Mar respiró profundo y tomó la mano de su esposo.—No lo sé, cariño. No sé qué debemos hacer, pero Jana… parece que Jana de verdad lo quiere, y ya no podemos poner en duda que él haría cualquier cosa por ella —le dijo—. ¿Qué te parece si… si hacemos de cuenta que Jana de verdad mató al hombre al que no podemos perdonar, y este es esa segunda oportunidad que la vida le da a la gente que se lo merece?Alan apretó los puños y levantó la playera de Kris para que Mar viera todas aquellas cicatrices.—Este tiene más vidas que un gato —rezongó—. Pero pudo ser Mitch, este muchacho pudo ser Mitch y… quizás…—¿Quizás todavía podamos salvar a otro niño a tiempo? —preguntó Mar y Alan se cruzó de brazos.—No me mires con esos ojos; si se queda pelón no me voy a rapar la mitad de la cabeza por él —protestó y Mar se echó a reír con suavidad.—Bueno… ¿Y ahora qué hacemos? —le preguntó.—Invadir —replicó su esposo—. ¿O nadie se ha dado cuenta de que todos no cabemos en la casa de Jana?Dos días más pa
Nadie dijo una palabra y nadie le acercó un pañuelo, ni siquiera una servilleta. Solo lo dejaron ser, sentirse mal y sentirse bien y llorar, y le daban comida de cuando en cuando porque Alan seguía insistiendo en que se iba a desmayar.Kris tenía el pecho tan estrujado que de cuando en cuando no podía ni respirar, pero la mano calentita de Jana entre la suya obraba milagros.—Bueno, ¿ya tomaron una decisión? —preguntó Mar cuando los chicos se autoinvitaron a un tour por la hacienda y dejaron a Jana y a Kris solos en la cocina con sus padres.—Me gustaría quedarme aquí —respondió la muchacha—. Realmente me ha gustado este lugar, es tan… pacífico.Alan sonrió con suavidad y asintió. Desde que su hija era joven había estado involucrada en todo el asunto de la ayuda humanitaria y se la había pasado corriendo por el mundo salvando personas, él más que nadie creía que ya era tiempo de que se tomara un merecido descanso.—Es que este lugar es espectacular, si no fuera porque Gracie está espe
Las haciendas eran realmente grandes juntas, y no hubo uno solo de la familia que no encontrara su lugar favorito, ya fuera el viejo molino, o los cenadores que habían esparcidos entre los viñedos, o los ojos de agua entre las propiedades.Kris se iba sintiendo mejor poco a poco, y era como si aquella calidez familiar pudiera metérsele hasta en los huesos. Jamás había conocido algo así, jamás había vivido algo así, pero parecía que después de todo aquella trifecta de padres protectores que eran Alan Parker, Kainn Black y Christopher Moe, estaban decididos a seguir protegiendo niños sin importar la edad que tuvieran.Para Jana era casi gracioso verlos arrastrar a Kris a todas sus malas ideas, que eran muchas y muy diversas; pero finalmente después de dos semanas de asalto al castillo, y seguros de que Jana estaba donde de verdad quería estar, todos se despidieron para regresar a sus vidas.—Vendremos más seguido —le aseguró su madre.—Y seremos los primeros en llegar cuando venga el be
Estaban llegando, de verdad estaban llegando pero Alan no había imaginado que el parto de Jana se adelantaría. Él y mar llegaron al hospital y detrás venía casi toda la familia, menos Gracie, a la que su médico ya no había dejado volar en avión. Esperaba encontrar la neurosis desatada, pero en su lugar Kris estaba perfectamente calmado, dueño de sí mismo aún en las situaciones más tensas, y ayudaba a Jana con la respiración y con el dolor sin perder los tornillos. —Ya está amor, ya está, solo un empujoncito más… —susurró en su oído mientras Jana apretaba su mano y hacía lo posible porque aquel bebé saliera de una vez. —¡Esto duele demasiado! ¡¿No pueden sacarlo ya?! —sollozó Jana intentando ser fuerte y Kris se giró hacia el médico. —¡Tiene diez minutos para sacarlo! ¡O no querrá ver lo que va a pasar aquí! ¡¿Entendió?! —gruñó con tono amenazante y apenas el médico intentó protestar Kris le dirigió una mirada asesina—. ¡Pregunté si entendió! —Sssí… sí señor Hall. ¡Vamos, señora Ha
