NOAH
—Sólo será un momento, cambiarme de ropa y salir —murmura el omega mientras aparca en la puerta de su casa para un cambio de vestimenta exprés pues aún iba con el traje negro de ayer noche.
Por suerte, su progenitora se hallaba desde primera hora en la pastelería horneando así que no esperaba encontrar a nadie y sería un visto y no visto.
—De acuerdo —responde Nina quien asiente levemente con la cabeza y vuelve a abrir y cerrar las manos distraídamente.
Ella no se había pronunciado todavía pero Noah la conocía de sobras como para no advertir que estaba un poco nerviosa.
—Le gustas mucho —le dice a su compañera de vida en voz suave y serena.
—¿Qué? —cuestiona la beta girando su cabeza rápidamente para enfocar esos preciosos y penetrantes ojos del más puro ónice sobre su ros
NINANoah se veía bastante incómodo sobre darle la noticia de su enlazamiento a su padre pero Nina no podía culparle de ningún modo.—Puedes llamarle ahora si te apetece. Entiendo que quieras decírselo, es algo importante —se limita a decir la loba a su compañero de vida en voz suave sabiendo que ese tema en su familia era sumamente delicado.La beta desconocía el motivo real por el cual la señora Rogers decidió mudarse a Montigraus con su hijo de cinco años hace ya tanto tiempo atrás. Nina nunca preguntaba nada sobre el pasado de los Rogers y Noah tampoco contaba nada, pero el malestar del omega cada vez que oía hablar del tema era demasiado evidente como para insistir e incomodarlo de forma innecesaria. Además de que a la segunda al mando le disgustaban muchísimo ese tipo de cotilleo que sin embargo tanto parecía entretener a los demás. P
NOAHLa tensión entre ellos subía como la espuma a medida que los minutos pasaban y Noah estaba eufórico de que Nina jugara con él de esa forma, era como si las puertas del paraíso se le hubieran abierto de par en par. En otras circunstancias, someterse a la ira de Nina no le hubiera hecho ninguna gracia, pero esta vez la historia era otra de bien distinta y fuera lo que fuera aquello que le esperaba a manos de su compañera, iba a aceptar su castigo obedientemente.«Gustar ser castigados por Amara pero en verdad nosotros ser buenos», dice su lobo quien también estaba entusiasmado por esa prometida reprimenda.«Bueno, eso depende del día, camarada», murmura el omega aguantándose una sonrisa. Solía ser bueno la mayor parte del tiempo pero con Nina perdía los papeles como un desequilibrado.En esos instantes, ya habían comido una deliciosa carne estofa
NINA(Tres días más tarde)La beta de la manada de Montigraus jadea y separa sus piernas aún medio dormida mientras una oleada de placer recorre cada nervio de su cuerpo. Como cada mañana desde el inicio del reclamo, su único se encontraba entre sus muslos lamiendo su sexo despacio y a modo de desayuno.—Noah… —murmura Nina bajando su mano para enredar sus dedos en su pelo.—Buenos días, Amara —responde él con una brillante sonrisa mientras va besando la parte interior de sus muslos sin interrumpir su exploración y disfrutando de sentir sus dedos.—No vamos a tener tiempo de esto a partir de ahora… —le recuerda la beta arqueando su espalda y empujado su pelvis hacia su boca buscando así más de esa divina lengua.Ese día tenían que volver a incorporarse al trabajo e iban a tener que racionar sus encuentros sexu
NOAH La mañana había pasado extremadamente deprisa y eso era gracias a que Donovan había decidido que hiciera patrulla con Nina en ese día, cosa que le había sorprendido bastante pues pensaba que su alfa quería tener una charla con él ahora que estaba enlazado con su hermana. Sin embargo, suponía que su compañera le había informado sobre la comida con su padre y quería tener al lobo interior sereno. ¿Y qué mejor manera de conseguirlo que por poder pasar todo el rato con ella? Así que por el momento, su otra mitad había estado la mar de tranquila y no había habido ningún incidente a lamentar. —¿Rogers? ¿Puedes venir un segundo? —le llama Donovan justo antes de terminar la jornada de mañana. —Por supuesto —responde él de inmediato mientras deja los papeles en los que estaba trabajando sobre la mesa y se acerca al despacho de alfa. —Entra por favor y deja la puerta abierta… —le pide el cabeza de manada con el rostro serio. Noah obedece y atravies
