El pandemónium se desató en ese lugar ante las palabras de Margaret, todos hablaban al mismo tiempo. Peter se soltó del agarre de su prometida y se acercó a ella furioso.Todos los demás callaron para observar lo que ocurriría. Meredith se llevó al niño para la fiesta acompañada de Angelina, no quería que su nieto viera lo que seguro sería una pelea. Después se enteraría de lo ocurrido―¿Por qué me dijiste que no era mi hijo? ¿Cuántos meses tiene Lucas?―Tiene seis meses y no pensaba en ocultártelo para siempre, Peter, solo que acabo de regresar, quiero ver a mi familia, conocer a mis sobrinos y no tener que lidiar con todo esto en este momento, ¿acaso es mucho pedir? ―replicó Marga cansada.―¡Peter! Quiero irme de esta casa de inmediato ―ordenó Verónica metiéndose entre ambos, por ningún motivo iba a permitir un acercamiento entre los dos.―Espera, Verónica, debo solucionar esto ―respondió Peter haciéndola a un lado con delicadeza.―¡No! Quiero irme en este momento, Peter. No me pued
Las palabras resonaron en la mente de Margaret. «No tienes opción» «me casaré con Verónica y te llevaré a tribunales y pelearé por la custodia de Lucas» «El karma es un hijo de puta» pensó Marga mientras procesaba las palabras de Peter. «Yo chantajee a Maddy para que se casara con Simón y ahora Peter me chantajea a mí» Quería gritar y pelear, arrojarle el biberón en la cara y echarlo de su habitación, pero su hijo se alimentaba por lo que debía mantener la calma. ―¿Por qué quieres casarte conmigo, Peter? Ya habías recorrido un camino con Verónica y ahora vienes con que la dejaras para casarte conmigo porque tenemos un hijo. ¿Sabes acaso cuantos niños hay en el mundo que son criados por ambos padres? Con una custodia compartida ambos podemos estar presentes en la vida de Lucas. ―No, mi hijo no será una pelota que pasará de una casa a otra, no viviré partes de su vida y me perderé otras. Quiero vivir cada parte de su vida, quiero que se sienta seguro y protegido con ambos padres pres
Peter paseó su mirada por la habitación, a pesar de que estaba furioso por verse amenazado con un arma mantuvo la calma suficiente como para inspeccionar el lugar. Al parecer en la casa solo estaban el padre y el juez de paz que era el padrino de Verónica. Este último también tenía un arma en la cintura, aunque no la había tocado. Ambos hombres lo miraban con rabia. ―¿Tú sabias de estos, Verónica? ―preguntó girándose hacia su exprometida para mirarla de frente. ―Yo... no, por supuesto que no lo sabía ―respondió ella esquivando su mirada. «Que mala mentirosa es, y yo caí en la trampa como un tonto» pensó furioso. En su entrenamiento aprendía que las amenazas provenían de cualquier parte, aunque nunca pensó que vendrían de su prometida a quien consideraba una buena chica. ―Entonces debo entender que te opondrás a que me obliguen a casarme contigo. Ella miró al piso y titubeó antes de responder. ―No puedo desobedecer a mi padre, Peter, él siempre ha hecho lo mejor para mí. ―Si me
―¡Fred! Qué alegría verte. ¿Sigues trabajando aquí? ―le preguntó Marga al antiguo gerente de la posada que funcionó en la casa Fulton.―Sí, Marga, el señor Barton me ofreció trabajo en algunos de sus hoteles en la ciudad, o quedarme aquí como el mayordomo y por supuesto preferí quedarme con Meredith y con ustedes. ―Me alegro mucho, Fred, te extrañé la vez pasada cuando te fuiste.―Yo también las extrañé, y en realidad no quería irme, pero la oferta era tan buena que no podía rechazarla, hasta Meredith me aconsejó tomarla, pero como dicen, era demasiado bueno para ser verdad. Los Thomas me engañaron para poder timarlas, pero recibieron su castigo por lo que hicieron. Lo último que supe de ellos era que estaban en la ruina.―¿Sabes si siguen en la ciudad? Lo menos que quiero es toparme con ellos.―Al señor y la señora Thomas, les quedó uno solo de sus hoteles, el que estaba en Portland, así que se fueron a atenderlos personalmente, pero Roy se quedó compró una pequeña posada frente al
