- ¿Así que quieres tener sexo, Caín?
- Si !Si!
- Te voy a cojer tan duro que te voy a dejar sin caminar.
Me saqué el cinturón del pantalón y lo enrolle en mi mano, después golpeé dos veces en su trasero
- ¡AH!
- Has sido un mal alumno, Caín, y eso merece un castigo - di otro azote más arriba pegando por su espalda
- M-me duele - se quejó con dolor y placer en su voz
Di otro golpe con menos fuerza en su otra nalga, los azotes no tardaron en transformarse en marcas rojas y una de ellas morada. Su cuerp
Desperté adormilado y confundido sobre mi cama.Lo último que recordaba era una vaga visión de Lenko llegando por mi al trabajo y después me ofreció una bebida, después de ahí, no recuerdo nada.Lenko había estado bastante extraño desde hace unos días cuando había comenzado a besarme con intención de que llegáramos a la cama pero le dije que estaba bastante cansado por el trabajo, y él se quitó de encima y desde entonces no me ha vuelto a tocar.Traté de rascarme la nariz aún acostado y al llevar una de mis manos a la cara note como se arrastraba la otra al mismo tiempo, miré mis muñecas aún confundido y note entonces que estaba esposado.Trate de incorporarme para mirar a mi alrededor, es
Después tomó mi cabeza entre sus manos y embistió contra mi boca dejando todo su pene dentro, me hizo tragarlo completo, no supe cómo fue que sus 17 centímetros me cupieron en la boca, porque en ocasiones anteriores que lo había intentado, solo llegaba pasando la mitad.Hizo lo mismo un par de veces más robando con ello el poco oxígeno que me quedaba, sentí una sensación de asfixia pero aún así no dije nada y me dediqué a seguir.Después de varios minutos bajó de mi pecho y hasta entonces pude recuperar el aire; me dolían las manos y tenía incomodidad en el cuello, además tenía una erección en el pantalón que suplicaba por atención, pero él parecía solo centrarse en su placer.
Fernando había sido gran amigo mío desde la secundaria, era de las pocas amistades que había preservado hasta ahora, casi 8 años después, había sido más que mi amigo mi confidente, y había estado conmigo en los momentos más difíciles de mi vida como cuando me declaré gay... Desgraciadamente me di cuenta de mis preferencias porque me enamoré de él, pero claro que eso él nunca lo supo.- Entonces que, Diego, ¿Irás a la reunión?Hacia casi dos años que habíamos terminado la carrera y como todos los universitarios comunes ahora mi anterior grupo se había puesto de acuerdo para celebrar una reunión de reencuentro. Fernando había venido a verme a mi departamento cuando le dije que no pensaba
- Deberíamos irnos ya, se me ha hecho un poco tarde. - señalóLlegamos en cuestión de minutos a la casa de Carlos, en donde ya había un par de carros mas aparcados dentro y fuera del jardín, habría ya entonces unas veintitantas personas, que eran más de las que habría esperado.Bajamos del auto y Fernando trataba de convercerme que la pasaríamos bien y que no me portara como un aguafiestas, y aún estaba hablando cuando Carlos apareció- Hey, hombre ¡Qué tal! - lo saludo. Carlos era un hombre de la misma estatura de Fernando, de cabello muy rizado y pelirrojo, de ojos cafés, de estilo y personalidad peculiarmente elegante.Vi darle un abrazo a Fernando, como quien no ve a alguien en mucho tiempo, y después me miró mientras aún lo abrazaba.- ¡Cuánto tiempo! - respondió Fernando - ¡Pero si no has cambiado
Tiró de mi hacia arriba y me besó con impaciencia mientras me hacía sentarme en su regazo, una de sus manos me sostenía por la espalda baja para no caer (pues estábamos al borde del colchón) y la otra se deshacía con prisa de mi camisa.- Sé que siempre te he gustado - dijo ahora con voz firme, como si no hubiera estado borracho - Y se que deseas que lo que dijo Carlos sea verdad, lo deseas tanto como deseas hacer el amor conmigoSentí mis mejillas arder con semejante confesión, él lo sabía todo desde hace quién sabe cuánto tiempo y aún así había fingido no darle importancia, él no estaba ebrio y aún así me había dejado estar hasta aquí, me sentí apenado, Confundido, y mas que nada, excitado. Porque si, si quería hacer el amor con él, y ahora que sabía que él estaba consciente era m&
(Secuela del capítilo anterior)Habían pasado un par de meses desde la noche en qué Fernando y yo nos acostamos tan caliente y románticamente en mi departamento.Los siguientes acontecimientos fueron curiosos, incómodos y románticos por igual: comenzamos a salir en plan "menos amigos y más pareja", para ver si podía salir algo fructífero de aquello.Fernando me trataba lindo, me invitaba a comer, salíamos a tomar, a jugar billar, por él me comenzó a gustar más el ambiente de fiesta y me hice más sociable de alguna manera.Lo único que no me gustaba de todo aquello es que sentía que se apenaba de que nos vieran juntos, como si se avergonzara de gustar de mi o de ser bisexual. Ese era un tema que habíamos disc
- Si dudas de cuánto me encantas, solo mira como me pones con un beso. - tomó mi mano y la llevó a su miembro que de nuevo comenzaba a despertar. - Está vez no dejaremos esto a medias. - me empujó sobre la banca y se subió en mi, volvió a besarme de nuevo, sus manos me estimulaban por encima de la ropa y con su cadera se estimulaba el solo frotándose contra mi abdomen.- Quiero cogerte, no, quiero, quiero hacerte el amor, aquí y ahora - susurró comenzando a perder la compostura. - ¿Me dejarás? - mi respuesta fue llevar mi mano a su pene y apretarlo suavemente.- Ah~Era muy extraño escuchar gemir a Fernando, y sin embargo cuando lo hacía sonaba delicioso.
Evan era un chico de mi aula de los más populares.Era tan malditamente guapo y perfecto que cuando lo conocí creí que era irreal, y desde aquel primer instante me enamoré perdidamente de él.Evan era capitán del equipo de fútbol americano, y por tal cosa tenía un cuerpo que me parecía lo más semejante a las esculturas a la mitología griega. Tenía una espalda ancha, pero sin exagerar, cintura más estrecha, unos brazos que seguramente eran el doble de los míos, piernas atléticas, manos varoniles y para rematar un rostro cautivador.Dos orbes verdes esmeralda resaltaban en su rostro de facciones marcadas, encima había un par de cejas pobladas y gruesas, la piel era lechosa y salpicada de pequeños puntitos cafés... El cabello pelirrojo natural contorneaba h