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Luego de que tomó un fuerte suspiró inhaló todo el aire dentro de su cuerpo y lo expulsó.
El aire caliente en su cuello, sumado al cuerpo de Abigail, que encajaba perfectamente en el suyo, ya era demasiado de soportar. Y si Hunt decía que hasta sus neuronas estaban excitadas, era quedarse corto en comparación de cómo se sentía en este momento.
Dominic no podía respirar de una manera regular, le dolía el pecho por la tensión de quedarse tan quieto para que nada de su cuerpo pudiese hacer fricción con Abby, él necesitaba ser la mente fría del asunto, porque de hecho Abigail no estaba en una posición para pensar en que la química que había alrededor de ellos, era real.
Ella debía tener en sus pensamientos muchos problemas por la que la hicieron llegar a este punto, y él no podía ser tan bruto de decirle
Marshal estaba llamando insistentemente, y aunque la llamada caía, él volvía a enviar la llamada, haciéndole saber que no desistiría hasta que ella contestara. Abby giró rápidamente mientras buscaba una manera de hablar sin que Dominic no la escuchara, pero sería demasiado evidente. —Puedes responder, estaré en silencio ¿de acuerdo? Abby asintió y pasó un trago duro mientras deslizó la llamada y colocó el auricular en su oído. —Marshal… —dijo tratando de parecer normal, pero su voz se había quebrado con mucha evidencia y cerró los ojos llevando las yemas de sus dedos a la sien. —¿Dónde estás? —esa fue la contestación de su marido. Abby llevó los ojos nuevamente hacia Dominic mientras sus labios temblaron. —Estoy en un bodegón cerca de Midtown… el que… —¡¿Por qué mierdas estás allá?! —gritó interrumpiéndola, aunque Abby pensó esconder el auricular, Dominic pudo escuchar el grito, pero disimuló muy bien para no colocar in
A la mañana siguiente, Abby llegó un poco más tarde de lo que acostumbraba, cuando el ascensor se abrió ante sus ojos, vio un mar de gente que no conocía moviéndose en la planta hacia todos lados.Dio unos pasos para salir mientras las puertas se cerraron detrás de ella. Entonces caminó un poco insegura apretando su maletín, a la vez que las demás personas realizaban sus tareas sin notar su presencia.Cuando estuvo llegando a su oficina, y la de Hunt, notó que no había nadie dentro y se preguntó dónde estaba el hombre que estaba dispuesta a ignorar de ahora en adelante; sin embargo, todos sus pensamientos quedaron reducidos cuando una chica peli roja se interpuso en su camina con una enorme sonrisa en la boca.—Buen día, señorita, Abigail —Ella retrocedió un paso en la extrañeza y confusión, porqu
Dominic estaba realmente frustrado, y mirándola dijo:—Dios… —las palabras le salieron solas, llevó sus dedos a los ojos y los apretó mientras un suspiro salía de él.Abigail vio el cambio repentino, evidenció como Dominic se estremecía por alguna situación y su mente comenzó a joderse en ella.Lo has hastiado, una voz gritó dentro y sintió el estómago revolverse.—Yo… no quiero molestarlo… no es mi intensión que… —ella soltó sus manos, pero de un momento a otro, Dominic tomó su muñeca enredando sus dedos alrededor de esta.—¿Qué ocurre? —la pregunta fue tan íntima, y su proximidad era tanta que Abby se quedó sin aliento y sin pensamientos—. ¿Por qué el cambio repentino? —le escuchó preguntar
—No tomes a mal mis palabras… —expresó Abby con voz firme—. Mi estado de ánimo no es por ti.Hunt no respondió una sola palabra, pero aún sostuvo su mirada colocándola muy nerviosa. Abby quería remediar un poco el impacto de su respuesta, y sabía que estaba alejándolo de alguna manera. Pero si al menos pudiera tener su amistad, eso sería más que suficiente para ella.—Yo, tuve una discusión con mi padre… —comenzó a decir de nuevo evidenciando el silencio del hombre.Sin embargo, escuchó los pasos y cuando giró, dos hombres venían con bandejas en dirección de ellos.Abby se irguió un poco y esperó que la mesa fuese servida. Su estómago gruñó cuando vio una variedad de platillos, que activaron sus glándulas al instante.—Muchas gracias
—¿Marshal? —Abby preguntó con voz temblorosa pasando un trago rápido.La chica podía ver el rostro encolerizado de su marido. Estaba segura de que si no fuera por Dominic, el hombre no hubiese perdido el tiempo en arrojarle toda su furia de inmediato.En el instante Marshal giró hacia Dominic para ver una postura amenazante en su persona, y decidió por carraspear en seguida.—Cariño… vine por ti, no has contestado tu celular en todo el día… —en unos pasos se acercó hacia Abigail y luego se giró hacia Hunt saludando con antipatía—. Señor Hunt.No hubo una respuesta, Dominic solo lo miraba con el ceño fruncido y su expresión le daba más miedo a la chica.Y aunque estaba acostumbrada a que esta era la forma en que su marido actuaba frente a la gente, nunca dejaba de sorprenderse con su capac
Abby golpeó varias veces los brazos de Marshal, incluso se rastrilló ella misma buscando quitar los dedos que estaban ahogándola, y cuando sintió que iba a perder la conciencia ella fue arrojada duramente al suelo.Cuando cayó al suelo sintió un pinchazo que ardió en su palma y rápidamente se dio cuenta de que algún vidrió que quedó se había incrustado en su palma. Sin embargo, ahora por lo que luchaba era por el aire. Tosió varias veces, mientras gateó un poco para sentarse, pero nuevamente fue tomada y como si fuera una muñeca de trapo fue levantada del suelo.Su boca temblaba mucho, pero su miedo cambió en el instante en que el rostro de Marshal se transformó a uno con pena.—Abby… te has cortado… yo… —ella desvió la mirada a su palma y vio que la sangre estaba literalmente corriendo por s
Cuando soltó el aire de su cuerpo, Abigail lo miró directamente a los ojos y luego puso sus dos manos en la mesa. Dominic bajó la mirada y vio como ella se quitó un guante negro dejando ver una venda que tenía varios círculos de sangre.Su mirada se oscureció tanto que Abby temió un poco, vio como el pecho de Dominic subía y bajaba en desmedida, levantándose de golpe para ir a agacharse cerca de ella. Hunt tomó sus manos entre las suyas y luego deslizó su mirada a la de Abigail.—¿Cómo pasó esto? —aunque trató de preguntar con tranquilidad, Abby escuchó como se esforzó por mantener la calma, y cuando ella tomó su mano para responder, la mirada del hombre fue directamente a su cuello, viendo como sobresalían algunas marcas a pesar de que ella usaba una blusa con botones.Una tormenta se apoderó
De camino, Abigail notó que se encontraban en la zona donde estaba ubicada la empresa, pero en esta ocasión en la parte residencial. La chica sabía que era una parte costosa, así que luego que pasó un camino que estaba formado por arbustos a los lados, divisó que una hermosa casa blanca aparecía ante sus ojos.No era enorme, pero era dos veces más grande que la suya y la de sus padres. Ninguna casa estaba alrededor, y la grama que divisaba en todo su paraje, estaba más cuidada que su propia ropa.Dominic estacionó frente a la propiedad y sin mirarla abrió la puerta. Ella se apresuró por salir, dejó su bolso en el automóvil y cerró la puerta para recostarse en el mismo.—¿Quién vive aquí? —preguntó detallando cada parte de la casa.—Nadie. Creo que la compraré… —Abby gir&oac