-Mary - Ryan no creia que estuviera a punto de formar parte de la farsa, pero tenia que reconocer que tambien se habia asustado al ver como se habia puesto la madre de Rosa - Se que tal vez fuimos algo impulsivos y no contamos con nuestras familias pero tienen que reconocer que Amelia es una mujer exepcional y cuando me dijo el si quiero no podia permitir que pensara mucho y aproveche la oportunidad. Ademas el caso es que siento como si estuviéramos imponiéndoos nuestra presencia a ustedes. Pensábamos comer algo y volver a San Francisco, pero no quisiera que resultáramos una molestia, no quisiera interferir en vuestros planes.- Tonterias muchacho. No podemos tener ningún plan mejor. Celebrar vuestra boda con vosotros es maravilloso, es una ocasión única. Debo confesar que me ha sorprendido terriblemente, pero ha sido una buena sorpresa. Siéntate Ryan, por favor -dijo señalándole un pequeño sofá de apenas dos plazas cerca de ella.Ryan se sentó y Mary izó a Amelia indicándole que se
Ryan la miró no sabia si estar maravillado por la forma en la que solia soltar las mentiras con tanta naturalidad o estar horrorizado, en cualquiera de los dos caso tenia que trata de parale los pies pues se estaba complicando cada vez mas las cosas. Aquella mujer era un pequeño diablo, una pelirroja asesinade cabellos revueltos y ojos cautivadores. Ella le devolvió la mirada con expresión de inocencia y con una de esas tiernas sonrisas, que para el resto de los presentes podia indicar que se encontraba enamorada pero el sabia bien que podia tener otro significado.-Bien, Ryan -dijo Vincen- pues ahora ya tienes familia porque al casarte con con una de nuestras pequeñas nosotros también entramos en el lote, tengo que darte una pequeña advertencia aunque Amy nunca ha mirado a Rafael con otros ojos nada mas de amiga el desde hace años ...-Vincen no digas eso, Rafa solo me tiene mucho cariño y me ve comouna hermana menor - Intervino Amelia, esa polemica siempre ha sido punto de debate
-Estoy muy contenta de que hayáis venido aquí a celebrarlo -comentó Mary-. Vincen y yo no queremos ni oír hablar de que os vais a casa. Tenéis que quedaros aquí a pasar la noche. Insisto. Somos nosotros los que nos marchamos, y nos llevaremos a Rosa y a tu amigo Jeff.Fantástico. Sólo faltaba eso, pensó. Aquello estaba llegando demasiado lejos. No queria prolongar esta farsa a demas Amelia le habia dicho que solo seria hasta la tarde y que luego partirian hacia el aeropuerto y cada uno de ellos tomaria su camino.-Eres muy amable, pero nosotros tenemos planes para esta noche, ¿no es así, cariño?Si él era el marido al menos tendría algún derecho, pensó. Por lo menos a decidir dónde iban a pasar la luna de miel. Y desde luego pensaba pasarla solo en su apartamento.Amelia se apartó un poco de Ryan, ya tenía bastante con aquellos besos sorpresa, ademas no era como si ella se hubiese brindado de manera voluntaria para esta mentira. Tambien sabia que ella se la habia jugado a el cuando se
Amelia DeLucas paso su mano por la ventanilla del taxi, llevaba más de diez horas de vuelo. No sabia que se le habia metido en la cabeza a su mejor amiga cuado decidio fugarse y casarse con su novio aquí en Las Vegas. Dios, Rosa solo había salido con Jefferson por menos de seis meses. Aun recordaba la llamada que le hizo para decirle que se casaba en unas horas y que esperaba que pudiera asistir y ser su dama de honor, el dolor de cabeza que había tenido desde ese momento comenzaba a tomar fuerza. Consulto la hora en su móvil, la medicación comenzaba a dejar de surtir efecto. Busco en su bolso de mano y tomo una tableta de comprimido y el pomo de agua. Le faltaba como veinte minutos para llegar a su destino tiempo suficiente para que el medicamento apaciguara el insipiente dolor que estaba comenzando a sentir. Ella solo podía rogar por llegar a tiempo y poder poner algo de sentido común en la cabeza de Rosa antes de que dijera el si quiero. Una boda así no era buena idea, si Rosa q
