Nota del autor y próximas novelas
Me guastaría agradecer a todas las lectoras que se han tomado el tiempo para terminar esta novela. Y les ofrezco una disculpa si tuvo que ser momentáneamente interrumpida en otra plataforma.
Sé que quedaron algunas interrogantes fuertes pero si han leído antes ya están acostumbrados a que todas las interrogantes de una novela normalmente se resuleven en otra.
AlonsoMe estremezco cuando siento su humedad. No es la primera vez que la toco pero es la primera vez que sé exactamente lo que va a pasar entre los dos y mi corazón me recrimina… Sin embargo mi mente sabe muy bien que tengo que hacerlo así que sólo suspiro y la beso con un deseo que ya no puedo contener.La noche está fría y el fuego de la cabaña es poco comparado con lo que soy yo teniendo a Luciana desnuda debajo de mí. Gime en mi oído mientras acaricio sus senos y deslizo mi lengua en su boca excitándola más. La toco y sé que todavía soy torpe, no tengo la experiencia que desearía y menos cuando se trata de romper a una virgen… pero supongo que la buena intenci
LucianaAbro los ojos y hago mi ejercicio diario de sonreír mientras miro al techo. Doy gracias a dios por todo lo que tengo, y porque a pesar de lo mucho que he perdido, me dejó conservar la bendición más grande que una mujer puede tener, y esa bendición se llama Santiago Santamarina. Hubiera querido que llevara el apellido de su padre, pero mi Grillo no pudo estar ahí para registrarlo, mucho menos para verlo crecer.Sacudo la cabeza y me levanto apartando la sábana de un tirón, porque si me permito otro segundo de recordarlo voy a terminar llorando y le voy a arruinar el día a Santi. Y el día de hoy es demasiado importante.Me
GrilloEl celular suena con insistencia y me resisto a mirarlo. Mi cerebro es una madeja de oscuros pensamientos que no logro reconciliar. He pasado las últimas seis horas pidiendo a Dios que esto no sea real, que haya sido sólo una alucinación provocada por la falta de sueño… pero no es así. Sé que todo esto es demasiado real.El maldito teléfono sigue sonando y yo lo contesto gritando porque con alguien tengo que descargarme.—¡¿Qué?! —y espero que Thiago tenga una maldita buena razón para joderme a esta hora.—Eee-este
LucianaAbro los ojos y me doy cuenta de que todo ha cambiado. Es tan diferente a la forma en que desperté hace poco más de un mes, que tal parece que hubieran pasado siglos. Sonrío frente al espejo porque por fin en más de quince años no tengo que extrañar a alguien, no me levanto pensando en alguien, no cargo con el dolor de saber que el padre de mi hijo murió por la mano de mi familia.Los primeros días tras descubrir la verdad fueron terribles, pero Santi me dijo algo en lo que tiene toda la razón: Él tenía derecho a decidir.Su decisión no fui yo y tengo que vivir con eso, pero deboser honesta: me he quit
GrilloMi mente tiene un bloqueo fuerte, extenso y violento. Escucho las palabras de Luciana pero no puedo creerlas. Sin embargo su rostro es tan impasible que parece una estatua. Ni siquiera se ve enojada, solo… ¿decepcionada?Me limpio la cara con el antebrazo y asiento para mí mismo mientras salgo por la puerta como si el diablo me pisara los talones. No tengo absolutamente nada que hacer aquí, al menos no hoy, no después de… esto.Luciana no pudo ser más clara. No está enamorada de mí, ya no.Hago el camino de regreso en tres zancadas y me encuentro a The
LucianaRecojo mis piernas en cruz contra mi cuerpo y losabrazo, sentándome. Soy un ovillo cansado y satisfecho sobre la pequeña mesa de la cocina, y siento la frente de Grillo sobre la mía. Me da un beso suave en una mejilla y luego en la otra mientras yo trato de recuperarme de esa avalancha que acaba de arrastrarme.Mis ojos van a su bragueta y veo que ese pantalón de mezclilla quiere romperse, pero él no me pide ni una sola vez que sea recíproca. Y qué bueno que no lo hace, porque no tengo ninguna intención de darle placer.Tengo que reconocer que hay una diferencia enorme entre el chiquillo con el que hacía el amor y este hom
GrilloLas palabras se quedan resonando en mi cabeza:«Si alguien no tiene ni puta idea de cómo y con qué hemos vivido eres tú! No alcanzas ni a imaginarte lo que hemos pasado, lo que hemos sufrido, las carencias que hemos tenido.»Mi cuerpo se voltea y en una sola sacudida golpeo la pared con toda mi fuerza. Los nudillos me sangran y allí junto a la puerta queda la abolladura manchada… sé que Luciana no tardará en darse cuenta de que he perdido los estribos.Me largo de ahí, subo a mi coche que es nada menos que un BMW y me río de las ganas tan i
Luciana—¡Luciana! —Siento algo que quiere parecer un grito y salgo de mi oficina para encontrarme con un espectáculo de terror.No esperaba ver a Grillo tan pronto después de nuestra discusión de esta mañana, y si me lo encontraba no esperaba que fuera en estas condiciones.Se apoya en la pared y tiene la mirada perdida. ¡No puedo creer que esté borracho y haya venido así hasta aquí!De repente se tambalea, sus ojos se cierran…—¿Alonso?—l