Luciana
El silencio parece hacerse extenso, agotador, mientras sólo nos miramos a las caras como extraños. Me resulta increíble que Nico pueda estar aquí, pero confío en Grillo cuando me dice que está de nuestro lado y más allá… es mi hermano.
Tres meses despuésGrillo.—¿Sabes qué? —mi Solecito se sienta sobre mis piernas y rodea mi cuello. Me besa con una picardía tan sugerente que sé que está a p
LucianaLe doy el codazo que se merece, porque ya sabíamos los dos que iba a meter en problemas a Ruben con lo de la boda de Thiago y Layla, pero igual lo hizo sólo por molestar a mi hermano. Santi.El teléfono suena y arrugo el ceño, porque no se supone que este teléfono suene. Nunca. Es el nuevo celular encriptado que Mateo me puso en las manos hace tres meses, el día que Leisy y39. UN LARGO LARGO FELICES PARA SIEMPRE. 3
Nota del autor y próximas novelasMe guastaría agradecer a todas las lectoras que se han tomado el tiempo para terminar esta novela. Y les ofrezco una disculpa si tuvo que ser momentáneamente interrumpida en otra plataforma.Sé que quedaron algunas interrogantes fuertes pero si han leído antes ya están acostumbrados a que todas las interrogantes de una novela normalmente se resuleven en otra.
AlonsoMe estremezco cuando siento su humedad. No es la primera vez que la toco pero es la primera vez que sé exactamente lo que va a pasar entre los dos y mi corazón me recrimina… Sin embargo mi mente sabe muy bien que tengo que hacerlo así que sólo suspiro y la beso con un deseo que ya no puedo contener.La noche está fría y el fuego de la cabaña es poco comparado con lo que soy yo teniendo a Luciana desnuda debajo de mí. Gime en mi oído mientras acaricio sus senos y deslizo mi lengua en su boca excitándola más. La toco y sé que todavía soy torpe, no tengo la experiencia que desearía y menos cuando se trata de romper a una virgen… pero supongo que la buena intenci
LucianaAbro los ojos y hago mi ejercicio diario de sonreír mientras miro al techo. Doy gracias a dios por todo lo que tengo, y porque a pesar de lo mucho que he perdido, me dejó conservar la bendición más grande que una mujer puede tener, y esa bendición se llama Santiago Santamarina. Hubiera querido que llevara el apellido de su padre, pero mi Grillo no pudo estar ahí para registrarlo, mucho menos para verlo crecer.Sacudo la cabeza y me levanto apartando la sábana de un tirón, porque si me permito otro segundo de recordarlo voy a terminar llorando y le voy a arruinar el día a Santi. Y el día de hoy es demasiado importante.Me
GrilloEl celular suena con insistencia y me resisto a mirarlo. Mi cerebro es una madeja de oscuros pensamientos que no logro reconciliar. He pasado las últimas seis horas pidiendo a Dios que esto no sea real, que haya sido sólo una alucinación provocada por la falta de sueño… pero no es así. Sé que todo esto es demasiado real.El maldito teléfono sigue sonando y yo lo contesto gritando porque con alguien tengo que descargarme.—¡¿Qué?! —y espero que Thiago tenga una maldita buena razón para joderme a esta hora.—Eee-este
LucianaAbro los ojos y me doy cuenta de que todo ha cambiado. Es tan diferente a la forma en que desperté hace poco más de un mes, que tal parece que hubieran pasado siglos. Sonrío frente al espejo porque por fin en más de quince años no tengo que extrañar a alguien, no me levanto pensando en alguien, no cargo con el dolor de saber que el padre de mi hijo murió por la mano de mi familia.Los primeros días tras descubrir la verdad fueron terribles, pero Santi me dijo algo en lo que tiene toda la razón: Él tenía derecho a decidir.Su decisión no fui yo y tengo que vivir con eso, pero deboser honesta: me he quit