No tenía intención de discutir sobre Ryan. Ella y Rosa nunca se habían sentido atraídas por los mismos hombres. Y no estaba dispuesta a tener una discusión sobre cual de los dos hombres era más atractivo el futuro esposo de su amiga o el sexy padrino. Además tenía algo más importante de qué hablar. Se preguntaba cómo iba a lograr convencerla para que abandonara una idea tan precipitada. -¿Qué es esto? -preguntó sacando el ramillete. -Se supone que es para mí, pero déjalo, tenemos que hablar. Esto no está bien, y tú lo sabes. -Por supuesto que no, sólo mi abuela llevar las flores en la cintura. - mientras le lenzaba estas palabras con una mirada picara en los ojos A Rosa y le gustaba malinterpretarla a propósito, sabiendo que esto la sacaba a ella de sus casillas. -Rosa, cambies el tema sabes bien de lo que estoy hablando, la boda. Rosa continuó mirando las flores sin hacerle caso. Por fin alzó la vista y sonrió. -Ya lo tengo. Te lo sujetaré al pelo. Acércate al tocador
Amelia camino hacia el pequeño cuarto de baño que su amiga le habia indicado, para salir unos minutos mas tardes ajustandose los tirantes del vestido. Se quedo parada y miró a Rosa a los ojos. -Probablemente nos queremos más de lo que se quieren las hermanas se pueda querer, no deseo otra cosa más que tu felicidad. Pero también quiero a tu madre y eso tu lo sabes de sobra. Sé que piensas que ella haría lo que tú le pidieras, pero no tenía por qué recogerme cuando mi madre murió. No tenía por qué cuidarme y quererme, pero aun asi lo hizo porque es una bellísima persona y no puedo soportar pensar el daño que esto le va a causar. Por favor, no te cases hoy. Espera sólo un par de meses. ¿Qué pueden importarte un mes o dos más? -¿Por qué sigues intentando hacerme cambiar de opinión? Esto es lo que quiero. Es lo que quiere Jeff. Va a ser para siempre, pero quiero que ese siempre comience hoy. Por favor, Amy, deséame felicidad y sé mi madrina de boda como habíamos planeado desde niñas. T
Era comprensible, se dijo Ryan. Rosa estaba guapísima: alta, rubia. Hacían una buena pareja. Sin embargo, pensó, parecía cansada al lado de Amelia Justo en ese momento Amelia lo miró. Con el ceiío algo fruncido y el mentón desafiante, parecía que le echaba a él la culpa de algo. Se acercó a ella, mejor era firmar una treugua o tratar sus mejores amigos se casaban y ellos no debian de arruinarles su gran momento. -¿Qué? -preguntó -Eso era lo que iba a preguntar yo. -Estabas ahí contra la pared como si fueras un semáforo, pero no sé qué tratas de decir. -Sólo me preguntaba si todo estaba en orden. -Todo perfecto, no podría ser mejor. Estoy a punto de ver cómo mi mejor amiga se casa sin que estén sus padres presentes, que ni siquiera lo saben. No sabemos como reccionaran cuando se enteren, sali corriendo de mi casa, llame a una de mis colegas para que se hicieran cargo de mi trabajo y solicitaran un permiso para mi, tome un vuelo, luego tuve que esperar en la terminal por otro, ll
De pie junto a Rosa observó cómo la esposa del parroco se levantaba del órgano para dirigir la ceremonia entre cestos de flores. Parecía que lo iba a hacer todo ella sola pero al final junto al altar la estaba esperando un señor, con solo una mirada Amelia vio el amor que la pareja de ya avanzada edad se profesaba. Debía de haber estudiado en el mismo colegio para expertos eficientes que Ryan, ese ridículo pensamiento se instaló por un segundo en su mente, era evidente que eso resultaba imposible por la gran diferencia de edad. Si torcía la cabeza hacia la derecha lo vería, pero prefirió centrar su atención en la mujer del parroco y luego en el hombre que estaba por comenzar la ceremonia de su mejor amiga. Ryan tenía algo que la hacía sentirse incómoda. Ni en un millón de años reconocería que él podía llegar a llamar su atención tenía esa cualidad de ser mandón y ella tenía problemas con las personas así. Sobre todo cuando dejaba su mirada fija en ella con esos ojos negros. Parec