Su piel se erizó en el mismo momento en que su mano tocó la de Faith, como si un latigazo lleno de recuerdos bajara por su columna vertebral hasta castigar su entrepierna; así que el apretón duró menos que la mirada curiosa que la muchacha le dirigió.—¿Estás bien? —preguntó y él carraspeó, retrocediendo.—Sí... Sí, claro. Creo que será mejor que empecemos a trabajar ya, no hay por qué demorarnos —declaró y ella se levantó de inmediato.—Perfecto. ¿Empezamos con un recorrido por la empresa? —sugirió y lo vio asentir.Conocía aquellos pasillos como si fueran los de su propia casa, pero evidentemente mucho había cambiado en los últimos años y no le venía mal hacer un reconocimiento del terreno. La siguió fuera de la oficina y apretó los puños, haciendo un esfuerzo ímprobo por mirar por encima de la línea de su trasero mientras ella caminaba, mostrándole las viejas y nuevas secciones.Todos se alegraban de su regreso y lo saludaban con amabilidad, pero muy pronto Charlie se dio cuenta de
Los puños de Charlie se cerraron con fiereza en torno a los documentos, estrujándolos un poco en el proceso de contener aquella impotencia que ni siquiera sabía por qué sentía. No era un idiota, pero desde que eran niños todo era igual con Faith, lo sacaba de sus cabales, lo hacía perder los estribos y tomar malas decisiones, tanto si lo provocaba como si no.Y en aquel momento era más que evidente que no lo estaba provocando. ¡Y el maldito proyecto realmente era muy bueno!Se levantó de su silla y caminó con determinación hacia la oficina de Pequeñas Inversiones, pero antes de que alcanzara la puerta, un par de voces conocidas lo detuvieron.—¡Esto es un error, Faith, ese proyecto es espectacular! ¡Trabajamos tanto en él! ¡Tú misma dijiste que era excelente! —exclamaba el hombre con frustración.—Lo sé, Greg, y sigo creyendo lo mismo, pero la decisión es de Charlie —sentenció ella con paciencia.—¡Es que no es justo! Este proyecto estaba casi aprobado por ti, incluso firmamos el prec
Faith miraba por la ventana sentada en el reservado de aquel restaurante. Había pedido una copa de coñac, porque necesitaba algo fuerte si quería lidiar con la criatura repugnante que era el hermano de su cliente. Le agradecía a Greg haber intentado protegerla todo ese tiempo, porque las confrontaciones ya no eran lo suyo, pero desde que Charlie había vuelto, desde que había sentido de nuevo aquel abrazo, solo tenía una gama de malos sentimientos que necesitaba descargar y sabía que con él podía hacerlo.Cuando la figura sombría y enojada se detuvo en la puerta, ella apenas lo dignificó con una mirada de reojo.—Señora Black...—Wallace...El hombre debía tener unos treinta y cinco o treinta y seis años y por alguna estúpida razón creía que podía intimidarla.—¿Me quiere explicar qué demonios está pasando aquí? —la increpó y Faith bebió en respuesta.—Mi socio no aprobó el proyecto.—¡No me venga con esa excusa barata! ¡Usted dijo que sería un hecho! —ladró Wallace.—Entiendo, sin emb
CINCO AÑOS ANTESEran un par de críos, unos chicos frustrados que no sabían manejar absolutamente nada de una relación, ni buena ni mala. Y muchos menos eran capaces de manejar aquellos sentimientos de la forma en que los estaban teniendo.Para otra gente era simple, los chicos de su edad se conocían, se gustaban, saltaban las chispas como si fuera año nuevo... pero con ellos era diferente. Ellos se conocían desde niños, se sabían lo mejor y lo peor, eran familia, y manejar aquella atracción en los últimos meses se les había convertido en un infierno del que los dos querían salir y ninguno quería reconocer.Charlie había puesto los ojos en Philippa que era la que no daba guerra, y Greg había puesto los ojos en Faith porque era la que realmente representaba un desafío.Charlie había creído que saldría bien librado de una noche de graduación lejos de Faith, con otra chica... No había contado con que ella pudiera hacer exactamente lo mismo con un chico al que le sobraba interés por ella.
