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El Chico de los Vestidos (1/3)

Conocí a Ariel la noche que cumplí mi mayoría de edad en un antro.

Había ido con mis amigos a festejar hasta el amanecer, y estuvimos tomando bastante hasta bien entrada la noche.

Ariel bailaba en medio de la pista, movía las caderas al compás de la música, sus manos al aire fluían como todo su ser, que parecía uno mismo con la melodía vulgar que sonaba de fondo, su cuerpo resaltaba por el vestido de lentejuela negra que traía puesto, era casi imposible no mirarle, aún cuando no tenía grandes atributos.

- Mira esa belleza en la pista - dijo uno de mis amigos cuando también se percató de la presencia de Ariel

- Que bien se mueve, imagina como debe ser en la cama - añadió otro

- Oye Frank, ¿Por qué no vas y te ligas a esa preciosura? Con suerte y está misma noche pierdes tu virginidad - se dirigió Víctor a mi

De mi grupo de amigos yo era el único que aún no cumplía los 21 y también el menos experimentado, por lo que era común que ellos se la pasaran haciendo bromas, que a mí, no me molestaban en lo absoluto.

En realidad no me parecía nada mal esa propuesta de ir con ella, pero si me parecía mal llevármela a la cama, el sexo no era cualquier cosa para mí

- Quizá lo haga más tarde

Cuando eran cerca de la 1 de la mañana todos estábamos ya bien tomados, teníamos varias botellas ya encima y poco sentido de razón.

Busqué el vestido de lentejuelas en la pista pero ya no estaba, sin embargo lo encontré en la barra a unos metros de mi, tomaba una copa con sus manos delicadas y seguía sin compañía.

- Es ahora o nunca, Frank - me dijo Víctor entre copas y risas

Me di un shot de tequila, y otro más, quería hablarle pero tenía que tener mucho valor para no arrepentirme o hacer alguna estupidez, ligar nunca había sido mi especialidad.

Caminé a la barra con mi tequila en mano, me pare justo al lado y escuché a mis amigos gritar dándome ánimos

- ¡Eso es campeón!

- ¡Vamos, bésala!

Ariel despedía un intenso aroma a Flores, no olía a sudor, no olía a alcohol, no olía a antro, y eso lo percibí desde que llegué a la barra.

- Hola primor - saludé mientras veía su hermoso rostro de ojos ámbar y facciones finas - ¿Quieres bailar? - dejo su copa en la barra y me miró sin decir nada, luego se puso de pie y me dio la mano como quien te concede una pieza de baile. En la pista le tomé por las caderas y comenzó a moverse como unas horas antes lo había hecho, se contoneaba y alzaba las manos, entonces note que tenía el pecho completamente plano, pero le reste importancia.

- Me llamo Frank - le dije, entonces se acercó a mi y me envolvió el cuello con los brazos, sus cabellos rojos repartidos por sus hombros le enmarcaban el rostro.

- Soy Ariel - me dijo moviendo sus labios pintados de rojo oscuro, sus ojos también maquillados me miraban a los labios

- ¡Ya bésala! - gritó Jona desde nuestra mesa

- ¿Puedo besarte? - no quería hacer nada que no le gustase, entonces se acercó y me sonrió con lo que llamaría ternura; me besó con suavidad aún con sus manos en mi cuello y yo tomándole por las caderas.

Bailamos el resto de la noche, Ariel se movía de manera hipnotizante y yo apenas era un tronco con pies, pero no pareció incomodarle, si no más bien le hacía sonreír.

En la madrugada antes de irme le pedí su teléfono, a lo que Ariel respondió dándome un papel con números, como si supiera que yo fuese a pedírselo.

- Por cierto - dijo cuando estábamos en la acera acercándose a mí, susurrando en mi oreja - Soy Ariel, y soy un chico

_____________♥____________

Le mandé un WhatsApp la mañana siguente un poco sorprendido aún ¡Había besado a un chico la noche anterior!

¿Me sorprendía?

Si, bastante

¿Me había gustado?

Definitivamente

¿Me molestaba que no me lo dijera antes?

En absoluto

Chat

F: ¿Ariel?

A: ?

