manera mucho mejor, ella era solo una supervisora, pero se sentía extremadamente agotada.

Sin embargo, aquí estaba Fane: diciéndole casualmente a la camarera que le daría 10 mil como propina. Eso era demasiado, ¿no?

"¡Muchas gracias señor!".

La bonita camarera también estaba encantada. Su fuente habitual de ingresos eran las comisiones que obtenían del alcohol que servían. Sin embargo, estas comisiones eran muy bajas. Sumando eso a su salario base, el total ni siquiera se acercaba a los 10 mil.

De hecho, había clientes que les daban propinas, pero recibir de 3 a 5 mil como propina les alegraría el día.

Incluso si sus invitados fueran algunos jóvenes amos de familias aristocráticas de segunda o tercera clase, una generosa propina de ellos sería de unos 2 a 3 mil dólares; camareras como ellas eran