Cuando me desperte al dia siguiente, me senté sobresaltada en la cama pensando en que todo lo sucedido la noche anterior fue una pesadilla, me levanté de la cama, entre en el cuarto de baño, me asee y cuando volví a mi dormitorio me vestí, poniendome unos pantalones y un top. Me marché del dormitorio mirando a todas partes buscando a mi esposo, abri el dormitorio de mi amiga Paola viendo que todo estaba como el día anterior baje despacio las escaleras, me fui a la cocina para ponerme una taza de café sin dejar de mirar por todos los sitios de la casa por si aparecía de pronto mi esposo, ya que tenía la sensación de que alguien me vigilaba. Con la taza de café en mi mano, me fui a la terraza, pero esta vez me quedé de pie mientras me tomaba aquel amargo líquido. Una vez que termine de tomarme el café, me fui a la cocina y deje la taza en el fregadero, volvi al salon, cogi mi bolso acercandome hasta la puerta del garage, para marcharme a la empresa, una vez que llegue hasta donde estaba
De repente Maximo me cogió de las manos levantándome del sofá, echándome a su hombros como si yo fuera y se tratara de un saco de patatas, después de subir las escaleras, entramos en mi dormitorio tirandome encima de la cama sin ningún cuidado, apoyando Maximo una de sus rodillas en la cama, haciendo que yo me alejara de él gateando por la cama— Aléjate de mí, no te acerques Maximo, te lo advierto — le dijo viendo una sonrisa ladina en sus labios mirándonos los dos a los ojos.Maximo me atrapo un pie haciéndome rodar hasta el, sentandose a horcajadas encima de mi cuerpo, cogiendo mis muñecas con una mano y quitándose la corbata que llevaba me ato al cabecero de la cama— Deja que me vaya por favor — supliqueMaximo se levantó de la cama después de asegurarse que con las ataduras que hizo en mis muñecas no me podía soltar, se quedó mirándome muy serio dándome cuenta que en sus ojos había rabia pero también lujuria. Volvió a apoyar su rodilla encima de la cama, tumbandose encima de m
Cuando ya iba a marcharme del cuarto del baño, me di cuenta de que tenia mi albornoz colgado en la puerta, cogi lo que me guarde en el top dejándolo en el bolsillo del albornoz pensando en dejarlo encima de la cama cerca de mi, para poder coger la jeringuilla o las tijeras cuando fuera a utilizarlo. Con el albornoz en mi mano, me marché del cuarto de baño viendo a Maximo desnudo y sentado en la cama mirándome con una sonrisa sátirica en sus labios. Me acerque a la cama dejando el albornoz a un lado de la cama, donde lo podía tener a mano en cuanto lo necesitara, Maximo rodeo mi cintura con sus manos tumbandome en la cama poniendose encima de mi, me quito el top dejando mis pechos desnudos masajeandolos con sus manos, mientras su boca mordía y lamia uno de mis pezones, y una de sus mano pellizcaba mi otro pezón con su pulgar haciéndome sentir lo que era dolor y placer— Tienes buenas tetas para alimentar a mi hijo, pero ahora eres mía y tus pechos son todos míos.--- me dijoMaximo, bus
Quiero decirle a Maximo que no lo haga, que no tiene porqué hacerlo si es de verdad que me ama, pero con el top en mi boca no puedo hablar. De pronto lo veo pasar su cinturón por la presilla doblándolo, y es cuando comprendo que va a hacerme. haciéndome sentir pánico, un pánico que se apodera de mí haciéndome pensar en mi bebe y en mi. Intento quitar lo que tengo en la boca sacudiendo mi cabeza, pero no lo consigo, intento arañar a Maximo o a la cama para escapar de él, cuando quita su rodilla de mi espalda, pero me coge las muñecas con sus manos y me las pone en mi espalda— Tienes que aprender a obedecerme y tienes que aprender la lección y la vas a aprender ahora zorra — me diceCuando lo veo levantar la mano, yo ya estoy en shock, viendo como baja su brazo con fuerza. escuchando como suena el cuero de su cinturón contra mi carne, haciendo que mi aliento se detenga cuando el fuego de ese golpe me atraviesa mi piel.— ¿Harás lo que yo te diga? – me dice volviendo a azotarme – ¿Harás
