Las haciendas eran realmente grandes juntas, y no hubo uno solo de la familia que no encontrara su lugar favorito, ya fuera el viejo molino, o los cenadores que habían esparcidos entre los viñedos, o los ojos de agua entre las propiedades.Kris se iba sintiendo mejor poco a poco, y era como si aquella calidez familiar pudiera metérsele hasta en los huesos. Jamás había conocido algo así, jamás había vivido algo así, pero parecía que después de todo aquella trifecta de padres protectores que eran Alan Parker, Kainn Black y Christopher Moe, estaban decididos a seguir protegiendo niños sin importar la edad que tuvieran.Para Jana era casi gracioso verlos arrastrar a Kris a todas sus malas ideas, que eran muchas y muy diversas; pero finalmente después de dos semanas de asalto al castillo, y seguros de que Jana estaba donde de verdad quería estar, todos se despidieron para regresar a sus vidas.—Vendremos más seguido —le aseguró su madre.—Y seremos los primeros en llegar cuando venga el be
Estaban llegando, de verdad estaban llegando pero Alan no había imaginado que el parto de Jana se adelantaría. Él y mar llegaron al hospital y detrás venía casi toda la familia, menos Gracie, a la que su médico ya no había dejado volar en avión. Esperaba encontrar la neurosis desatada, pero en su lugar Kris estaba perfectamente calmado, dueño de sí mismo aún en las situaciones más tensas, y ayudaba a Jana con la respiración y con el dolor sin perder los tornillos. —Ya está amor, ya está, solo un empujoncito más… —susurró en su oído mientras Jana apretaba su mano y hacía lo posible porque aquel bebé saliera de una vez. —¡Esto duele demasiado! ¡¿No pueden sacarlo ya?! —sollozó Jana intentando ser fuerte y Kris se giró hacia el médico. —¡Tiene diez minutos para sacarlo! ¡O no querrá ver lo que va a pasar aquí! ¡¿Entendió?! —gruñó con tono amenazante y apenas el médico intentó protestar Kris le dirigió una mirada asesina—. ¡Pregunté si entendió! —Sssí… sí señor Hall. ¡Vamos, señora Ha
Una locura: eso era tener una bebé pequeña en casa. Hope era un angelito chillón que a todas horas tenía hambre y a Kris no se le borraba la sonrisa de la cara, ni siquiera cuando iba de un lado a otro en la madrugada, llevándole la bebé a Jana o meciéndola por toda la habitación para que se durmiera. Aquella familia enorme estaba enamorada de la pequeña Hope, pero nadie más que su padre, eso no se podía discutir. Sin embargo la ayuda tuvo que terminar cuando avisaron que Grace iba a tener a sus trillizos, y aunque Alan y Mar insistieron en que se mudaran temporalmente a Inglaterra para tenerlos a todos juntos, la verdad era que ellos estaban muy bien con su nena. —Mamá, deja de preocuparte. Hope tiene a dos adultos responsables para ella —se rio Jana tranquilizando a Mar—. Vayan a ayudar a Mitch, la pobre Gracie con tres no le alcanzan ni las chichis para tantos niños. No te preocupes por nosotros, solo vengan de visita seguido. Los abuelos se despidieron con nerviosismo, pero era
SINOPSISPodía ser hija de una princesa destronada, pero aun así era hija de una princesa, y Giulia Rossi llevaba en el alma la voluntad de hacer el bien de su padre y ese rencor oculto que su madre no lograba arrancarse del corazón cuando le hablaban de Arabia.Quizás por eso no lo había pensado dos veces antes de sacrificarse por su mejor amiga, tomando su lugar para la cama del príncipe heredero. Quizás porque dispararle en la cabeza desde un kilómetro de distancia o clavarle una daga en el corazón mirándole a la cara tenían exactamente el mismo resultado.Hasan Nhasir iba a morir por su mano de una forma u otra, sin embargo… ¿qué pasa cuando el objetivo logra cambiar completamente sus planes? ¿Qué pasa cuando por primera vez en la vida, su corazón es el que comienza a dominar todos sus instintos? ¿La asesina podrá dejar atrás su misión alguna vez… y convertirse en una reina en el corazón de ese rey?PREFACIO—¡Maldición! —gruñó Giulia lanzando a un lado los informes que no le decí