Era simple.Era tan elemental como respirar.El tiempo no había logrado borrar absolutamente nada de aquellos sentimientos, y cada defensa que Charlie tenía contra ella había desparecido en el momento en que lo que tenía enfrente era una mujer madura y empoderada.—¡A ti! ¡Te quiero a ti! —respondió.Sin embargo al primer movimiento que hizo para acercarse a ella la respuesta no fue la que había creído. Hacía cinco años se había encontrado con la boca de Faith... y ahora se encontraba con una parte menos amable de su cuerpo.El puñetazo lo hizo tambalearse, llevándose la mano a una nariz que sangraba mientras la veía llevarse el vaso a los labios como si no acabara de rompérsela.—Ponme un dedo encima y te demandaré por acoso sexual, por si no lo sabes esta empresa se lo toma muy en serio —siseó ella dándole la espalda y poniendo la barra de por medio.Sus puños se pusieron lívidos sobre la madera pulida hasta que poco a poco se relajaron y subió la mirada para clavarla en sus ojos.—
Charlie no podía evitarlo, él y Faith saliendo de fiesta era como volver a esa maldit@ noche hacía cinco años donde se había jodido todo. Pero mientras a él se le estaban poniendo los nervios de punta, Faith mostraba su misma sonrisa atornillada de siempre y Charlie no entendía cómo nadie más veía lo falsa que era esa alegría.—Si no recuerdo mal, Gracie estaba preparando la decoración de la una de las fiestas más importantes de la fraternidad Sigma —dijo con naturalidad—. Podría llevar a los chicos, que venga Michael también así se divierte un poco.—¡Pues eso sería genial! Dice tu tío Alan que Mitch solo se dedica a estudiar así que tómense esto como uno de esos campamentos a los que ya ninguno viene! —rezongó Kainn—. Diviértanse, niños.—¡Y cuídame a Charlie! —le advirtió Moe con una sonrisa.—No te preocupes, tío, lo mantendré vigilado. Charlie siempre ha sido mi primo favorito —dijo ella despidiéndose con la mano mientras sus padres se iban y luego se giró hacia Charlie, que pare
Charlie apretó los puños y maldijo por lo bajo mientras Michael escrutaba cada mueca en su expresión.—Oye, de verdad no sé qué diablos pasó entre ustedes, pero si de algo estoy seguro es de que Faith no tiene interés en molestarte o darte celos. De hecho su interés en ti es nulo, de lo contrario habría usado la fiesta de la fraternidad para buscar un chico, y en lugar de eso salió sola y con la mayor discreción —le dijo Mitch como si para él tuviera toda la lógica del mundo—. Ese barco ya zarpó para ti.Charlie sentía que la sangre le hervía en las venas. Sabía que era cierto, desde que había llegado Faith no había hecho otra cosa que apartarse de él, así que no podía acusarla de comportarse como una chiquilla.—Tengo que encontrarla. Grace... ¿Grace sabes a dónde fue tu hermana?—Charlie... —pero nada de lo que Mitch le dijera podía cambiar la forma en que se sentía.Había pasado los últimos cinco años intentando creer que había tomado la decisión correcta, intentando creer que Fait
Debían ser las cuatro o las cinco de la madrugada cuando por fin volvieron a abrir la puerta de aquella suite; Charlie iba adelante, arrastrando los pies como si le hubieran cortado las alas de una vez por todas; y Michael venía detrás mirando a todos lados, buscando a Grace, pero ella ya no estaba en el salón sobre el sofá.Mitch dejó escapar un suspiro de resignación y se giró hacia su primo, que parecía a punto del colapso.—¡Charlie, te tienes que calmar!—¿Calmarme? ¿Calmarme? ¿No la escuchaste, Mitch...? ¡Ella...!—Ella se fue con otro, posiblemente hayan tomado caminos separados por respeto, porque Faith es una mujer madura y educada, pero no tendría que sorprenderte si fueron a reunirse luego en el mismo lugar —le advirtió Mitch—. Lo que hiciste esta noche fue una estupidez, Charlie. ¿Llamar a tu tío, en serio? ¡Y encima para quedarte peor sabiendo que él apoya todo lo que ella haga!Mitch se dejó caer en una silla, acariciándose el tatuaje en el lado derecho de su cabeza, com