¿Saben? A veces me preguntaba por qué estaba vivo, ¿Con qué objetivo vivir en un mundo donde no le importaba a nadie? Estaba rodeado de personas que me utilizaban a su antojo y francamente si yo muriera algún día... No les importaría, todos los días me obligaban a ir a esos sitios para envenenar a aquellos lo suficientemente estúpidos o curiosos para comprar la mercancía que yo les ofrecía.
¿Para qué estaba vivo?
Y como cada vez que me hacía esa pregunta, la recordé a ella, la única persona que se preocupaba por mí, la única que lloraría o sufriría si un día los latidos de mi corazón se detuvieran, si un día yo dejara de existir. En un mundo donde mi madre me ignora y mi padre me usa como su esclavo, donde estoy en las calles todos los días, lidiando con traficantes, llevando siempre un arma conmigo y sabiendo que puedo llegar el momento en el que no pueda volver a casa. En un mundo donde mi vida peligra a cada instante. Yo solo estaba vivo para protegerla. Mi hermana quien sí tenía un futuro, quien aún sonreía con verdadera felicidad, quien aún conservaba la inocencia que yo había perdido hace mucho.Y solo por esa sonrisa es que yo había decidido que mi deber en esta vida era protegerla, pero falle.
Nuestro mayor parecido era el cabello rubio y nuestra piel algo pálida, teníamos obvias diferencias físicas, en la forma de nuestra nariz o en sus cejas que eran más gruesas que las mías, pero la mayor diferencia eran nuestros ojos, ella tenía unos hermoso e impresionantes ojos azules, tan diferentes a mis ojos cafés o a los de nuestros padres. Aunque yo consideraba que su diferencia iba más allá de su apariencia, en sus ojos siempre había información corriendo, cientos de pensamientos ocurriendo tras esa cabeza al mismo tiempo y estoy seguro que yo no podría seguirles el ritmo, pero aún más importante había una inocencia que yo creía perdida de la humanidad. Mi hermana con solo 13 años era la persona más inteligente y perspicaz que yo haya conocido, no había nada que no pudiera hacer con una computadora y el wifi del vecino y yo me había prometido a mi mismo ayudarla a cumplir sus sueños de ir a una buena universidad, de tener las oportunidades que a mí me negaron, por eso abandoné la escuela y visitaba los peores barrios de Brooklyn para vender la mercancía de mi padre, todo para que ella no tenga que hacerlo, nunca me había arrepentido de esa decisión hasta que mi trabajo le costó a ella esa hermosa sonrisa.
De solo imaginar sus frágiles y delicados dedos que solo han sostenido lápices y presionando teclas de un computador sostener un arma me da náuseas, es mejor que yo lo haga, tal vez con 15 años me consideren un niño pero se manejarme en la calle, conozco la mente de las personas, se cómo manipularlos, se lo que piensan y cómo usar eso a mi favor. Había estado en las calles desde que tenía 12 años y creanlo o no yo me hice de mi propio nombre.
¿Drogas? ¿Armas sin registrar? ¿Información? Yo era tu hombre, los contactos de mi padre se volvieron los míos. Sus antiguos proveedores ahora eran mis socios. Y yo era conocido por mi apodo: Ghost.
Se que parece algo casi imposible para un niño como yo tener los contactos o el poder que yo digo tener, obeter mi lugar no fue algo fácil o se hizo de un día para otro, las cosas realmente empezaron a cambiar hace un año y se fueron consolidando hasta hoy. Al parecer tenía un talento especial para meterme en la mente de las personas, era tan fácil para mí saber lo que deseaban, manipularlos. Creanlo o no, usar a las personas era más fácil de lo que muchos suelen pensar. Cuando sabes lo que desean todo se vuelve un juego de niños. Observar sus gestos, la forma en que sus pupilas se dilatan, la frecuencia con la que mueven sus extremidades o algo tan simple como el tono de su voz era todo lo que yo necesitaba para utilizarlos. Pero ni todos los trucos que aprendí en la calle me sirvieron a la hora de proteger a la única persona importante para mí.
