Annalise
La semana fue intensa, luego de mi charla con Paul no volvimos a cruzarnos, decidí solo enfocarme en mi trabajo, en la fundación, dejé el bufete en manos de Steven, sabía que era un muy buen abogado, mucho mejor que Paul inclusive, tenía más años frente a uno y no me había equivocado, está semana con su nombramiento más casos llegaron a la firma y eso me enorgullece ya que entendía que hice bien mi trabajo. Miro mi reloj pulsera ya era hora de irme a casa, pero antes debo hacer una llamada a mi amigo, marco su número y al tercer tono atiende
—Annie cariño hasta que te acuerdas de los pobres.
—¡Oye no es cierto! Tuve mucho trabajo esta semana, además déjame decirte que de ti nunca me olvido.
—Mmm... Cariño eso ya lo sé, soy inolvidable, dime para qué soy bueno.
—Mi amor tu no cambias más, mira t
Steven El sábado llegó y no tenía muchas ganas de salir, después de dejar a Azul en casa de su abuela Samanta me encontré con mi amigo Hernán el me convenció de ir a un bar para despejarme, al entrar me encuentro con la sorpresa de ver a Annie allí, estaba acompañada por un tipo, no sabía que tenía novio, después de una hora mi amigo recibe una llamada de una de sus pacientes y sale dejándome sólo, aprovechó la oportunidad para acercarme a ella ya que note que su amigo se fue también, charlamos un buen rato, la hora se nos fue volando, ella se encontraba un poco ebria, cada mirada que me regalaba estaba llena de risas y sus mejillas se tornaban coloradas, me ofrecí a llevarla y por un momento creí que pasaría algo más, había un clima tenso entre ambos, sentía el aroma que desprendía su cuerpo cada vez que ella se acercaba, y despertaba en mí las ganas de sentirla más, pero terminó allí ella se despidió entrando a su casa rápidam
Annalise Pase una mala noche, no podía sacarme estos sentimientos de mi cabeza y mucho menos de mí corazón, debía poner un alto a todo esto o terminaría peor que antes, me levanté y fui al baño asearme, me cepille los dientes, recogí mi cabello en un moño, salí de la habitación para preparar el desayuno de Azul, al pasar por su recámara escuché voces, me acerque en silencio ya que la puerta estaba abierta de par en par y para mí sorpresa Steven había regresado, estaba con su pequeña en brazos. —Como te portaste con Annie —Azul estaba sentada en el regazo de su papá. —Bien papi, ella es buena y muy bonita —se lo dice y asiente con su cabeza. —Si por eso papá la dejó contigo —ella toca su rostro con ambas manos. —¿Por qué te gusta? —empieza a reírse tímida. —Cariño sé que extrañas a mamá, pero Annie y yo solo somos compañeros de trabajo —sus palabras eran dagas que se clavaban en mí corazón.
Está semana fue larga, no había día que no piense en lo que Steven me dijo, si bien no le di una respuesta, porque estaba un poco confundida con él, si era obvio que me gustaba, me atraía mucho más, pero la imagen de él y su amiga seguía dando vueltas en mi cabeza. —Disculpe señorita Thompson —ingresa Charlotte a mí oficina. —¡Adelante! Pasa —ella ingresa con su tablet en mano —¿Sucede algo? —notaba que estaba nerviosa. —Ehh no... ¡Siii...! —deja sus cosas sobre la mesa —Confirme su presencia a la gala benéfica pero hay un pequeño problema —me hace un gestito con sus dedos. —¿Cuál? —me quito los anteojos mirándola fijamente. —Él doctor Cárdenas no podrá asistir con usted a la gala —me dice toda nerviosa. —No veo el problema ¡Iré sola! —ella seguía ahí parada mirándome. —¡No puede! La invitación es para dos personas, ya confirmé por lo tanto debe ir alguien más con usted —lo pienso un momento y asiento.