Una locura: eso era tener una bebé pequeña en casa. Hope era un angelito chillón que a todas horas tenía hambre y a Kris no se le borraba la sonrisa de la cara, ni siquiera cuando iba de un lado a otro en la madrugada, llevándole la bebé a Jana o meciéndola por toda la habitación para que se durmiera. Aquella familia enorme estaba enamorada de la pequeña Hope, pero nadie más que su padre, eso no se podía discutir. Sin embargo la ayuda tuvo que terminar cuando avisaron que Grace iba a tener a sus trillizos, y aunque Alan y Mar insistieron en que se mudaran temporalmente a Inglaterra para tenerlos a todos juntos, la verdad era que ellos estaban muy bien con su nena. —Mamá, deja de preocuparte. Hope tiene a dos adultos responsables para ella —se rio Jana tranquilizando a Mar—. Vayan a ayudar a Mitch, la pobre Gracie con tres no le alcanzan ni las chichis para tantos niños. No te preocupes por nosotros, solo vengan de visita seguido. Los abuelos se despidieron con nerviosismo, pero era
SINOPSISPodía ser hija de una princesa destronada, pero aun así era hija de una princesa, y Giulia Rossi llevaba en el alma la voluntad de hacer el bien de su padre y ese rencor oculto que su madre no lograba arrancarse del corazón cuando le hablaban de Arabia.Quizás por eso no lo había pensado dos veces antes de sacrificarse por su mejor amiga, tomando su lugar para la cama del príncipe heredero. Quizás porque dispararle en la cabeza desde un kilómetro de distancia o clavarle una daga en el corazón mirándole a la cara tenían exactamente el mismo resultado.Hasan Nhasir iba a morir por su mano de una forma u otra, sin embargo… ¿qué pasa cuando el objetivo logra cambiar completamente sus planes? ¿Qué pasa cuando por primera vez en la vida, su corazón es el que comienza a dominar todos sus instintos? ¿La asesina podrá dejar atrás su misión alguna vez… y convertirse en una reina en el corazón de ese rey?PREFACIO—¡Maldición! —gruñó Giulia lanzando a un lado los informes que no le decí
Para entender a Giulia había que entender la historia de su familia. Amira, su madre, había sido la primera esposa del rey Abdel Nhasir, desechada como si no fuera nada por el mismísimo rey y dada por muerta. De aquella unión había nacido su hermano mayor, Karim, y por suerte Amira había logrado encontrar luego al amor de su vida: Cristiano Rossi, y juntos habían tenido a Giulia. Karim y Giulia se habían criado como hijos de Cristiano Rossi, pero la cabeza de Karim tenía precio en Arabia porque era el legítimo heredero al trono. En lugar de eso el rey Abdel había vuelto a casarse y su heredero reconocido era el príncipe Hasan. Así que Giulia sabía muy bien que su hermano vivía en constante peligro, y que tanto el rey como su heredero lo querían muerto. Sobra decir que Amira Rossi no era una mansa paloma. Los golpes de la vida la habían llevado a convertirse en La Ejecutora del Conte y la Mamma de la ´Ndrangheta, lo más puro y leal de la mafia calabresa italiana. Por este motivo Kari
—Nunca me voy a casar, no me voy a enamorar, y no voy a hacerle ojitos a ningún hombre. ¿De acuerdo? Esa cosa llena de mimos y besuqueos escondidos que tú tienes con mi padre… ¡Eso no es lo mío! —habían sido sus exactas palabras hacía solo un par de meses y Amira se las había devuelto con una sonrisa socarrona.—Tú puedes decir lo que quieras, pero te apuesto toda mi experiencia y mis besuqueos escondidos a que un día va a llegar alguien excepcional a tu vida, ¡y ese día ni siquiera vas a poder hablar, ragazza grosera! ¡Ya vas a ver!Giulia se había soplado un mechón de cabello con fastidio, pero ahora estaba allí, recordando esa conversación mientras sus ojos seguían cada movimiento del príncipe con el aliento contenido y sin poder susurrar más que aquellas palabras.—¿Por qué?...—¿Por qué? —Hasan frunció el ceño—. Porque no soy un animal. Porque la deshonra no es la forma de castigar un error, menos si se trata de dinero.—Pero mi padre… le hizo perder millones al rey —murmuró Giul