Tumbados en la cama, y sin que Adrian dejara de acariciarme y besarme cada centímetro de mi cuerpo, me hizo una oferta de la cual no estaba segura de aceptar— Has venido a mi para que te ayude y sabes que lo puedo hacer, pero quiero algo de ti — me dijo— ¿Qué quieres? solo quiero encontrar a mi hijo y a mi amiga y tu eres el único que sé que ese hombre te dira donde estan, Adrian pídeme lo que quieras pero me tienes que ayudar — le dije— Te ayudare pero con mis condiciones Alice, y no quiero que luego te arrepientas de haber aceptado —- me respondió— De acuerdo ¿qué deseas de mí? — pregunte— Ahora llamare a mis abogados para que preparen un documento donde te comprometes conmigo a cumplir ciertas cláusulas, como las que firmastes cuando hicimos en contrato matrimonial y lo cumpliras, no te iras del lugar donde te voy a llevar para nada, Devon no debe saber donde te encuentras, pero dentro de esas cláusulas habrán algunos cambios, si estas dispuesta a cumplirlo, te ayudare — me di
Devon me hizo subir a su limusina, aunque intenté pegarle patadas, mordiscos e inclusive peleé con él para intentar huir, pero Devon tenía mucha fuerza y no pude hacer nada por soltarme de su agarre. Después de varias horas de viaje, llegamos a su casa, cogiendo él mi brazo me bajo del vehículo arrastrándome hacia el dormitorio, obligándome a entrar junto con el — ¿Qué quieres?¿porque has matado a Adrian? el no ha hecho nada, solo ha querido ayudarme, quiero saber donde tienes a mi hijo y a mi amiga — le grite— No tienes derecho a preguntar ni ha hablarme si no te doy permiso — me dijo— Vete al cuerno Devon con esas tonterías, ¿qué quieres? solo deseo tener a mi bebe en mis brazos,¿que es lo que no entiendes? — le volví a preguntar— ¿Quieres un bebe en tus brazos? no te preocupes que te juro que lo tendrás, quédate desnuda y ponte de rodillas en el suelo delante de mí, te voy a enseñar a obedecer, tienes una lengua muy sucia y hay que domarte, !! Haz lo que te he dicho ahora, Alic
Cansada de dar tantas vueltas por el jardín, decidi tumbarme un rato en el césped, dejando que el sol, me impregnaba con su luz. Me puse la mano en mi cabeza, tapando mis ojos, cuando escuche la voz de Devon a mi lado, giré la cabeza viendo que se había sentado en el césped— Ven vamos a la piscina, hace mucha calor y te vas a quemar — me dijo— Estoy bien aquí, gracias, ademas no me apetece bañarme ahora — respondí— Ven acompáñame, tengo un regalo para ti — me dijo cogiendo mis manos, poniendome de pieCogiendo mi mano, me hizo acompañarlo paseando hasta donde estaba la piscina, acercándonos a la mesa de mármol que había, viendo una cajita envuelta en raso y rodeada por un lazo— ¿Qué es esto? — pregunte sorprendida— Es para ti, un pequeño detalle, solamente — me respondióCogí aquella caja, le quite la tela, el lazo y cuando la abrí me quede atonita al ver aquella pulsera de oro y diamantes — ¿Te gusta? — me pregunto cogiendo de la caja aquella preciosa pulsera para ponermela en
Estuve leyendo ese acuerdo sin entender porque Devon me hacia eso, ser una sumisa, sin poder tener ninguna opinión, obedeciendo todas las barbaries que me pedia, pero sabia que si no firmaba me jugaba mucho y lo que más deseaba era tener a mi hijo en mis brazos, era lo unico que queria aunque Devon me usara solo para sus propias necesidades, pero mi hijo era lo primero para mi, así que decidida, cogí el bolígrafo que el abogado me dio, firmando en aquel papel el destino que me esperaba al lado de aquel despiadado hombre.— Muy bien, Devon firma al lado de la firma de Alice por favor — le dijo el abogado firmando el tambien despues,— Bueno, yo ya me marcho, señora encantado de haberla conocido, Devon si me necesitas solo tienes que llamarme ya lo sabes — le dijo aquel hombre— Alice acompaña a Rodrigo a la puerta y luego vuelve al despacho — me dijo DevonAsí lo hice, acompañe al hombre hasta la puerta, despidiéndose de mí, volviendo por mis pasos hacia el despacho, mirándonos Devon y