Si hoy me preguntas cuál fue el peor día de mi vida con sinceridad podría decirles que no lo sé, hasta ahora he vivido con un solo objetivo y por ese objetivo es que sigo viviendo y no es ninguna sorpresa para nadie que los peores días de mi vida sea cuando yo le falle a ella, a mi hermana Ava. Así que a mi parecer, yo tengo dos peores días de mi vida y ambos son tan horribles para mí que no puedo simplemente elegir solo uno de ellos. ¿Cómo podré dormir ahora? ¿Algún día llegaré a perdonarme por haberle fallado?. Yo era su héroe, maldición, un héroe que no pudo salvarla, la mirada de sus ojos nunca dejará mi memoria.
Unos grandes ojos azules llenos de amor, admiración e inocencia, llenos de un brillo hermoso que yo deseaba proteger con todas mis fuerzas. Fueron reemplazados por unos ojos llenos de miedo, vacíos. Me miraron con miedo y juro por lo más sagrado que tengo. Juro por ella que nada me había dolido tanto como observar esos grandes ojos verme con miedo, los ojos que antes veían el mundo con fascinación ya no estaban, un cuerpo tembloroso y lleno de golpes acompañados de esa mirada rota y vacía, esa visión me perseguirá para siempre en mis pesadillas, en el fondo de mi mente hay una voz perversa que suena de forma muy inquietante como yo y que me dice una y otra vez; Esto es tu culpa, tú hiciste ésto. Le dijiste que la protegerías, le fallaste, le mentiste.
Ese fue uno de los peores días de mi vida, ¿Quieren saber cuál fue el otro? Es muy fácil, cuando la abandoné.
Dije que la protegería y falle, dije que nunca la dejaría sola ¿Y que hice? Dejé que esos bastardos me llevarán, debí saber que había algo mal, debí saber que nada que viniera de mi madre era bueno. Y hoy,meses después de prometerle que nunca la dejaría. Yo desaparecí. ¿Cómo sobrevivirá? ¿Dónde encontrará comida? ¿Qué ocurrirá con la escuela? ¿Qué pasa si alguien la lastima? Hoy vuelvo a odiarme a mi mismo como no creí posible, lo único que quería era cuidarla y aquí estoy, en un camión hacia un lugar desconocido acompañado de varios chicos que parecen tan perdidos como yo y con el horrible presentimiento de que no lograre salir.
Aún recuerdo con una asombrosa claridad la primera vez que le fallé...
Las calles de Brooklyn me eran tan familiares como siempre, los callejones y los vagabundos que vivían aquí eran una visión común para mí. Observé los edificios deteriorados y la b****a a mi alrededor con satisfacción, al fin había logrado negociar con un proveedor importante por un gran cargamento, esto era justo lo que necesitábamos para pagar la deuda que tenía mi padre con uno de sus antigüos clientes. Íbamos a estar a salvó por primera vez en meses y Ava no tendría que dejar la escuela.
Cambiaba con las calles de camino a nuestra casa más temprano de lo normal con la idea de darle las buenas noticias a Ava y a mis padres, pase por nuestra panadería favorita comprando los cupcakes de selva negra favoritos de Ava y unos de chocolate amargo para mí, cuando llegue a casa todo estaba inusualmente silencioso, automáticamente me tense, camine hacia la cocina porque era el camino más rápido para llegar a la habitación de Ava, pero ví que en la cocina estaba mi madre sentada frente a la isla de la cocina, no se movía en lo absoluto, me acerque a ella mientras dejaba la caja con los cupcakes en la mesa. Parecía tan ida que solo reaccionó cuando toque su hombro.
—¿Mamá? ¿Estás bien?— Mi madre no era de mis personas favoritas en la tierra, pero nunca la había visto así, eso me preocupó, que estúpido fuí. Ella también era culpable.
—Ethan... Qu... ¿Qué haces aquí‽ Es temprano— Un tono de voz irregular, unas manos que se retuercen y ligeras gotas de sudor que corrían por su sien, no había que ser un genio para saber que estaba horrorizada y yo no sabía que hacer, como siempre mi primer reflejo fue preguntar por ella.
