SINOPSISLas gemelas Black tenían corazones de oro e instinto de fieras, Charlie lo sabía mejor que nadie porque había crecido con ellas. Sin embargo de las dos una era dulce y cariñosa ¡y la otra era su peor pesadilla!Faith y él estaban en el peor punto de su adolescencia rebelde cuando Charlie decidió alejarse lo suficiente como para poner un océano de por medio.Nadie supo jamás qué había pasado para hacerlo escapar, pero ni él mismo sabía que cuando regresara convertido en un hombre, el pasado seguiría allí, en forma de femme fatale, para demostrarle que había sentimientos de los que definitivamente no se puede escapar.PREFACIOA pesar de no tener ninguna relación de sangre, Kainn Black y Christopher Moe eran como hermanos, por tanto, era normal que sus hijos se criaran como primos.Charlie era solo unos meses más chico que las gemelas de Kainn, pero por más que intentaban, no parecían lograr hacer buenas migas de ninguna manera.Las chicas acababan de marcharse después de una d
CINCO AÑOS DESPUÉSLa universidad era un hervidero de estudiantes a aquella hora de la mañana, mientras Charlie y Michael se dirigían a las oficinas de inscripción de Oxford.—Se suponía que estudiaras aquí —murmuró Michael mirando alrededor, era una de las universidades más prestigiosas del mundo.—Ya sé, pero en lugar de eso vengo a pasar solo mi último año porque mi inoportuno primo tuvo que antojarse de sacarse el Master aquí —rezongó Charlie y Michael trató de aguantarse la risa.Le sacaba casi cuatro años de diferencia pero ya ninguno de los dos era un chiquillo.—Oye, para papá era importante que hiciera este postgrado, y ya me conoces, yo doy la vida por complacer a mi viejo —rio Michael—. A diferencia de ti que casi le provocas un infarto al tuyo cuando saliste huyendo de Londres.—¡No digas babosadas, Mitch, no salí huyendo! —gruñó Charlie.—¿Escapando, largándote, desapareciendo, fugándote...? ¿Prefieres otro sinónimo? —preguntó Michael con tanta naturalidad que su primo se
Quizás en otro momento, con más preparación, Charlie habría sabido exactamente qué responder. De hecho lo había estado pensando durante cinco años. ¿Qué diría? ¿Qué haría? ¿Qué actitud tendría cuando volviera a encontrarse con la loca desquiciada de Faith, que siempre andaba como cabra espantada, gritando, molestando, maldiciendo?...Pero en lugar de eso se encontraba una mujer entera, que a sus veintiún años ya había hecho operaciones para la ONU en zonas de peligro, que daba charlas sobre los derechos y la protección de las mujeres y que se conducía como una dama de sociedad, como una ejecutiva. Ya no le decía Gallino, ahora era Charlie con todas sus letras y en tono educado y diplomático... ¡Y eso sí que no se lo había esperado!—Bueno... Charlicito, supongo que te veré en casa —le sonrió Grace y tanto ella como Michael se turbaron al tratar de darse el beso/abrazo que era recibimiento y despedida a la misma vez.Grace salió corriendo detrás de su hermana y Michael por fin pudo apl
Su piel se erizó en el mismo momento en que su mano tocó la de Faith, como si un latigazo lleno de recuerdos bajara por su columna vertebral hasta castigar su entrepierna; así que el apretón duró menos que la mirada curiosa que la muchacha le dirigió.—¿Estás bien? —preguntó y él carraspeó, retrocediendo.—Sí... Sí, claro. Creo que será mejor que empecemos a trabajar ya, no hay por qué demorarnos —declaró y ella se levantó de inmediato.—Perfecto. ¿Empezamos con un recorrido por la empresa? —sugirió y lo vio asentir.Conocía aquellos pasillos como si fueran los de su propia casa, pero evidentemente mucho había cambiado en los últimos años y no le venía mal hacer un reconocimiento del terreno. La siguió fuera de la oficina y apretó los puños, haciendo un esfuerzo ímprobo por mirar por encima de la línea de su trasero mientras ella caminaba, mostrándole las viejas y nuevas secciones.Todos se alegraban de su regreso y lo saludaban con amabilidad, pero muy pronto Charlie se dio cuenta de
