Luna de miel | Gigi.
- Aja - anoté mientras la secretaria de la señora McDiggel me respondía todas mis dudas, exacto su secretaria, porque la señora McDiggel estaba muy ocupada para atender a su amada nuera.
Mis ojos viajaron a Carolina quién jugaba con Miriam, quién en cuanto la vio y supo que era hija de Ginebra McDiggel, no dejo de preguntarle varias cosas, aunque la más repetida era ¿En serio tu madre es Ginebra McDiggel?, la pobre niña ya hasta rodaba los ojos ante esa pregunta.
- ¿Algo más? - pregunto la secretaria algo cansada de tanta pregunta.
- Nada más - respondí - y muchas gracias.
Después colgué para ver la lista de qué cosas que necesitaba saber sobre Carolina.
El plan | James. Estaba comenzando a dolerme la cabeza de manera prácticamente asombrosa, apenas eran las siete de la mañana y ya tenía una riña con Gigi. — ¡Solo debes de poner tus cosas de tu lado! Si, sólo discutía con ella porque no podía acomodar todas sus cosas en el baño, como si no lo compartiera con nadie, pero lo comparte conmigo y por el momento con Caro. ¡Caro! Se supone que la ayudaría a alistarse, pero llevo rato discutiendo con Gigi, cuando entro a su habitación lo primero que noto es caos, todo está desordenado y tirado y una muy desalineada Caro está frente a mí, con un vestido de color verde y unas botas cafés, el conjunto se vería bien si no fuera porque está sucio. — ¿Por qué te
Una decisión | Gigi. Las decisiones son parte de los adultos, ser adulto es horrible, porque tienes responsabilidades y tomar decisiones. - Odio el brócoli - anuncia Caro llamando mi atención. - Vamos, Caro, pero si es muy rico. Los últimos días con Caro han sido un extraño paraíso, me siento mamá de una niña de siete años, pero con James es un constante caos, peleamos por todo, el bebé ya no es el asunto. - Hazlo por Noémie, no cocina muy bien. Caro sonreí ante el comentario sarcástico de Miriam, aunque dudo que entienda el sarcasmo. Estábamos almorzando en casa de Noémie, quien parecía encantada con la idea de cuidar de Caro.
Y si... | Miriam. La alarma sonó más de una vez, el ruido comenzaba a desesperarme y lo peor es que no me sonaba el tono. Oh no, esa no era mi alarma y si no era mi alarma eso significa que... - Buenos días - saludó una voz desconocida a un lado de mí. Quería fingir que continuaba dormida, pero vamos, seguramente él ya se dio cuenta. - Buenos días - respondí - ¿Qué hora es? - Apenas las once - responde - debo ir a trabajar, pero si quieres... Debo detener esta charla, ahora, la conozco y no quiero que vuelva a iniciar. - Mira amigo - comento mientras me voy incorporando para poder al fin sentar
Geniden McDiggel | Gigi.¿Saben lo que sería de una película o serie sin buena música?Nada, absolutamente nada. Bien no debo darle todo el mérito a la música, el cine mudo tuvo su momento de jubiló y a mamá le gustaba bastante ver una película así cada viernes durante la cena.El punto es la buena música, me gusta usar audífonos e ignorar el exterior y a los demás y me gusta más cuando no recibo un golpe en mi cabeza cuando los traigo puestos.- Te he estado hablando por más de media hora - reclama Miriam.- Traía los audífonos puestos - me excuso.Miriam quien cada día parece m&
Locura | James. Recuerdo muy bien la primera vez que supe que mi hermana estaba chiflada, su idea de irse al extranjero al tener solo diez años y vivir sola. Claro que ahora enfrente de mi estaba una mujer madura, ya no era esa niña de diez años que creía que lo mejor de la vida era traer gafas oscuras todo el día, ahora era famosa y casi independiente y sin embargo siempre seguiré pensando que es una chiflada. - Gen estaba por decirme que hacía aquí - le aclaro a Gigi quien parecía seguir en estado de shock. - ¿Tu mamá está aquí? - pregunta inmediatamente mientras aparta la vista de Gen. - No, he venido sola y sin que mamá lo sepa y me gustaría que se quedará así - pide viéndome directamente a los ojos.
¡Calabazas! | Gigi. - ¡No toques ahí! - me regaño Estrella antes de que pudiera robar uno de los dulces de la mesa. - ¡Tengo antojo! - En el refrigerador hay chocolate. Bien, podía vivir con chocolate. - ¡Y terminé! - anuncia después de más de una hora. - Que bien y justo a tiempo, porque Noémie acaba de enviar un texto diciendo que viene para acá. - ¿Sabes?, Podría dedicarme a la repostería. - A ti no te gusta eso, no como trabajo por lo menos. - Se ve mejor que lo que hago ahora. - ¿Qué o
Custodia | James. Mis ojos recorren toda la fachada exterior, es un enorme lugar, los enormes lugares me dan miedo, bueno en realidad no es así, sólo estoy muy nervioso. Mis ojos van hacia Gen, quien parece fascinada por la fachada tanto como yo lo estaba. Habían pasado ya no unos días desde su estadía en casa, lo cual había sido de ayuda, porque acompaño a Gigi en algunas visitas al doctor y me ayudó a cuidarla mientras yo no estaba en casa. Por otro lado, Gigi por fin a iniciado el tercer periodo y ambos estamos muy emocionados, pero ni siquiera los dos juntos superamos a Miriam quien está haciendo puntos para volverse madrina del bebé. Gen voltea a verme, como es un poco más baja que yo me observa desde abajo y eso me hace recordar cosas fundamentales de ambos:
Sorpresa | Gigi. Sigo con la mirada como van quitando todos los adornos navideños de la oficina. - Quita esa cara - pide Miriam quien entra con una malteada en la mano. - Es que navidad es mi fecha favorita del año - menciono. - Ahora solo debes de esperar once meses para que vuelva a ser navidad. Intento lanzarle una mala mirada, pero obviamente no me sale, porque soy un asco en dar esas miradas. - ¿Qué harás en año nuevo? - me pregunta. - Gen nos invitó a pasar el año nuevo en su nueva casa. - Realmente tengo envidia de que tu cuñada sea una modelo tan reconocida como Genedine.