—¿Dónde está Ava?— Seguía retorciendo sus manos, ¿En serio? ¿Qué m****a fue lo que hizo? ¿Por qué estaba tan asustada? —Mama, preguntaré esto una sola vez: ¿Qué le hicieron a Ava?— Ella seguía sin verme a los ojos, no me detuve a esperar una respuesta que sabía que no llegaría, golpeé la ensimera de la cocina con fuerza haciendo que ella se sobre salte al mismo tiempo que salí corriendo hacia la habitación de mi hermana ignorando la voz de mi madre que me pedía detenerme. Lo que ví en el pasillo me dejó helado.
Mi padre estaba hablando tranquilamente con él hombre al que le debíamos Miles de dólares, ¿Qué m****a hacía ese sujetó en nuestra casa?, Me acerque con rapidez hacía mi padre, cuando noto mi presencia lo ví palidecer a un ritmo alarmante y capté en su mirada el miedo, mis alarmas que ya estaban sonando desde que ví a mi madre en la cocina empezaron a enloquecer, ¿Qué fue lo que hizo para estar tan asustado de mí? ¿Qué le hizo a Ava? Mi visión se desvió hacia el hombre que lo acompañaba e hice una rápida inspección. Cuerpo sudoroso, mejillas algo sonrosadas, tenía los ojos algo dilatados, pero más importante aún, la bragueta de su pantalón estaba a medio abrir y logré captar en una de sus mejillas un gran rasguño al igual que en sus brazos había marcas de uñas. Mi visión se tornó roja, ante mi claramente había un hombre que recientemente había tenido sexo y por todo lo sagrado esperaba que la persona a la que tocó no fuera mi hermana, pero ¿Cuándo salen las cosas como quiero?.
—¿Qué hiciste?— Mi voz salió en un rugido estridente, lleno de irá, de odio, aún así no me respondió —¿QUÉ LE HICISTE? ¿QUE LE HICISTE A MI HERMANA? ¡CONTÉSTAME, MALDICIÓN!—
¿Qué obtuve? Silenció. Y eso fue lo único que necesite para saber lo que había pasado.
La había entregado, había vendido a su hija, había vendido a mi hermanita. Se la entregó a un asqueroso traficante para saldar la maldita deuda en la que él nos metió. Esos hombres habían destruido lo que más amaba y yo no pude hacer nada.
Ese día fue la primera vez que le fallé a mi hermana, fué la primera vez que la vi llorar. Fue la primera vez que me vió con miedo.
Ése día habían destruido lo único que me importaba en el mundo y por eso yo los destruí a ellos.
Si hay algo de lo que yo estaba segura era de que podía contar con mi hermano, hace años que yo comprendí que éramos él y yo contra el mundo, que nada de lo que yo hiciera iba a complacer a mi padre, no lo harían mis notas perfectas, o la posibilidad de tener una beca, entendí que ninguna de mis acciones haría que mi madre recuperará el brillo en su mirada. No me mal entiendan, mi familia nunca me ha puesto una mano encima, jamás me han golpeado... Pero suelo tener el sentimiento recurrente de que no lo hacen porque no les importo, porque para ellos yo simplemente no existo. Pero esta bien, Ethan estaba conmigo, cuando las pesadillas perturban mis sueños, cuando alguno de mis compañeros me molestaba, incluso cuando tuve mi primer periodo quien estaba ahí para mí fue siempre él, mi hermano era la persona más increíble que yo hubiera conocido en mis 13 años de vida, era fuerte, inteligente y astuto. A veces sentía que él podía hacer lo que fuera
Lo primero que note fue el olor a sangre y la textura de la misma escurriendo por mis manos, cayendo en pequeñas gotas sobre el concreto, una a una, como una sinfonía, cuando abrí mis ojos estaba en un cuarto grande y blanco, parecía casi infinito, frente a mi estaba ese hombre al que yo le había quitado la vida a sangre fría. Su cara estaba tan destruida... Hubo algo en esa visión que de verdad me asustó... Y fue que no sentí culpa en absoluto, ahí estaban los restos de ese hombre que yo mismo asesine, su rostro irreconocible y mis manos llenas de su sangre, pero no yo sentía nada más que satisfacción de haber acabado con esa escoria... Y por primera vez en el mundo realmente entendí lo que era capaz de hacer, entendí que podía matar a sangre fría con mis propias manos sin sentir culpa o dolor. Y eso fue lo que realmente me asustó. Llevé mis manos llenas de sangre a mi rostro, realmente horrorizado por lo que podía hace
