Abby giró a todas partes sin saber a dónde dirigirse, pero en el momento en que ya comenzó a sentirse desesperada, encontró a un hombre que salía de un ascensor ubicado al final del pasillo.
Gracias al cielo, pensó dentro de sí.
—Buen día. Disculpe… he llegado un poco antes —anunció Abby mientras caminó hacia el hombre y él hacía lo mismo hacia ella. De forma rápida abrió su bolso y buscó el papel para recordar en qué piso le informó Dominic, y entre tanto lo buscó, terminó por decir—: Debo ir al piso del señor, Hunt… sí aquí esta, es, es…
—El piso número 35 —completó el hombre de seguridad que ya se había detenido frente a ella.
—Sí… —¿Por qué tenía tantos pis
Abby estaba sentada en su bañera con la mejilla puesta en su rodilla mientras recordaba su asombroso día.¿Cuánto tenía de no sentirse tan… emocionada?No solo adjudicaba eso a que ahora tenía a un hombre avasallador todo el tiempo a dos metros de distancia, que por alguna razón no podía entender, no se separaba de ella en ningún instante. También podía sumar a que todos en esa empresa la trataban con respeto, con admiración y como si ella realmente fuese una persona importante.Las lágrimas comenzaron a caer, y no supo por qué estaba llorando ahora, tenía una conglomeración de sentimientos en el pecho que hicieron una unión para hacerse grandes y explotar por toda ella.Estaba nerviosa, eufórica, pero sobre todo tenía mucho miedo.No sabía que pensar, no sabía a donde camin
El aire salió enseguida de su boca, y aunque quiso responder a su saludo y a su oración, no consiguió hacerlo enseguida. —Aunque puedo venir en otro momento… ¿Dónde puedo encontrar una computadora? —volvió a decir Abby terminando con una pregunta. —No, pasa, Jacob ya estaba terminando aquí, él debe ir a buscar unos documentos… —¿Documentos? ¿Cuáles documentos? —preguntó Jacob mientras Hunt lo aniquilaba con la mirada—. Ok si, esos documentos… —Hola, señor Jacob —saludó Abigail acercándose con una sonrisa. —No, no, no… solo Jacob, nada de señor, ¿De acuerdo? —la corrigió y ella asintió un poco roja. —De acuerdo… —Bien, ahora me voy por dichos documentos que son tan importantes para Dom… —dijo mirando a Hunt con una sonrisa en su boca—. Y también llamaré a Stephanie para que venga en cuanto antes, y los ayude en todo esto… no me tardaré, vendré en un momento. ¿Bien? Abby arrugó el ceño confun
Dominic estaba apretando el volante, mientras ese olor desquiciado y exquisito al mismo tiempo proveniente de la mujer que tenía como copiloto, emanaba, incrustándose por los poros adoloridos. Cuando dobló la avenida vio por el rabillo del ojo, que Abigail estaba nerviosa, en su cara se denotaba la preocupación y él sabía el porqué de su conducta.Solo faltaban algunas cuadras para llegar al sitio. Y estaba desesperado por explicarle que nunca haría nada que la dejara avergonzada.Cuando llegó al lugar, estacionó cuidadosamente y luego colocó el freno de mano mirando fijamente a la chica que apretaba su mandíbula y forzaba una sonrisa para él.—No debes preocuparte, no vamos a ningún lugar público. Sé que te traería problemas, y sé que no vas a sentirte cómoda…—No es por ti…
15Luego de que tomó un fuerte suspiró inhaló todo el aire dentro de su cuerpo y lo expulsó.El aire caliente en su cuello, sumado al cuerpo de Abigail, que encajaba perfectamente en el suyo, ya era demasiado de soportar. Y si Hunt decía que hasta sus neuronas estaban excitadas, era quedarse corto en comparación de cómo se sentía en este momento.Dominic no podía respirar de una manera regular, le dolía el pecho por la tensión de quedarse tan quieto para que nada de su cuerpo pudiese hacer fricción con Abby, él necesitaba ser la mente fría del asunto, porque de hecho Abigail no estaba en una posición para pensar en que la química que había alrededor de ellos, era real.Ella debía tener en sus pensamientos muchos problemas por la que la hicieron llegar a este punto, y él no podía ser tan bruto de decirle
Marshal estaba llamando insistentemente, y aunque la llamada caía, él volvía a enviar la llamada, haciéndole saber que no desistiría hasta que ella contestara. Abby giró rápidamente mientras buscaba una manera de hablar sin que Dominic no la escuchara, pero sería demasiado evidente. —Puedes responder, estaré en silencio ¿de acuerdo? Abby asintió y pasó un trago duro mientras deslizó la llamada y colocó el auricular en su oído. —Marshal… —dijo tratando de parecer normal, pero su voz se había quebrado con mucha evidencia y cerró los ojos llevando las yemas de sus dedos a la sien. —¿Dónde estás? —esa fue la contestación de su marido. Abby llevó los ojos nuevamente hacia Dominic mientras sus labios temblaron. —Estoy en un bodegón cerca de Midtown… el que… —¡¿Por qué mierdas estás allá?! —gritó interrumpiéndola, aunque Abby pensó esconder el auricular, Dominic pudo escuchar el grito, pero disimuló muy bien para no colocar in
A la mañana siguiente, Abby llegó un poco más tarde de lo que acostumbraba, cuando el ascensor se abrió ante sus ojos, vio un mar de gente que no conocía moviéndose en la planta hacia todos lados.Dio unos pasos para salir mientras las puertas se cerraron detrás de ella. Entonces caminó un poco insegura apretando su maletín, a la vez que las demás personas realizaban sus tareas sin notar su presencia.Cuando estuvo llegando a su oficina, y la de Hunt, notó que no había nadie dentro y se preguntó dónde estaba el hombre que estaba dispuesta a ignorar de ahora en adelante; sin embargo, todos sus pensamientos quedaron reducidos cuando una chica peli roja se interpuso en su camina con una enorme sonrisa en la boca.—Buen día, señorita, Abigail —Ella retrocedió un paso en la extrañeza y confusión, porqu
Dominic estaba realmente frustrado, y mirándola dijo:—Dios… —las palabras le salieron solas, llevó sus dedos a los ojos y los apretó mientras un suspiro salía de él.Abigail vio el cambio repentino, evidenció como Dominic se estremecía por alguna situación y su mente comenzó a joderse en ella.Lo has hastiado, una voz gritó dentro y sintió el estómago revolverse.—Yo… no quiero molestarlo… no es mi intensión que… —ella soltó sus manos, pero de un momento a otro, Dominic tomó su muñeca enredando sus dedos alrededor de esta.—¿Qué ocurre? —la pregunta fue tan íntima, y su proximidad era tanta que Abby se quedó sin aliento y sin pensamientos—. ¿Por qué el cambio repentino? —le escuchó preguntar
—No tomes a mal mis palabras… —expresó Abby con voz firme—. Mi estado de ánimo no es por ti.Hunt no respondió una sola palabra, pero aún sostuvo su mirada colocándola muy nerviosa. Abby quería remediar un poco el impacto de su respuesta, y sabía que estaba alejándolo de alguna manera. Pero si al menos pudiera tener su amistad, eso sería más que suficiente para ella.—Yo, tuve una discusión con mi padre… —comenzó a decir de nuevo evidenciando el silencio del hombre.Sin embargo, escuchó los pasos y cuando giró, dos hombres venían con bandejas en dirección de ellos.Abby se irguió un poco y esperó que la mesa fuese servida. Su estómago gruñó cuando vio una variedad de platillos, que activaron sus glándulas al instante.—Muchas gracias