NINA—Toma, Elinor —dice Nina ofreciendo una vaso de agua a la emocionada madre de su Amara que en esos momentos estaba sentada en una silla y se limpiaba las lágrimas que traicioneramente se derramaban de sus ojos.—Gracias, Nina. Tú siempre cuidando de los demás, ¿eh…? —comenta mientras toma unos sorbos e intenta tranquilizarse.—Bueno, ayudar a la manada es mi trabajo —le recuerda Nina en una sonrisa y sintiéndose todavía un poco ajena a toda la situación.Al fin y al cabo, la relación de su compañero con sus padres era un tema familiar que le resultaba bastante íntimo a la par que complicado y no sabía muy bien qué hacer.—Sí, lo sé. Un cargo de manada más en mi familia… —comenta soltando un disimulado suspiro que Nina no sabe ubicar entre positivo o negativo—. Por cierto, &
NOAH (Cuatro días más tarde, preludio del ciclo lunar) Una increíble fuerza de la naturaleza tiraba del ombligo del omega de Montigraus que no podía hacer nada más que sucumbir al instinto del licántropo y empujarse dentro de esa húmeda y placentera calidez que en esos momentos envolvía su dolorido pene. «¿Esa es… Amara…?», pregunta para sus adentros medio dormido aún. «Sí, esa ser Amara que querer darnos su amor», confirma el lobo interior más feliz que una perdiz y dejándose llevar. Para la sorpresa de ambos, Nina estaba entre sus piernas chupándole hambrienta de buena mañana como si nunca antes le hubiera probado. Casi siempre era él quien se lo hacía a ella, pero en esa ocasión, se habían cambiado los puestos. —Nina… —le llama Noah en un jadeo mientras abre los ojos ligeramente y baja su mano para acariciar su oscuro y sedoso pelo. La boca de la loba estaba bien abierta tomando todo aquello que podía. Sus labios se veían hi
NINA Un elegante coche gris oscuro aparece por la esquina del callejón y Nina se pone en marcha para subir al interior del vehículo sin mucha demora. Después de sus respectivas ajetreadas mañanas, por fin podían volver a reunirse con su Amara. —Hola, beta Santiago —la saluda su adorado Noah dándole un suave pero delicioso beso en los labios que necesitaba como el mismísimo aire. Estar lejos de él cada vez le resultaba más complicado y ahora más que nunca agradecía que trabajaran de lo mismo. —Hola —responde ella contra su boca y feliz de verle otra vez. Ese día su instinto estaba por las nubes a causa de la inminente luna llena y necesitaba tener contacto con el cuerpo del omega casi de forma enfermiza. —Te ves contento —advierte viendo un plácido brillo satisfecho en sus ojos—. ¿Qué ha pasado con los Castro? —cuestiona la beta de la manada con curiosidad. Todavía no tenía ni idea de cuál había sido esa urgencia que le había ar
NINA (Noche del ciclo lunar) Como venía siendo costumbre desde que era adulta, Nina se desnuda despacio con sus negros ojos fijos en la magnificente y resplandeciente luna llena. Muchos seguro que no entendían porque alguien como la beta de la manada se presentaba siempre en forma de loba en los ciclos de luna, no obstante, la razón era bien sencilla y mucho menos retorcida de lo que la mayoría confabulaban. Simplemente, a Nina no le gustaba exponerse porque era demasiado discreta, sólo eso. Mostrarse totalmente desnuda y con todos esos penetrantes ojos mirándola, era la peor de sus pesadillas pues aunque muchos lo negaran, era imposible no echar un vistazo disimulado a sus cuerpos. Ella misma, quien muchos consideran la reencarnación de la rectitud, había tenido que luchar contra la apremiante tentación de mirar al expuesto cuerpo del cautivador omega. Sobre todo cuando éste mostraba su delicioso pecho de puro mármol tallado, y su otra mitad