Nico no pudo dormir pensando en Lucila, estaba ansioso por encontrarla y poder conversar con ella, explicarle, que aunque era verdad que en un principio su intensión fue vengarse de su hermano a través de ella, no era menos cierto que se había sentido atraído desde el mismo momento que se vieron por primera vez cuando la auxilió. Y que al volverla a ver en la fiesta su corazón bombeó de prisa, sin embargo, se sintió decepcionado cuando se enteró que era ella la hermana del hombre que se había burlado de la suya.
Lucila lo había enamorado con ese encanto natural que poseía, su ingenuidad, autenticidad, esa sonrisa que iluminaba cualquier lugar donde llegaba y sobre todo esa pasión que ponía en todo lo que hacía.
Desde hace mucho se había dado cuenta de la mujer maravillosa que era y por eso se había enamorado de ella.
Nico abrió los ojos desorbitados producto de la sorpresa, no entendía como era que frente a sí, se encontraba la mujer que amaba y a quién por meses estuvo buscando, cuando se suponía que allí encontraría a su hermana, deslizó su vista y se encontró con una beba recién nacida, era hermosa, su corazón se llenó de alegría, seguramente era la hija de Jovanka, «Mi sobrina», pensó.—¡Lucila mi amor eres tú! —Exclamó sin poder ocultar la profunda emoción que lo embargaba a tal punto que sentía que su cuerpo era recorrido por una nueva energía.Sin embargo, la chica se quedó mirándolo con una expresión fría, aunque por dentro era un mar de alegría a tal punto que bailaba de la emoción tan solo con volver a verlo, «¡Oh por Dios! S
Nico no podía creer lo que veía, su hermana había adelgazado muchísimo, su cara estaba huesuda. Sintió su corazón encogerse y las lágrimas se acumularon en sus ojos a punto de rodar mientras ella exclamaba su nombre con incredulidad, pensando que aquello era producto de su imaginación.—¡Nico! —Pronunció Jovanka sin aliento, sentía que en cualquier momento se desmayaría a causa del cúmulo de emociones que se agitaban en su interior.En ese momento Lucila salió de donde había estado escondiéndose, temiendo la reacción de Nico, en ese momento él se giró y le entregó a la niña, para después acercarse a Jovanka y pronunciar unas palabras que dejaron sorprendida a ambas mujeres.—Jovanka, sé que tal vez no merezca tu perdón, pero me alivi
Lucila se sentía avergonzada, ni en sus peores pensamientos se habría imaginado que su hermano sería capaz de tanta crueldad con una chica que supuestamente había amado, para ella eso no tenía ninguna explicación valedera.Ahora estaban allí Nico y ella consolando a Jovanka quien lloraba con una tristeza profunda, sus sollozos eran tan desgarradores que sentía que le apretaban el alma. La niña yacía en la cuna, para su bien, ajena a todo este conflicto que se había generado entre los adultos.—¿Qué hice para que me dejara de amar? ¿Qué cambió en mí que ahora le desagrado a tal extremo que solo siente odio por mí? Y ahora viene a amenazarme con quitarme a mi hija, cuando las veces que le pedí ayuda me recalcaba que esa bastarda no era suya. ¿Por qué se empeña en hacerme infeliz? Les ju
Nico estaba anonadado, no sabía cómo reaccionar frente a su negativa, no podía entender por qué Lucila lo había rechazado, si se supone que ambos estaban bien, se reconciliaron y habían aclarado todo entre los dos.La observó sin decir nada, esperando una explicación de su negativa, pero ella se mantuvo sin dar ninguna, solo siguió comiendo con absoluta tranquilidad, mientras que él, en su interior sentía que se había desatado una tormenta de sentimientos. Se sintió molesto, irritado, triste, eran tan diversas las emociones, que debió controlarse para no ser dominado por ninguna.Se levantó de su asiento sacó unos billetes de su cartera y los puso encima de la mesa para pagar la cuenta y agregó —. Voy al baño, si terminas de comer nos vemos afuera.—Me parece genial, creo que esta vela
Al escuchar la pregunta, el tono de angustia en la voz de su hermano y su rostro totalmente desencajado, se llevó una mano a su nariz, se limpió el líquido que corría y sin ver sabía de qué se trataba.Él la tomó por las mejillas y le preguntó desesperado, mientras recorría su rostro con las manos —Por favor, hermanita ¿Dime que te está pasando? ¿Por qué estás sangrando? ¿Estás enferma?Jovanka movió negativamente su cabeza, se le hizo un nudo en la garganta al verlo tan mortificado, le tomó la mano y le colocó la otra en la mejilla —. No te preocupes, estoy bien. Ese sangrado es solo una irritación de mi nariz… Es que me dio alergia y empecé a estornudar y se me iiritaron las fosas nasales.—¿Estás segura? —ella movió
Cuando Lucila sintió su rostro cubrirse de vergüenza, intentó hablar, pero las palabras se atascaron en su garganta y solo salió un leve chillido. Lo recorrió de pies a cabeza y vio la pequeña maleta que traía en una de sus manos y frunció el ceño con curiosidad.— No trates de darme ninguna explicación. Todo ha quedado perfectamente claro, aún sigues pensando lo peor de mí, esa es una falta con la cual tendré que cargar el resto de mi vida. Sin embargo, haré todo lo que esté a mi alcance para que vuelvas a creer en mí. Por ahora, tienes treinta minutos para que te arregles y me acompañes a un lugar. Yo lo haré en diez— apenas dijo esas palabras Lucila salió corriendo hacia su habitación sin decir nada, mientras Nico se quedaba con su hermana.» En cuanto a ti Jovanka Wells ¿Estaba
Luego de pronunciada sus palabras, la chica se le lanzó encima, pero como Nico estaba paralizado por la sorpresa que le causó su respuesta, perdió el equilibrio y ambos cayeron al suelo, aunque logró abrazarla para amortiguar con su cuerpo la caída, no pudo evitar preocuparse por la condición de Lucila.— ¿Estás bien? ¿Te lastimaste algo? —Interrogó con preocupación Nico, mientras le levantaba el rostro por el mentón y la observaba fijamente.Ella hizo un puchero y fingió un gemido —Si me duele aquí—. Respondió con un tono lastimero. Al escucharla Nico se incorporó sentándose en el suelo con ella en su regazo y comenzó a revisarla preocupado de que se hubiese fracturado algún hueso en la caída.—¿Dónde te duele mi amor? —Volvió
Pasaron recogiendo a la hermana y a la pequeña Luci por el apartamento y salieron con destino a la ciudad de Richmond. En un principio las chicas iban alborotadas, Lucila respondía a las preguntas que incesantemente le formulaba Jovanka.—¿Para dónde te llevó? ¿Era bonito el lugar? ¿Fue romántico? ¿Te gustó? ¿Qué hicieron? —Por unos segundos calló, pero luego se dio cuenta de la última pregunta que había hecho y aclaró inmediatamente— Puedes pasar de esa pregunta final. Por favor no la respondas —indicó un poco avergonzada— pero, quiero que me digas si mi hermano fue romántico, porque si no lo fue va a tener que escucharme por los próximos meses.— Fue todo maravilloso, me llevó en lancha con los ojos vendados a una pequeña isla como a veinte minutos de la costa