El resto de la tarde continúe en la oficina trabajando: números, finanzas, dinero, negocios, llamadas, discusiones, era el trabajo de todos los días que ciertamente comenzaba a hartarme ya.
Así solían ser todos los días para mí, a excepción de los domingos quizás, cuando pasaba el día con Dorian y salíamos a pasear a lugares alejados del centro, eran los únicos momentos que realmente disfrutaba porque el chico me hacía reír y... Me hacía feliz, sobre todo cuando reía y me agradecía por cosas pequeñas que hacía por él.Dorian había sido para mí el regreso de la alegría a mi vida después de que perdí todo como él. Mis padres murieron de la misma forma: a manos del negocio que ellos mismos habían ini
Lo solté de la mano y me deshice de mis zapatos dejándolos sin importancia en alguna parte de la arena, después me quité la camisa y me doble el pantalón hasta las rodillas, mis calcetines se volaron con el viento pero tampoco le di importancia.Estábamos a escasos metros de la orilla, la arena me tocaba la piel con suavidad casi celestial, pero más celestial era el rostro de Dorian iluminado por la luna.Lo vi alejarse hasta llegar al agua, ahí se sumergió unos segundos y después salió echándose el cabello para atrás, la piel había quedado perlada por el agua y los suaves rayos de luz se reflejaban encima dándole un aspecto brillante y terso que quise acariciar.Caminé hasta donde él estaba brincoteando y me senté hasta que el agua me mojó los pi
Bajé a su pecho sin soltar sus manos y di ahí un par de besos y suaves mordidas, si bien tenía ganas de marcar ese cuerpo como mío, también me parecía que era como un lienzo puro que no merecía si quiera ser tocado, y no quería arruinar esa pureza y perfección que había en él; con cuidado fui bajando hasta el resorte de su ropa interior, descubrí ahí que mi excitación era correspondida y que él también gustaba de mi.Su pecho subía y bajaba con nerviosismo, además, él miraba expectante a mis movimientos enfrentándose a algo completamente nuevo para él- ¿Puedo hacerlo? - pregunté antes de si quiera remover su ropa interior. Dorian soltó una especie de pequeño gemido que interpreté como un "si", y entonce
Después de una ardua tarde a caballo, las puertas del reino se abren para recibir al Príncipe Damián.En las caballerizas reales están los esclavos dispuestos para atender y asear a los caballos, en donde el hombre se pasea orgullosamente sudoroso después de su satisfactoria jornada. Damián es un hombre de pocas palabras, y con señas pide y agradece a los soldados y esclavos.Dentro del castillo hay dos filas de 6 mujeres esclavas y seis hombres esclavos formando una valla dispuestos para atender al Príncipe y asearlo como todas las noches. Todo es mera formalidad, porque él hombre de facciones marcadas y ojos gatunos siempre observa con la misma mirada al último hombre en la fila y con el dedo hace una seña de dirigirlo a la habitación real. No escoje a
- Tu Príncipe te va complacer - responde Damián y se estira sobre la cama al tiempo que tira del prendedor de la túnica de Seth, quedando ambos desnudos ahora. Damián se relame los labios al ver el delicioso cuerpo que tiene encima, un cuerpo fino y delicado, de huesos ligeramente marcados y curvas sensuales. - ¿Puedes complacerme tu a mi?Seth entiende el mensaje y va a posarse entre las piernas del Príncipe que está acostado. Toma el miembro entre sus manos y mirando desde abajo a los ojos gatunos que lo observan, se mete toda la longitud en la boca. Damián suelta un corto gemido gutural.Seth es inexperto a pesar de haber estado otro par de veces en la cama de su Príncipe, pero se esfuerza por complacerlo. Lo chupa, lo succiona, mete todo el pene en su boca, incluso muerde suavemente porque sabe que a Damián le
Despierto con una incomodidad palpable entre las piernas. Duele. Palpita. Me gusta.Abro los ojos: a mi lado está mi novio desnudo durmiendo aún, es bien temprano.Tocó mi erección por encima de las sábanas, la aprieto contra mi abdomen y contengo un jadeo, está bien dura y caliente.¿Debería despertar a mi chico o hacerme cargo yo solo?Meto los dedos a mi boca, me gusta fantasear con que es el miembro de mi novio, y con la otra mano me tocó por encima del boxer ahora.Dos dedos entran y salen de mi boca, los succiono, los muerdo, los lubrico.¿Adivinas para qué?Meto mi mano bajo la ropa, cierro los ojos, me masturbo con los dedos en la
Después de un largo día de trabajo finalmente estoy en nuestro departamento.Abro la puerta y entro, estoy agotado y me duele la espalda, así que antes de comer quiero tomar una ducha.Comienzo a desvestirme desde la sala: la chaqueta queda en el sillón, la camisa en el pasillo, lanzo el pantalón a la habitación y para cuando llegó al baño solo traigo la ropa interior.Apenas abro la llave del agua y escucho la puerta de la entrada abrirse y cerrarse de un azote.- Estoy en casa - avisa mi novio y escucho que se tumba en el sillón. No le respondo y en cambio comienzo a mojarme bajo el agua y enjabonarme. - ¡Estoy en casa! - grita una vez más. Lo ignoro.El agua caliente baja por mi pecho y espalda, me
Cuando Milán y yo nos conocimos, lo primero que pensé es que era un chico muy lindo.El padre de Milán era buen amigo mio,habíamos salido de la misma facultad y yo había fundado mi propia empresa. Años después cuando éramos mayores, su padre preguntó si yo tenía algún puesto para Milán y no pude negarme para él.Milán era mi asistente y "secretario", trabajaba justo afuera de mi oficina y era un buen empleado a sus 24 añosSiempre pensé que era un buen chico y muy tierno y obediente, pero cuando nos conocimos descubrí que en el sexo es completamente diferente.El primer encuentro que tuvimos fue bastante inesperado, espontáneo ycaliente
Lo vi relamerse los labios justo cuando me liberaba el miembro del boxer, aunque un quedaba un rastro de sangre. Tenía unas ganas cabronas de agarrarle la cabeza y hacer que me chupara de una vez por todas.Cerré los ojos y dejé que me sorprendiera.Primero sus dedos largos me acariciaron en el abdomen bajo, como complacido de que no hubiera rastro de vello,después me tomó en sus manos y comenzó a masturbarme lento, tortuso pero delicioso.Finalmente y después de mucho preámbulo sentí su boca rodearme y comenzó a chupar con insistencia, note cierta inexperiencia en sus movimientos, pero el hecho de que fueraélquien me hacía sexo oral me prendía demasiado. Quizás nunca había tenido sexo con algún hombre.Mientras seguía complaciéndome con su adorable boquita escuché un