Pasaba apenas de las tres de la madrugada cuando el líder de las Doce Tribus escuchó aquel revuelo fuera de su tienda, y de repente lo que había era luces y movimiento por todos lados.Nadie le pidió permiso, nadie le explicó lo que pasaba, solo supo que dos hombres entraron apurados para decirle unas breves palabras:—¡Su Majestad está aquí afuera!—¿Quéeee...?Ibrahim no estaba acostumbrado a aquella falta de respeto, mucho menos a que alguien revolucionara su campamento en medio de la madrugada.Se levantó furioso, pero tuvo que fingir aquella sonrisa porque después de todo de eso se trataba la diplomacia, aunque fuera con su propia familia.Salió de la tienda lo más arreglado que pudo y vio las luces de las antorchas encendidas alrededor. Sus ojos vagaron buscando a Jalil y cuando lo vio a pocos metros caminó hacia él.—Asegúrate de que la mujer no se acerque, ¡ve!Jalil se escabulló entre la gente mientras Ibrahim se acercaba a los dos hombres parados a cinco o seis metros de su
—No está aquí.La respuesta era simple y sencilla, sin embargo el cerebro de Karim no parecía capaz de procesarla.—¿No está? ¿Cómo que no está? ¿La buscaron bien? ¿Cómo es que no est...?—Karim, cálmate —le dijo Haliya con tono firme porque era evidente que estaba perdiendo la cabeza—. La buscamos, pero no está aquí. Además los escuché hablar, Rose se fue.Karim arrugó el ceño más confundido todavía. Sabía que la muchacha hablaba perfectamente el idioma, pero tenía que haberse confundido.—No, no es posible que la dejaran ir... tienes que haberte confundido, Hell, no pueden estar hablando de ella —murmuró mesándose los cabellos.—Se robó el caballo del jefe.—¡Entonces sí fue ella! ¿Qué escuchaste?—Los escuché decir que no la encontraban por ningún lado, y que también desapareció Faris, el caballo de Ibrahim, es el animal más fuerte y veloz de la tribu, y teóricamente no permite que nadie más lo monte —replicó Haliya—. Ellos creen que ella se robó el caballo y escapó después de que
Cuatro horas antes.Abdel Nhasir no era un buen hombre, pero eso no lo hacía necesariamente idiota. Lo habían enseñado a ser cruel, a poner sus intereses por encima de los de cualquier otra persona en el mundo, pero sobre todo, lo habían enseñado cómo mantener su monarquía a como diera lugar.Así que cuando abrió los ojos y la primera noticia que le dieron fue que el hijo de Amira estaba pidiendo verlo, su reacción básica no fue estallar como un desquiciado mandando a que lo mataran porque hacía años que le tenía prohibido pisar Arabia. En lugar de eso se vistió con la misma arrogancia de siempre y ordenó que todos salieran de la pequeña pero lujosa sala donde tendrían la entrevista.Para su sorpresa, Karim no tenía nada de arrogante ni de ostentoso. Le pareció que el muchacho estaba sin dormir, preocupado, y con una determinación reflejada en el semblante que no admitiría conversaciones banales.—Dame una buena razón para no ordenar tu ejecución ahora mismo —dijo Abdel con todo gélid
Todas las cabezas se volvieron hacia él apenas le escucharon decir aquello, mientras Ibrahim gritaba que esa era una burda mentira.—¡Todos saben que eres el hijo de Amira, y que ella fue la primera esposa del rey! —espetó Ibrahim, pero un segundo después alguien lo encañonaba furiosamente para que dejara de hacer escándalo.—¡Mucho cuidado en cómo te refieres a Su Majestad, Ibrahim! —le advirtió el Visir—. ¡Parece que ya tienes muchos cargos en tu contra como para añadir otro más!La sala se llenó de revuelo y Karim esperó pacientemente a que todos se callaran para extraer aquel expediente de su saco. Massimo lo había organizado perfectamente, así que no le tembló la mano cuando se lo entregó a los ancianos del parlamento.—Es cierto que mi madre fue la primera esposa de Su Majestad, pero todos saben que fue secuestrada —sentenció Karim—. Mi madre se embarazó de otro hombre durante su secuestro, esas son las pruebas de ADN que prueban que yo no tengo sangre real...—¡Esa es una menti
