Es un inicio | Estrella.
Mis ojos volvieron a viajar hacia él, metafóricamente era como un imán para mis ojos, era sumamente atractivo, alto, pecoso, pelirrojo, la definición del hombre perfecto.
Puse rápidamente los ojos en el manuscrito que tenía en la mesa cuando vi como alzaba la vista de la mesa. Empiezo a creer que me veo muy mal aquí, haciendo esto.
Llevo prácticamente tres semanas viniendo a esta misma cafetería "Rens", el mismo día y a la misma hora. El dueño de este lugar me sonríe siempre que entró, pero seguramente cree que estoy loca.
Bien volvamos a poner la atención en el manuscrito; no he pasado del mismo párrafo, cuando vuelvo a levantar la vista hacia él otra vez.
En mi mente se forman muchas preguntas:
Es perfecto | Gigi. Envío mi siguiente reporte a mi compañero para la siguiente impresión de la revista cuando James se acerca a mí. - Hola - saluda de manera extrañamente alegre como si supiera algo que yo no. - ¿Hola? - respondo de manera sospechosa. - ¿Qué tal el trabajo? - pregunta. - Ligero - confieso. - ¿Y el bebé? - pregunta viendo hacia mi vientre de seis meses. - Muy quieto - respondo llevando mis manos directamente ahí. - No será futbolista - bromea James. - Definitivamente no - sigo.
Es hora | Gigi. Comencé a abrir los ojos mientras intentaba moverme, pero algo me lo impedía, no, eraalguien. Cuando por fin mis ojos estaban abiertos mi mirada viajó al brazo de James que me abrazaba como si fuera una almohada. - James - llame viendo la hora en el reloj que reposaba en el buró de a lado, ya era tarde pero todavía podía ir a la oficina. - Buenos días - saluda un somnoliento James que apenas abría un ojo. - Ya es tarde - comento. - ¿Y? - pregunta cómo si eso importará. - Debemos ir a la oficina - le recuerdo. - O podemos quedarnos aquí - propone.
Buenas nuevas | Gigi. - Me estás abandonando - fue lo primero que dijo Estrella al terminar de relatar todo lo sucedido anoche. - ¿Es todo lo que oíste? - pregunto mientras evitó llegar a ese punto - no lo veas así. Estrella se levanta del sofá para ir hacia la cocina y lavar los trastos. - ¿Entonces como lo veo? - pregunta tallando con fuerza la taza donde se sirvió café. - Como el momento de madurez de tu amiga - respondí pestañando con inocencia. Ella enjuaga la taza y la deposita sobre el escurridor sin decir ni una sola palabra. - ¿Y tú habitación? - pregunto mientras giraba sobre sus pies y se encaminaba a su cuarto.
Mundanza | Gigi. - ¿Fiesta de brujas? - pregunto Noémie después de la gran noticia que dio Miriam. - Si, es algo genial - comento Miriam mientras guardaba mis libros en la caja. - Oh, vamos Miriam solo te gusta la idea de fiesta - comenté mientras terminaba de marcar la caja. - Eso es algo ofensivo - comento Miriam - pero sí, es cierto. Estrella entraba a la habitación mientras tomaba la reciente caja que había marcado. - Pues yo sé preparar postres con decoración "escalofriante" - se unió rápidamente a la conversación. - Ya ven, deberían ser como Estrella - opino Miriam mientras salía de la habitación con la caja de los libros cerrada.
Calabazas | Gigi. - Entonces estamos de acuerdo en que los colores negros, verde y naranja, son los indicados. Asiento ante la explicación de mi mejor amiga, desde que se enteró que es responsable de la gran fiesta ha ido de colores y salones a vestuarios y comida. - Tal vez si pedimos el salónYendipodemos poner pista de baile - dice mientras mantiene el lápiz en la barbilla. - Y así ocupamos la barra del bar - agregué pensando en la cantidad de personas que beben. - Y unas cuántas mesas por si quieren sentarse - concluyó Miriam anotando todo. - Hola chicas - saluda James mientras entra al cubículo. - James - responde mi amig
Carolina | Gigi. Me siento como una acosadora mientras observó cómo el pequeño cuerpo respira profundamente y duerme plácidamente en la cama. - ¿Entonces es tu sobrina? - concluyó viendo a James que al igual que yo ve a la pequeña durmiendo. - Así es - responde él. Carolina Kend, era hija de la gran Ginebra McDiggel, la gran modelo que adorna muchas columnas de la moda y un chico que había huido ante la buena nueva de que sería padre. - ¿Cuántos años tiene? - pregunto. - Va a cumplir los ocho años - contesta James mientras se va alejando de la habitación y yo cierro la puerta mientras lo sigo a nuestro cuarto. - ¿Y su mamá? - pregunto.
Luna de miel | Gigi. - Aja - anoté mientras la secretaria de la señora McDiggel me respondía todas mis dudas, exacto su secretaria, porque la señora McDiggel estaba muy ocupada para atender a su amada nuera. Mis ojos viajaron a Carolina quién jugaba con Miriam, quién en cuanto la vio y supo que era hija de Ginebra McDiggel, no dejo de preguntarle varias cosas, aunque la más repetida era¿En serio tu madre es GinebraMcDiggel?,la pobre niña ya hasta rodaba los ojos ante esa pregunta. - ¿Algo más? - pregunto la secretaria algo cansada de tanta pregunta. - Nada más - respondí - y muchas gracias. Después colgué para ver la lista de qué cosas que necesitaba saber sobre Carolina.
El plan | James. Estaba comenzando a dolerme la cabeza de manera prácticamente asombrosa, apenas eran las siete de la mañana y ya tenía una riña con Gigi. — ¡Solo debes de poner tus cosas de tu lado! Si, sólo discutía con ella porque no podía acomodar todas sus cosas en el baño, como si no lo compartiera con nadie, pero lo comparte conmigo y por el momento con Caro. ¡Caro! Se supone que la ayudaría a alistarse, pero llevo rato discutiendo con Gigi, cuando entro a su habitación lo primero que noto es caos, todo está desordenado y tirado y una muy desalineada Caro está frente a mí, con un vestido de color verde y unas botas cafés, el conjunto se vería bien si no fuera porque está sucio. — ¿Por qué te