Nunca había sido más feliz en mi vida que en el momento en que abrí los ojos y me vi recostada sobre su pecho con una de sus manos alrededor de mi cintura.Pasé mis dedos por sus bien marcados abdominales, satisfaciendo esa curiosidad de saber si aún los sentía igual, seguía siendo el mismo Gerald de siempre, en todos los aspectos.Después de mirarlo durante mucho tiempo, finalmente arrugó la nariz y abrió los ojos antes de sonreírme y pegarme aún más a su cuerpo.Todavía estaba calentito, su monstruo estaba listo para la batalla y por supuesto, yo estaba feliz de volver a tener sus ocurrencias en mi vida, sacando los malos ratos a los que era propensa a volver.—¿Qué haces despierta tan temprano? —Pregunto, presionándome contra él, dejando escapar una bocanada de aire y cerrando los ojos de nuevo—. Es demasiado pronto para estar buscando cosas que hacer en la casa, Mili. Vuelve a dormir, en unos minutos vuelves a tu rutina y estás lista para volver a Fox Chapel conmigo.¿Acababa de d
Todos nos miramos queriendo saber cuál sería la reacción de Gerald hacia la mujer que lo acosaba sin ninguna señal de importarle que hubiera tanta gente allí.—¿Estás soltero, cariño? —Preguntó en un tono de voz seductor—. Puedo hacerte muy feliz e incluso de inmediato.Gerald la miró de arriba abajo, fue retirándose dedo a dedo de su cuerpo hasta alejarla de él y sonrió como un hombre que sabe lo que hace.—¿Ves a esa mujer en la cama? —dijo señalándome—. La misma a la que le vas a cambiar el suero, es mi mujer y está esperando mi hijo, aparte que cuida muy bien a otro que también es mío pero que no es de ella. ¿Harías eso por mí o solo estás aquí para que te folle salvajemente? Porque busco una mujer que esté a la altura de mis estándares y me represente muy bien, no una mujer de bajo calibre que me frota los senos sin conocerme.La mujer formó una fina línea con sus labios y volteó a mirarme con odio, uno que se deslizó sobre mí como si tuviera mantequilla en mi cuerpo porque y
Gerald me ayudó a llevar las maletas a la habitación y por nada del mundo acepté la oferta de volver a poner mi ropa en su armario. Nunca volvería a caer en eso y luego saldría con algún invento desagradable.—¡No, no y no, definitivamente no! —Grité por esas escaleras en busca de un poco de agua.Las conversaciones con Gerald siempre habían sido complicadas, pero desde un principio el tema de dejar mi ropa en su guardarropa fue un asunto más complicado.—¡Oh vamos! Por favor Mili.—¡No! Definitivamente no volveré a caer en la misma espiral.—¿Entonces que quieres?Me estrellé contra la puerta de la cocina causando que Gerald chocara contra mi espalda. Pero valió la pena en cuanto esa idea llegó a mi cerebro.—Qué te parece… ¿Un armario propio?—¡No puede ser, Mili! ¿Por qué un armario nuevo si el mío es bastante grande? Deja tu ropa en la mía y matamos dos pájaros de un tiro —respondió con las manos en la cintura y el ceño fruncido—. Es mejor dejarlo ahí en lugar de salir a u
Gerald solo volteo a ver en dirección al auto pensando que no me encontraba allí cuando en realidad ya estaba a no muchos pasos de él.—¿A quien buscas? —pregunte haciéndome la tonta—. Si es a Johana, ella seguramente ya se fue de vuelta a la empresa con su amado esposo.—Lo siento, Mili. No tenia idea de que haría todo esto en pocos minutos y…—Yo ya sabia que esto sucedería, lo sabía mejor que nadie… por segunda vez jodiste mi vida y todo lo que eh podido medio sacar adelante.El me vio con los ojos húmedos y Nana trago en seco al pensar en mis palabras, por supuesto que sabia a lo que me refería, pero no se atrevía a decir nada que no fuera nada más que la verdad y que mas cierto que lo que estaba diciendo en aquel momento.—Vamos a buscarla —ordene—, quiero hablar con ella de mujer a mujer, porque eso es un golpe muy bajo y llegar a molestar a Nana, fue el peor error que pudo haber cometido.—¡Mili, él bebe puede verse afectado! —comento el, con aparente angustia—. No es buena ide
