¿Saben? El amor es un sentimiento tan hermoso como aterrador.
Amar es entrega.
Amar es dependencia.
Amar es darle a una persona una parte de ti.
Amar es arriesgarlo todo, porque para amar debes entregar tu vida, tu corazón y tus pensamientos. No hay nada más poderoso que amar, no hay nada más destructivo.
El amor mueve montañas y destruye imperios, el amor puede darte una razón de vivir, pero también puede quitarla. Oh como temía enamorarse, entregarlo todo y no recibir nada a cambio, porque cuando amas a veces no importa si ese amor es bien recibido, porque lo entregas todo, porque así es amar, también es confiar.
Llamaría Filofobia a ese terror tan grande, a ese miedo insuperable por este gran sentimiento, que salva vidas, pero también las destruye.
Despu
A veces hay un momento donde la ira te supera, dónde te domina a niveles inimaginables e increíbles, simplemente ya no controlas tu cuerpo y así era como yo me sentía. Mi cuerpo se movió por sí solo, tome el arma que siempre escondía en la parte trasera de mi pantalón y le disparé en la pierna al maldito que había lastimado a mi hermana, todo ocurrió demasiado rápido como para que alguno de ellos pudiera reaccionar, tal vez demasiado sorprendidos por mi presencia, de igual forma no me importaba. Me sentía como si estuviera viendo todo desde una perspectiva diferente, era extraño, todos mis movimientos tan calculados como siempre, sabiendo que él debería de tener al menos una navaja y un arma encima, teniendo la certeza de que al estar en casa mi padre estaba desarmado, mi siguiente movimiento fue apuntarle al cráneo, sin vacilación, sin ningún sentimiento de por medio, era como si la ira hubiese dormido toda mi capacidad de sentir y ahora solo fuera un
En algún punto de ese momento yo dejé de estar ahí, fue como si estuviera en un profundo océano flotando, todo estaba tranquilo, vacío… Fue como dejar de sentir, rodeada de agua en las profundidades del mar. El océano siempre me había calmado, me sentía como en casa, era tan inmenso y hermoso que hacía que mis problemas se vieran pequeños,cuando estaba frente del inmenso mar azul sentia que podia hacer cualquier cosa, que yo podía volverme tan infinita como el, tan fuerte e indomable como el mar, pero también me daba paz. Pero este océano era diferente, no habían peces, algas o corales, solo era el agua y yo, en algún punto de mi sub conciente yo sabía lo que ocurría, lo que ese hombre me estaba haciendo, pero no quería estar ahí, así que me quede encerrada, en el mar que tanto amaba. En la gran inmensidad de ese océano logré ver una silueta, se iba acercando cada vez más a mí y mientras más se acercaba yo podía captar que
En casa no hablamos del trabajo de mamá, cuando era niña no podía entender porque se iba todas las noches con esa ropa tan pequeña y diferente a la que usaba durante el día, ¿Acaso no tenía frío? Esa clase de dudas estúpidas solía tener a la edad de 5 años, pero eso fue hace mucho tiempo, hoy podía entender que mi mamá debía usar esa ropa para atraer a los hombres, usaba ese maquillaje para tapar sus pequeñas arrugas y llegar muy tarde en la madrugada sintiendo asco de las manos que la tocaron esa noche. A veces apestando a un alcohol barato y sintiendo asco de sí misma. Pero yo no le tenía asco, trabaja todos los días vendiéndose a sí misma porque es lo único que sabe hacer, porque desde niña le dijeron que buscara un marido rico que se encargará de ella, no estudió, nunca se preparó para sobrevivir al mundo real, mi madre quien se casó a sus 18 años con un hombre mayor y divorciado pensando que tendría la vida resuelta no espero nunca vivir u
¿Saben? A veces me preguntaba por qué estaba vivo, ¿Con qué objetivo vivir en un mundo donde no le importaba a nadie? Estaba rodeado de personas que me utilizaban a su antojo y francamente si yo muriera algún día... No les importaría, todos los días me obligaban a ir a esos sitios para envenenar a aquellos lo suficientemente estúpidos o curiosos para comprar la mercancía que yo les ofrecía. ¿Para qué estaba vivo? Y como cada vez que me hacía esa pregunta, la recordé a ella, la única persona que se preocupaba por mí, la única que lloraría o sufriría si un día los latidos de mi corazón se detuvieran, si un día yo dejara de existir. En un mundo donde mi madre me ignora y mi padre me usa como su esclavo, donde estoy en las calles todos los días, lidiando con traficantes, llevando siempre un arma conmigo y sabiendo que puedo llegar el momento en el que no pueda volver a casa. En un mundo donde mi vida peligra a cada instante.
Si hay algo de lo que yo estaba segura era de que podía contar con mi hermano, hace años que yo comprendí que éramos él y yo contra el mundo, que nada de lo que yo hiciera iba a complacer a mi padre, no lo harían mis notas perfectas, o la posibilidad de tener una beca, entendí que ninguna de mis acciones haría que mi madre recuperará el brillo en su mirada. No me mal entiendan, mi familia nunca me ha puesto una mano encima, jamás me han golpeado... Pero suelo tener el sentimiento recurrente de que no lo hacen porque no les importo, porque para ellos yo simplemente no existo. Pero esta bien, Ethan estaba conmigo, cuando las pesadillas perturban mis sueños, cuando alguno de mis compañeros me molestaba, incluso cuando tuve mi primer periodo quien estaba ahí para mí fue siempre él, mi hermano era la persona más increíble que yo hubiera conocido en mis 13 años de vida, era fuerte, inteligente y astuto. A veces sentía que él podía hacer lo que fuera
Lo primero que note fue el olor a sangre y la textura de la misma escurriendo por mis manos, cayendo en pequeñas gotas sobre el concreto, una a una, como una sinfonía, cuando abrí mis ojos estaba en un cuarto grande y blanco, parecía casi infinito, frente a mi estaba ese hombre al que yo le había quitado la vida a sangre fría. Su cara estaba tan destruida... Hubo algo en esa visión que de verdad me asustó... Y fue que no sentí culpa en absoluto, ahí estaban los restos de ese hombre que yo mismo asesine, su rostro irreconocible y mis manos llenas de su sangre, pero no yo sentía nada más que satisfacción de haber acabado con esa escoria... Y por primera vez en el mundo realmente entendí lo que era capaz de hacer, entendí que podía matar a sangre fría con mis propias manos sin sentir culpa o dolor. Y eso fue lo que realmente me asustó. Llevé mis manos llenas de sangre a mi rostro, realmente horrorizado por lo que podía hace