Veía a mi hijo dos veces al día, solo para darle de mamar, el resto del día se encargaba la niñera de darle biberón, cambiarlo, bañarlo y vestirlo. Devon no me dejaba estar más tiempo con él ni que me acercara a su dormitorio, situación que me hacía sentir mal. Devon trabajaba en casa haciéndome ir a su despacho cuando deseaba desahogarse, teniendo que ir y callar, aunque me colmaba de regalos y caricias, pero no era eso lo que yo deseaba. Una de las veces que me hizo estar con él en su despacho, me hizo sentarme en su mesa desnuda, con las piernas completamente abiertas, haciéndome gritar, ya que su lengua en mi clítoris parecía como si tuviera un satisfaller de esos, dándome un placer que me dejaba sin aliento, aunque luego me giraba el cuerpo quedando mis nalgas a su vista, haciendo lo que más le gustaba y deseaba, marchandose después del despacho, dejandome sola y sin fuerzas para poder andar.Hasta que un dia sucedio lo que no me esperaba, Devon entró en lo que antes era mi dormi
Por la noche, entre en el cuarto de baño para ducharme, ya que tenía que acompañar a Devon a una especie de evento, después volví al dormitorio mientras me secaba el cuerpo y el pelo para poder vestirme con el vestido que el eligio para mi, viendo encima de la cama, un conjunto de lenceria negra precioso, lo cogí sintiendo lo suave de la seda del sujetador y del tanga. — ¿Te gusta? lo he escogido especialmente para que te sintieras guapa con el puesto — me dijo Devon, poniendo sus manos en mi hombros, besando mi cuello— Es, es precioso señor, gracias — le dije— Acabemos con todo eso Alice, eres mi mujer y yo tu hombre, no quiero que vuelvas a llamarme señor, solo haz que cuando te desee no encuentre impedimentos en ti, tu ya sabes cuanto te amo — me dijo— Gracias, pero sin_____— Preguntas, sin decirme !! NO ¡¡, sólo puedes decir si, cuando te desee — me dijo — Esta bien Devon, seré la mujer perfecta que deseas que sea, no tendrás que volver a castigarme, te lo prometo— le dije—
Ni por un momento, pensé en ir a buscar a Devon, una vez que me fui corriendo de la fiesta, empecé a andar por el arcén de la carretera, como me dolían los pies por culpa de los zapatos, me paré un momento para quitarmelos, mientras lloraba. Una vez que me los quité seguí andando con ellos en la mano sin tener ni idea de adonde me iba a dirigir. Aunque escuché una sirena y varias luces que se movían, parando el coche al lado mio, me dio lo mismo y seguí andando perdida en medio de la noche.— Señorita ¿que hace por aquí a estas horas? ¿no sabe que es peligroso? — me dijo un policía, que bajó de su coche, cogiéndome del brazo para que me parara— Déjenme en paz, ya soy mayorcita — le grite, siguiendo andando por aquella zona— Vamos señora, suba al coche, la llevaremos a su casa — me dijo el policia, cogiendo mi brazo, intentando obligarme a entrar en el coche—- No quiero, ya le he dicho que me deje tranquila, marchense — le dije al darme cuenta que eran dos los policías— Vamos seño
Cuando salimos de comisaría, lo primero que vi enfrente fue la limusina de Devon, que al verme con mi amiga, con Marco y con dos policías que nos acompañaron hasta la puerta, arrancó enseguida su chofer el vehículo marchándose de aquel lugar. Andamos un poco, subiendo a la limusina de Marco, que aunque yo no estaba de acuerdo, ya que deseaba irme con mi amiga, pero en parte me daba lo mismo ya que estaba muy cansada y quería dormir, para recuperar las fuerzas y así poder al día siguiente ir a la casa de Devon y recuperar a mi hijo.— Alice ¿dónde está Junior? — me pregunto mi amiga— Lo tiene Devon en su casa, mañana iré a por mi hijo, quiero recuperarlo — le dije— Yo iré contigo, tiene a mi hijo y ese cerdo es un asesino, a menos que quieras tu tambien ser una delincuente y vuelvas junto a él — me dijo Marco—- Fui al hotel para hablar contigo y me abrió tu novia, asi que si me quiero quedar a vivir con Devvon y ser suya, a ti te tiene que dar lo mismo — le dije— De eso hablaremos