Abri los ojos sobresaltada, sentandome en la cama de donde estaba gritando para pedir ayuda, hasta que de pronto sentí unos brazos que rodeaban mis hombros poniendo mi cabeza en su pechos y un susurro que llegó a tranquilizarme.— Shhh, Arianna cariño, ya estás a salvo — escrache la voz de mi suegra BiancaMe tumbé otra vez en la cama, sintiendo las manos finas y suaves de mi suegra acariciando mi mejilla, abri los ojos viendo a mi lado a la madre de Giuseppe, fijandome en sus ojos que los tenía rojos imaginando que seria de llorar— Hola cariño, tranquila estoy aquí contigo y no te vamos a dejar sola nunca más — me dijo— ¿Dónde estoy? ¿y Maximo?, Bianca el me quiere matar — le dije llorando— Arianna mi amor, estás en la clínica y Maximo ya no te hara nada, mi esposo Giuliano y yo no dejaremos que se acerque a ti, —— ¿Maximo sigue vivo Bianca? -pregunte– él tiene a mi amiga Paola, la tenemos que salvar, la matara seguro me lo dijo Rossi — respondí— Tranquila mi amor, mi hijo Giuse
Mi esposo se quedó todo el día en la clínica conmigo ya que no se fiaba de que Rossi mandara a algún sicario suyo a terminar lo que no pudo terminar Maximo. Por cada enfermera y cada doctor que entraba en mi habitación Giuseppe los cacheaba o les preguntaba para saber qué intenciones tenían, así estuvo todo el dia mientras yo me quedaba dormida gracias a los sedantes que el médico me daba, ya que tenía pesadillas despertando varias veces, sudando y gritando pidiendo ayuda.Dos días despues de haberme despertado de mi accidente el médico entró en mi habitación dándome unos documentos recomendando de que fuera a un psicólogo para descansar de esas pesadillas que tenía durmiendo. Como ya me dio el alta, Giuseppe me dio un pequeño maletín donde había un vestido y ropa interior mía que me trajo Bianca de mi casa. Una vez que ya estaba vestida y con la ayuda de mi esposo, nos marchamos de la clinica acercandonos a donde tenia Giuseppe su coche, abriendo la puerta, ayudandome a entrar en el m
Al día siguiente, Giuseppe se marchó temprano de casa, una vez que me duche y me vestí, cogi la maleta de mi armarios, marchandome del dormitorio en silencio y sin hacer ningún ruido, pero cuando me acerque a la entrada de la casa me encontré de frente con mi cuñada, nos quedamos las dos mirándonos, fijándose ella en mi maleta— ¿Te marchas de casa? — me pregunto mi cuñada— Si, voy a buscar a mi amiga Paola — respondí— Mi padre y mi hermano ya estaba buscandola, por favor Arianna no te vayas, si los Rossi te cogen no se que te haran, por favor quédate — me dijo— No lo siento cariño, pero es mi obligación traer a mi amiga de nuevo a casa, Paola siempre ha sido para mí como una hermana y no la pienso abandonar ahora que me necesita — respondí— Entonces me voy contigo, no pienso dejarte sola, esperame aqui me visto en un momento y me marcho contigo —- me dijo mi cuñada, marchandose de la entrada de la casaMe quede pensativa, diciendome que si dejaba que me acompañara mi cuñada, podr
Después de que aquellos hombres me dijeron que mi cuñada se había marchado del club con un hombre, no me quedé muy tranquila ya que temía que el hombre con el que se marchó mi cuñada, fuera uno de los sicarios de Rossi, en la misma puerta del club, cogi un taxi, dando al conductor la dirección del hostal donde yo vivía, al llegar le pagué al conductor, me baje del vehículo y entre en el hostal entrando seguidamente a la habitación. Estuve toda la noche despierta llamando a mi cuñada por teléfono sin conseguir que me respondiera a las llamadas. Pasé toda la noche andando por la habitación muy nerviosa y sin poder dormir.Por la mañana muy temprano me desperté sobresaltada al escuchar como tocaban a la puerta repetidas veces, me levanté enseguida del sofá medio adormilada, ya que parece que morfeo me traicionó esa noche quedándome dormida unos minutos en el sofa. Me levanté acercandome a la puerta, cuando abri la puerta, mi corazón dejó de latir por un momento al ver a mi esposo detrás