F: Soy Frank, el de la otra noche

A: ¿Frank? Vaya sorpresa, te veías bastante heterosexual JAJAJ

Casi nunca me escriben después de saber que soy chico

F: Me has gustado bastante, tu manera de bailar es uff

A: Jajaja, gracias, hombre, me has gustado también

F: Salgamos

A: ¿Hoy?

F: a las 5, en el Starbucks del centro

A: vestido rojo. Te veo ahí.

¿Iría él de vestido rojo? ¿ O yo tendría que ir de vestido rojo?

Sonaba más probable lo primero.

Entre Ariel y yo nunca hubo formalidades, tampoco problemas o preguntas de por qué se vestía así hasta mucho después, tampoco yo tuve problemas para asumir que me gustaba un chico que se vestía de chica, no me la complique poniéndome a cuestionar mi sexualidad.

Esa tarde salimos, platicamos, reímos, Ariel llevan un vestido rojo casual y una bolsa y tacones negros combinados, si jamás me hubiera dicho que era chico yo jamás lo hubiera notado.

- Me gusta vestirme de chica, pero me gusta que se dirijan a mi como chico, ¿Tienes problema con eso? - él era directo, no andaba con rodeos ni juegos, era seguro de si mismo, y eso me cautivo, me cautivó su aura de ligera superioridad.

- No tengo problema, yo me llamo Francisco y me gusta que me digan Frank jaja

Él río lindo y chistoso.

Comenzamos a salir después de ese dia, siempre me sorprendían sus atuendos o formales o elegantes o casuales o extravagantes, pero siempre llevaba o una falda o un vestido.

Mis amigos me preguntaban sobre que había pasado con "ella", y les dije que estábamos saliendo, sin embargo Ariel y yo acordamos que no les diríamos de su "secreto" porque a él le parecía gracioso, pues sabía que ellos igual babeaban por él .

- Te invito a mi casa - me sugirió una tarde cuando salimos a comer

- No quiero ir

- Necesito que vayas

- ¿Por?

- Necesito ser un chico

- Ya eres un chico, nene

- Uno varonil

- ¿Y eso?

- Mis padres vienen a visitarme

Ariel con 22 años ya vivía solo en su departamento, no estudiaba y se mantenía él solo vendiendo joyería y ese tipo de cosas que le gustan a las chicas, uno pensaría que no es suficiente pero con sus encantos sabía convencer a todos sus clientes y vivía muy bien.

Sus padres no sabían lo que él hacía con los vestidos, de hecho apenas recordaban que Ariel existía, y por lo que entiendo ahora él tendría que vestirse como auténtico chico, y eso era todo un reto para él.

- Te ayudaré con eso con una condición - me iba a aprovechar de la situación

- ¿Qué, Frank?

- Dame un beso como el de la noche en qué nos conocimos

Desde aquella noche no nos habíamos vuelto a besar, pues aunque había atracción mutua no queríamos llevar las cosas rápido ni hacer algo mal, así que comenzamos una amistad normal y después esperaríamos a ver qué surgía

- ¡No! - se negó rotundamente, casi le sale la voz grave - No haré eso Frank - corrigió aclarándose la garganta

- Me gustas mucho Ariel, dame un beso nada más

Él se sonrojó e intento cubrirse la cara con los cabellos, era adorable

- ... Te prestaré mi ropa, te arreglaré, te ayudaré e incluso me quedaré cuando lleguen tus padres si quieres, solo déjame besarte y es todo

- Pero vamos a casa Frank

Pagué la cuenta y más rápido de lo que pensamos llegamos a su depa.

- Pero solo un beso Frank

- Si bebé, solo un beso

Me acerqué a él y le tomé por la cintura, él me enredó sus brazos en el cuello y acercó su rostro a mi esperando por mis labios, noté su nerviosismo en la forma que arrugaba mi camisa bajo sus manos.

Le apreté la cintura y lo pegué a mi, él se sobresalto al sentir mi erección sobre su pierna, así me ponía de solo abrazarle

- Ngh, Frank...

Besé sus labios con delicadeza al principio para no espantarle, si se retiraba lo dejaría ir, pero si me correspondía le haria gemir el resto de la tarde.

¿Adivinas que pasó?

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