Bastaron pocos minutos para que todo comenzara a organizarse. Hasan era un hombre resolutivo, Karim no podía discutir eso. Durante media hora más de doscientos cincuenta barriles eran pintados y cargados y en camiones que el príncipe iba distribuyendo a esta o aquella coordenada, hasta que se aseguró de que cada punto en aquel mapa estaba cubierto. —Las distancias son de dos millas. Si es una mujer inteligente es imposible que no pueda verlos o seguir el camino después. ¿Estamos de acuerdo? —le preguntó a Karim y este asintió. —Solo espero que no se haya perdido fuera de esta área —murmuró él mirando aquel mapa con gesto desolado.—No lo hizo, te lo aseguro —lo consoló Hasan—. El desierto es engañoso pero hay cosas que no pueden ocultarse, como un caballo y su jinete en zona llana: las dunas no ofrecen protección y la primera partida peinó las dunas sin verla. Así que solo puede estar en la zona de las montañas. Solo vamos a rezar para que esté bien, este calor me preocupa.Karim as
Tenía miedo, era lógico que lo tuviera, pero aquellas palabras eran más que suficientes para darle alas a su corazón y fuerzas a su cuerpo.Le dio de comer y de beber a Faris y se comió apresurada las barras de proteína porque se estaba muriendo de hambre. Se escondió a la sombra de la montaña por un segundo y trató de comprender el mapa. Habían regado barriles como aquel por muchas muchas millas esperando que ella encontrara alguno.Logró entender que cada uno estaba a dos millas del otro, así que no había forma de perderse. Tenía que pasar dos barriles más para llegar a la tercera línea, esas eran seis millas debajo del sol de la mañana y fuera del curso de las montañas, pero no quedaba más remedio.Besó la cabeza de Faris antes de volver a subirse con toda la actitud y lo azuzó con energía porque no podían perder tiempo. Cuanto más se levantara el sol, más difícil sería continuar el camino.Abandonar las montañas era asumir el riesgo del sol, pero Rose sabía que debía hacerlo. Lleg
"Despierta, amor, por favor, despierta..."Rose podía escucharlo a lo lejos, pero el sonido de aquella voz indudablemente la llamaba, así que su corazón hizo un esfuerzo por seguirla.—Tienes que despertarte, yo necesito una mujer que me pegue y nadie pega como tú, ¿no es cierto? —una media risa mezclada con desesperación se le salió—. ¿Quieres que te amenace? ¿Eso es lo que quieres? ¡Pues si no te despiertas le digo a Hasan que nos case ahora mismo, y cuando te despiertes serás una mujer oficialmente casada y ya no podrás hacer nada al respecto!Karim acarició su mejilla y besó el dorso de su mano cuando de repente escuchó su voz.—¿Dónde quedó ese palo de criquet?Los gritos de alegría de Karim hicieron que todos entraran corriendo a la mienta para ver a Rose con los ojos abiertos, aturdida pero luchando por sentarse y desperezarse.A Karim poco le importó mojarse, la sacó en brazos de aquella tina y la sentó en su regazo, acunándola mientras la besaba en los labios una y otra vez y
Las palabras "mafia italiana" "´Ndrangheta", "conte" "ejecutora", pasaron por la cabeza de Rose como en una neblina. —¡Tiene que ser una broma! —murmuró por lo bajo y él abrió mucho los ojos, asustado. —¡Pues no, tú me dijiste que te gustaba peligroso! —¡Karim! Él al abrazó contra su pecho y dejó un beso urgente en su boca, por todos esos que le habían faltado tanto durante la última semana. Su lengua se enredó con la de Rose en un beso desesperado y tuvieron que llegar al primer gemido para por primera vez intentar contenerse porque aquel no era el momento ni el lugar adecuados. —Te amo. No importa quién yo sea. Te amo y te voy a amar toda mi vida. ¿Me oyes? Rose acarició aquella barba de tres días y aquellas sombras oscuras bajo sus ojos que denotaban todo el cansancio y la preocupación que había sentido. —Yo también te amo, Karim. No me importa quién seas. Y cuando me vuelvas a pedir que me case contigo, te diré que sí. —¿En serio...? ¿Entonces...? —¡Ahora no! —Ella le abri