—¿Todo bien? —había vuelto con mis amigos y Steven luego de mí discusión con Erick. —Eh... Si disculpa a mí hermano suele ser un tanto difícil de llevar —me disculpo con Steven. —Si quieres me puedo ir, no quiero causarte más problemas. —¡No claro que no!, pero si tú quieres nos vamos juntos —me acerco hacia él y me toma por la cintura, al sentir su mano posarse sobre mi espalda desnuda, una corriente eléctrica recorrió cada parte de mí cuerpo. —Suena tentadora la oferta, pero mañana tenemos un viaje a primera hora —un viaje de que rayos hablaba. —¿Cómo? Un viaje tu y yo —miro hacia Bianca quien estaba bailando con mis amigas ya que seguro ella se encargó de mandarme con él al cóctel benéfico. —¡Así es!, de recursos humanos me notificaron de la gala benéfica a la cual estoy invitado junto a una bella dama —me sonroje al escucharlo decir esas bellas palabras. —Y dime... ¿Quién es la afortunada dama? —me acerco un
Annalise —¿Qué haces? —por dentro desearía ser yo quien le esté quitando la ropa "y pasándole la lengua" oye conciencia porque mejor no te callas. —¡Me estoy cambiando! —me lo dice como si no fuera obvio. —¡Podrías usar el baño! —señaló hacia la puerta del mismo. —Mmm... No creo —pongo mis ojos en blanco y salgo de allí antes que me vuelva loca y me tiré a sus brazos —me quedé un momento en el pasillo, cuando creí que había pasado suficiente tiempo volví a ingresar. —Permiso ¡Yo si voy a usar el baño! —pasó delante de él busco mi maleta donde tenía el vestido para el cóctel. —Tampoco exageres ¡Solo me cambié la camisa! —me lo dice como si fuera obvio y si era obvio porque seguía vestido igual salvo por la camisa y la corbata. —¡Como sea! —me metí al baño cerrando con seguro. —¿Vas a querer que te espere? —me grita a través de la puerta. —¡No hace falta! —le contesté
—Shhh... —calló mis labios con un beso cálido y profundo, me volví loca al probar sus labios, sentía la aspereza de su barba, el tacto de su lengua me exigía abrir más mi boca dándole paso a jugar con mí lengua, el tacto provocó en mí vagina un cosquilleo intenso, jadee dejándome llevar por el placer, deseaba con cada parte de mí cuerpo consumar nuestro amor y que me haga suya toda la noche, por primera vez en mi vida me sentía amada, se despegó de mis labios para viajar con su boca por mí cuello, clavícula, deteniéndose en mis pechos, sus manos acariciaban mi espalda desnuda, siguió bajando hasta llegar a tomarme por mis nalgas levantándome en el aire, la abertura del vestido me permitió abrir mis piernas enroscándose en su cadera sintiendo así su erección. Me llevó hacia la cama y me había quedado arriba suyo a horcajadas de él, sintiendo su palpitante miembro rozar mi feminidad por encima de la tela de la ropa que a cada segundo que pasaba nos impedía senti
En la mañana siguiente me desperté envuelta en los brazos de Steven, tenía su pierna arriba de la mía y su mano reposaba sobre mi vientre, verlo dormir era maravilloso, podía mirar sus facciones detenidamente, lleve mi cuerpo desnudo más cerca del suyo acurrucándome más a él, después de unos segundos termine en los brazos de Morfeo. —¡Annie despierta! —siento la voz de Steven hablarme y al mismo tiempo sus caricias en mi espalda que subían y bajaban provocando cosquillas. —¡Buenos días! —abrí mis ojos al fin encontrándome boca abajo mientras él estaba sentado en la cama con una enorme sonrisa. —¿Dormiste bien? —me pregunta y me levanto de mi posición animándome a subir arriba suyo, depositando un beso en sus labios. —Muy bien ¿Y tú? —empiezo a jugar con mi dedo sobre su pecho. —Maravillosamente bien ¿Y sabes por qué? —él apoya sus manos en mí cadera
Annalise No puedo creer que Steven me dejo con esta calentura, pero me voy a vengar de él, no sé cómo, pero lo haré, luego de mí casi encuentro íntimo en mí oficina fui a buscar a Bianca para almorzar en el nuevo bar del edificio. —Por fin pusieron una cafetería —estaba junto a Bianca y Charlotte. —Mucho mejor que estar yendo a las apuradas a almorzar —leo mí menú mientras veo ingresar a Steven junto a Federico mí abogado. —¡Oye! No me contaste como te fue en la convención, ¡Ni un mensaje mandaste! —miraba de reojo hacia Steven, pero él me estaba ignorando. —Ya sabes nada en especial, solo hombres y mujeres con dinero compitiendo por ver quién tiene la billetera más grande —cuando pienso que perdí él me mira y rápidamente esquivó su mirada. —¡Así...! Y por eso no te ocupaste de mandarme un mensaje —iba a contarle lo sucedido y veo a Carol y Paul ingresan al bar sentándose en