Para entender a Giulia había que entender la historia de su familia. Amira, su madre, había sido la primera esposa del rey Abdel Nhasir, desechada como si no fuera nada por el mismísimo rey y dada por muerta. De aquella unión había nacido su hermano mayor, Karim, y por suerte Amira había logrado encontrar luego al amor de su vida: Cristiano Rossi, y juntos habían tenido a Giulia. Karim y Giulia se habían criado como hijos de Cristiano Rossi, pero la cabeza de Karim tenía precio en Arabia porque era el legítimo heredero al trono. En lugar de eso el rey Abdel había vuelto a casarse y su heredero reconocido era el príncipe Hasan. Así que Giulia sabía muy bien que su hermano vivía en constante peligro, y que tanto el rey como su heredero lo querían muerto. Sobra decir que Amira Rossi no era una mansa paloma. Los golpes de la vida la habían llevado a convertirse en La Ejecutora del Conte y la Mamma de la ´Ndrangheta, lo más puro y leal de la mafia calabresa italiana. Por este motivo Kari
—Nunca me voy a casar, no me voy a enamorar, y no voy a hacerle ojitos a ningún hombre. ¿De acuerdo? Esa cosa llena de mimos y besuqueos escondidos que tú tienes con mi padre… ¡Eso no es lo mío! —habían sido sus exactas palabras hacía solo un par de meses y Amira se las había devuelto con una sonrisa socarrona.—Tú puedes decir lo que quieras, pero te apuesto toda mi experiencia y mis besuqueos escondidos a que un día va a llegar alguien excepcional a tu vida, ¡y ese día ni siquiera vas a poder hablar, ragazza grosera! ¡Ya vas a ver!Giulia se había soplado un mechón de cabello con fastidio, pero ahora estaba allí, recordando esa conversación mientras sus ojos seguían cada movimiento del príncipe con el aliento contenido y sin poder susurrar más que aquellas palabras.—¿Por qué?...—¿Por qué? —Hasan frunció el ceño—. Porque no soy un animal. Porque la deshonra no es la forma de castigar un error, menos si se trata de dinero.—Pero mi padre… le hizo perder millones al rey —murmuró Giul
Estaba a punto de alejarse de allí. Un paso atrás, solo necesitaba dar un paso atrás, lo haría en un segundo… en un momento daría un paso atrás y se alejaría y…El velo salió volando en un instante mientras la boca de aquella mujer se estampaba contra la suya y un segundo después Su Majestad devoraba aquellos labios como si acabara de olvidar que era un hombre de honor.Era pequeña y suave contra él, pero cada fibra de su cuerpo estaba tensa y no era de miedo. Hasan podía sentir aquella respiración contra la suya, aquellos pechos subiendo y bajando contra su piel al compás de sus besos, mientras sus manos delineaban la piel fina y tersa de su espalda.—No… espera no… esto no es bueno para ti… —intentó detenerla y las manos de aquella chica se enredaron en el cabello de su nuca, reteniéndolo.—Creo que estoy bastante crecidita para decidir lo que es bueno para mí —sentenció con una seguridad que hizo a Hasan pasar saliva.Pocas veces se permitía soltarse de aquella forma, pero había al
Lo supo en el mismo momento en que vio el largo tatuaje en la espalda de aquella chica. El tatuaje de un ave fénix de líneas suaves y poderosas que le recorría la columna vertebral.—Ninguna mujer criada en la fe musulmana se haría un tatuaje —murmuró Hasan dejándose caer en la almohada mientras Giulia se subía a horcajadas sobre su abdomen y el príncipe la veía sacar aquella horquilla afilada de su cabello—. Viniste a matarme —comprendió.—Vine a matarte —confirmó Giulia mientras miraba la expresión de serenidad en su rostro.Era un hombre hermoso, demasiado atractivo, pero también tenía todo lo demás: el temple, la amabilidad, el coraje, el honor y la hombría—. ¿Ni siquiera intentarás defenderte? —le preguntó con curiosidad.Hasan respiró profundo, apenas podía distinguir su cara, pero había un brillo especial en aquellos ojos.—Cada hombre tiene su momento de partir. Si tu dios y el mío decidieron que este es mi momento entonces… entonces lo aceptaré.El corazón de Giulia repicaba