Cásate conmigo, te juro que cambieJohana camino a paso veloz hasta donde se encontraban su esposo y Gerald bebiendo unos tragos brindando por lo linda que era la vida y todo aquello que no habían podido brindar en lo que se llevaban conociendo por diversos motivos.—¿Podemos irnos? —pregunto la mujer con molestia al ver la mirada asesina de Gerald buscando cualquier excusa para hacerla enojar y sacar sus verdaderas uñas—. Estoy cansada y de verdad mañana tenemos algunas clases. —¿Clases? ¡Vaya! Que interesante, no recuerdo que tuvieras clases, Johana —dijo Gerald con los ojos fijos en ella—. ¿Tú si te acuerdas de eso? —¡Amigo! ¡No me acuerdo de nada! —Yo tampoco pero está bien aprender cosas nuevas. Aquella mujer no sabía que hacer en frente de Gerald y su esposo que recordaban y no recordaban centenares de cosas. Y sin buscarle más vueltas al asunto se dio media vuelta, no se despidió de nadie y se fue de allí sin saber quién era yo o si quiera interesarse en mi como per
¡Es una hermosa niña!Brown al fin estaba tocando la bocina cerca de la casa con un desespero increíble, pero aún así Gerald sintió una paz como ninguna otra persona le habia dado antes. Quería ver esa bebe a toda cosa, sentir su piel, cargarla en sus brazos, ver porque era tan inquieta a la hora de dormir.—¡Llegamos! ¿Cómo se encuentra la muñeca? —Fatal, ambas, están adoloridas y estoy muy segura de que ella quiere salir —le respondió Gerald vuelto un caos total al momento de dar explicaciones—. Tiene súper mal a Mili, todo le duele. —Ya lo creo… este proceso para las mujeres es muy complicado, después de esto debes darle mucho amor. —Oh, si que le daré mucho amor.Brown achico los ojos y lo vio con cara de pocos amigos. No se estaba refiriendo a la clase de darle amor en el sentido que estaba pensando. Sino en aquel que debías de ser atengo con ella hasta cuando iba al baño y no era una simple opción, era una obligación. —No vayas a meter la pata, Gerald Green. —¿Cómo
La mujer había secuestrado a la niña y la había llevado a una habitación leja a y apartada en donde no tuviera ningún problema al hacer lo que le daba la gana con ella. Y pues si moría, ¿Qué más daba? No era hija suya y por supuesto que era complicado ver como el amor de su vida tenía hijos con otra mujer mientras tú te la pasabas toda la vida teniendo diferencias con aquella mujer que no tenía para ti más que lastima.—¡Me las vas a pagar!, Mili Watson, ¡me las vas a pagar por todo lo que me has hecho hasta ahora!Y mientras tanto yo no sabía que era en lo que había fallado con aquella mujer. Era una de las amantes de Gerald Green y aun así no había tenido regresaría contra ella.—Solo espero que este bien… —suplique a universo que así fuera y que llegara sana y salva—. Esa mujer es un dolor de trasero.Brown se rio y Gerald esperaba constantemente la llamada de su hijo que le había indicado esperar y en breve solucionaría el problema. Pero pronto se encontró con una mujer demente qu
Sus ojos se cristalizaron, aquellos ojos azules se formaron un mar en plena tormenta. Estaba tan feliz de que al fin se lo pidiera correctamente, de que estuviera con ella y de que al fin todo se había calmado, que ahora sí podrían hacer un viaje juntos con ambas vidas unidas. Y al fin Mili dijo las palabras que sentía desde el fondo de su corazón. —Si, acepto. Aquellas mismas palabras seria las que diría en el día de su boda que llego rápidamente. —El vestido de novia está listo, tachado de la lista; las flores están listas, tachado de la lista; las damas de honor están listas, tachado de la lista; el novio está en posición, tachado de la lista; los pequeños están en orden, tachado de la lista; la novia esta a punto de llegar, tachado de la lista; la música esta lista, tachado de la lista y todos están contentos, tachado de la lista. —¿Qué haces preciosa? —le pregunto Brown a la rubia que estaba tachando las opciones de la lista que hacían falta revisar—. ¿Te dije que te vez pre