El día de la boda Margaret se miró en el espejo y pensó que no era así como deseaba verse el día de su boda. Su vestido lo había comprado tres días antes, aunque era largo y de color crema, era sencillo, sus zapatos eran de tacón medio y su pelo lo llevaba suelto sin ningún adorno que la señalara como a una novia. No dio tiempo de hacer nada más.Miró su dedo y vio el anillo de oro blanco con diamantes que Peter puso en su dedo la noche que anunciaron su boda.Después de que Peter le contó lo que había sucedido cuando llevó a Verónica a su casa no le quedó de otra que aceptar que lo más conveniente era que se casaran de inmediato, para sacarle de la cabeza al padre la vaquera que Peter debía casarse con su hija.De eso hacía una semana.Madison y su mamá contrataron una organizadora de bodas para que se encargara de planificar el matrimonio que Peter le prometió por la iglesia, pero la verdad era que había perdido el entusiasmo. Aunque no les había dicho nada y las dejó seguir con los
Algún reportero debió haber visto a Simón o a Madison, o quizás ver a Margaret vestida de novia atrajo la atención, lo cierto es que al salir de ayuntamiento, la prensa rosa estaba al acecho tomándoles fotografías. Aunque los novios y la familia se mantuvieron en silencio no pudieron evitar que las imágenes llegaran a la prensa.Un almuerzo se ofreció en un reconocido restaurante de la ciudad donde solo asistieron los familiares más allegado y un par de amigos de los novios.―Esto no se parece en nada a tu boda anterior, amiga, te casaste con el Barton pobre cuando pudiste haber tenido al rico ―dijo la primera de ellas.―Casarse en el ayuntamiento no es nada elegante, debiste negarte y darte tu lugar ―afirmó la segunda ―. Aunque este restaurante es muy lindo y elegante no se parece en nada a la boda de tus sueños.―Quizás una boda elegante estaba fuera de sus posibilidades, no sean tan esnob, amigas ―replicó la tercera.«¿En verdad estas son mis mejores amigas?» Pensó Margaret. No las
El diagnóstico de Peter fue de una fractura de pierna y algunas contusiones, el día fue largo y difícil para la pareja. Marga era un manojo de nervios y Peter estaba bastante adolorido. En la sala de espera estaba la familia reunida a excepción de Lucía y Meredith que fueron enviadas a la casa junto con los niños. ―Mi jefe de seguridad está en la estación de policía donde se llevaron a Roy, la fiscalía presentará cargos contra él por intento de asesinato, el tipo esta desquiciado gritando de que yo soy el culpable de la ruina de su familia y que todo lo hice por culpa de Margaret ―dijo Simón cuando les permitieron entrar a la habitación de Peter. ―¿Y eres el culpable de arruinar a los Thomas? ―preguntó Madison, aunque en su interior sabía que era muy posible que fuera cierto. ―No, no lo soy, es cierto que compré algunos hoteles cercanos a los suyos en Corpus Christy y sus alrededores y me volví su competencia, quería obligarlos a irse a otra parte del país para alejarlos de tu famil
―No, Marga, te quedarás en casa atendiendo a nuestro hijo, no quiero que mi esposa se ausente largas temporadas solo por mostrar su cuerpo en una pasarela. ¡No puedes ser tan frívola!Durante un segundo Marga lo miró con el asombro reflejado en el rostro, después un espiral de rabia subió por su espalda y una sonrisa de desprecio se instaló en su cara.―Soy tu esposa, Peter, más eso no significa que sea de tu propiedad, si no lo recuerdas, la época de la esclavitud pasó, así que no eres mi dueño. Si piensa que obedeceré tus órdenes es que definitivamente no me conoces. Me casé contigo por tu miserable chantaje, me dije a mí misma que le daría una oportunidad a nuestro matrimonio por el bien de mi hijo... y porque tenía la duda de que quizás debí haberlo hecho en el pasado, pero con tu intento de prohibición acabas de matar cualquier oportunidad de llevarnos bien, así que ten por seguro que pediré el divorcio en la primera oportunidad. Marga salió de la habitación y a pesar de que tem