Los puños de Charlie se cerraron con fiereza en torno a los documentos, estrujándolos un poco en el proceso de contener aquella impotencia que ni siquiera sabía por qué sentía. No era un idiota, pero desde que eran niños todo era igual con Faith, lo sacaba de sus cabales, lo hacía perder los estribos y tomar malas decisiones, tanto si lo provocaba como si no.Y en aquel momento era más que evidente que no lo estaba provocando. ¡Y el maldito proyecto realmente era muy bueno!Se levantó de su silla y caminó con determinación hacia la oficina de Pequeñas Inversiones, pero antes de que alcanzara la puerta, un par de voces conocidas lo detuvieron.—¡Esto es un error, Faith, ese proyecto es espectacular! ¡Trabajamos tanto en él! ¡Tú misma dijiste que era excelente! —exclamaba el hombre con frustración.—Lo sé, Greg, y sigo creyendo lo mismo, pero la decisión es de Charlie —sentenció ella con paciencia.—¡Es que no es justo! Este proyecto estaba casi aprobado por ti, incluso firmamos el prec
Faith miraba por la ventana sentada en el reservado de aquel restaurante. Había pedido una copa de coñac, porque necesitaba algo fuerte si quería lidiar con la criatura repugnante que era el hermano de su cliente. Le agradecía a Greg haber intentado protegerla todo ese tiempo, porque las confrontaciones ya no eran lo suyo, pero desde que Charlie había vuelto, desde que había sentido de nuevo aquel abrazo, solo tenía una gama de malos sentimientos que necesitaba descargar y sabía que con él podía hacerlo.Cuando la figura sombría y enojada se detuvo en la puerta, ella apenas lo dignificó con una mirada de reojo.—Señora Black...—Wallace...El hombre debía tener unos treinta y cinco o treinta y seis años y por alguna estúpida razón creía que podía intimidarla.—¿Me quiere explicar qué demonios está pasando aquí? —la increpó y Faith bebió en respuesta.—Mi socio no aprobó el proyecto.—¡No me venga con esa excusa barata! ¡Usted dijo que sería un hecho! —ladró Wallace.—Entiendo, sin emb
CINCO AÑOS ANTESEran un par de críos, unos chicos frustrados que no sabían manejar absolutamente nada de una relación, ni buena ni mala. Y muchos menos eran capaces de manejar aquellos sentimientos de la forma en que los estaban teniendo.Para otra gente era simple, los chicos de su edad se conocían, se gustaban, saltaban las chispas como si fuera año nuevo... pero con ellos era diferente. Ellos se conocían desde niños, se sabían lo mejor y lo peor, eran familia, y manejar aquella atracción en los últimos meses se les había convertido en un infierno del que los dos querían salir y ninguno quería reconocer.Charlie había puesto los ojos en Philippa que era la que no daba guerra, y Greg había puesto los ojos en Faith porque era la que realmente representaba un desafío.Charlie había creído que saldría bien librado de una noche de graduación lejos de Faith, con otra chica... No había contado con que ella pudiera hacer exactamente lo mismo con un chico al que le sobraba interés por ella.
Era simple.Era tan elemental como respirar.El tiempo no había logrado borrar absolutamente nada de aquellos sentimientos, y cada defensa que Charlie tenía contra ella había desparecido en el momento en que lo que tenía enfrente era una mujer madura y empoderada.—¡A ti! ¡Te quiero a ti! —respondió.Sin embargo al primer movimiento que hizo para acercarse a ella la respuesta no fue la que había creído. Hacía cinco años se había encontrado con la boca de Faith... y ahora se encontraba con una parte menos amable de su cuerpo.El puñetazo lo hizo tambalearse, llevándose la mano a una nariz que sangraba mientras la veía llevarse el vaso a los labios como si no acabara de rompérsela.—Ponme un dedo encima y te demandaré por acoso sexual, por si no lo sabes esta empresa se lo toma muy en serio —siseó ella dándole la espalda y poniendo la barra de por medio.Sus puños se pusieron lívidos sobre la madera pulida hasta que poco a poco se relajaron y subió la mirada para clavarla en sus ojos.—