¿Saben? El amor es un sentimiento tan hermoso como aterrador.Amar es entrega.Amar es dependencia.Amar es darle a una persona una parte de ti.Amar es arriesgarlo todo, porque para amar debes entregar tu vida, tu corazón y tus pensamientos. No hay nada más poderoso que amar, no hay nada más destructivo.El amor mueve montañas y destruye imperios, el amor puede darte una razón de vivir, pero también puede quitarla. Oh como temía enamorarse, entregarlo todo y no recibir nada a cambio, porque cuando amas a veces no importa si ese amor es bien recibido, porque lo entregas todo, porque así es amar, también es confiar.Llamaría Filofobia a ese terror tan grande, a ese miedo insuperable por este gran sentimiento, que salva vidas, pero también las destruye.Despu
A veces hay un momento donde la ira te supera, dónde te domina a niveles inimaginables e increíbles, simplemente ya no controlas tu cuerpo y así era como yo me sentía. Mi cuerpo se movió por sí solo, tome el arma que siempre escondía en la parte trasera de mi pantalón y le disparé en la pierna al maldito que había lastimado a mi hermana, todo ocurrió demasiado rápido como para que alguno de ellos pudiera reaccionar, tal vez demasiado sorprendidos por mi presencia, de igual forma no me importaba. Me sentía como si estuviera viendo todo desde una perspectiva diferente, era extraño, todos mis movimientos tan calculados como siempre, sabiendo que él debería de tener al menos una navaja y un arma encima, teniendo la certeza de que al estar en casa mi padre estaba desarmado, mi siguiente movimiento fue apuntarle al cráneo, sin vacilación, sin ningún sentimiento de por medio, era como si la ira hubiese dormido toda mi capacidad de sentir y ahora solo fuera un
En algún punto de ese momento yo dejé de estar ahí, fue como si estuviera en un profundo océano flotando, todo estaba tranquilo, vacío… Fue como dejar de sentir, rodeada de agua en las profundidades del mar. El océano siempre me había calmado, me sentía como en casa, era tan inmenso y hermoso que hacía que mis problemas se vieran pequeños,cuando estaba frente del inmenso mar azul sentia que podia hacer cualquier cosa, que yo podía volverme tan infinita como el, tan fuerte e indomable como el mar, pero también me daba paz. Pero este océano era diferente, no habían peces, algas o corales, solo era el agua y yo, en algún punto de mi sub conciente yo sabía lo que ocurría, lo que ese hombre me estaba haciendo, pero no quería estar ahí, así que me quede encerrada, en el mar que tanto amaba. En la gran inmensidad de ese océano logré ver una silueta, se iba acercando cada vez más a mí y mientras más se acercaba yo podía captar que
En casa no hablamos del trabajo de mamá, cuando era niña no podía entender porque se iba todas las noches con esa ropa tan pequeña y diferente a la que usaba durante el día, ¿Acaso no tenía frío? Esa clase de dudas estúpidas solía tener a la edad de 5 años, pero eso fue hace mucho tiempo, hoy podía entender que mi mamá debía usar esa ropa para atraer a los hombres, usaba ese maquillaje para tapar sus pequeñas arrugas y llegar muy tarde en la madrugada sintiendo asco de las manos que la tocaron esa noche. A veces apestando a un alcohol barato y sintiendo asco de sí misma. Pero yo no le tenía asco, trabaja todos los días vendiéndose a sí misma porque es lo único que sabe hacer, porque desde niña le dijeron que buscara un marido rico que se encargará de ella, no estudió, nunca se preparó para sobrevivir al mundo real, mi madre quien se casó a sus 18 años con un hombre mayor y divorciado pensando que tendría la vida resuelta no espero nunca vivir u