Mina estaba entre llamadas, y programando todo lo que estaba por venir.— Sí los primeros colores… la combinación es muy agradable a la vista… le queda al fondo de la imagen… si así es…Mina se encontraba en su habitación, pero de un momento a otro le dolió más fuerte el estómago se había mantenido con él inquieto, tenía días que no se sentía bien pero el tiempo era clave no podía perderlo en ese tipo de cosas, ella trató de controlar el dolor comenzando a caminar de un lado a otro, la llamada se estaba alargando más de lo que ella tenía pensado.Hasta que una arcada llegó con demasiada fuerza y cortó la llamada:— Bueno cualquier cosa me avisas. — No esperó a que terminaran de despedirse del otro lado de la línea y colgó, corriendo inmediatamente después de eso al baño.Mina comenzó a vomitar todo lo que había comido ese día, arcada tras arcada le dolía más la garganta, hasta que por fin se detuvo ese impulso de expulsar lo que tenía en su interior y poder descansar.— Creo que no
Aranza estaba cansada, tenía días que había estado la totalidad del tiempo en la habitación de la niña, aunque cuando entraba la nana ella se hacia la dormida, estaba cansada y sucia, muy sucia. Como medida de protesta por la falta de confianza de Gabriel, no había querido salir o asearse, para así evitar todo lo posible el contacto con él. La puerta sonó, Aranza corrió a acurrucarse en un sillón que era para arrullar a Gabriela, lo bueno que era reclinable, ya que lo hacía más cómodo. Sin esperar respuesta Gabriel entró, alerta y con cuidado al mismo tiempo. — Cariño— Dijo suavemente— Recuerdo que diste esta fecha sería el lanzamiento de tu entrevista. Aranza se puso alerta, no sabía cuánto tiempo había pasado ahí metida, tan concentrada en mantener su postura de indignación y tristeza que se había olvidado de algo realmente importante, su entrevista. Respiró profundo y contó hasta cincuenta, considerando suficiente tiempo para que Gabriel creyera que estaba desinteresada, o mí
Aranza estaba consumiéndose en su propia furia, absolutamente todo estaba en esas páginas, su relación con Samuel, fotografías con la cigüeña, en el intercambio de efectivo con alguien desconocido, (que era Eve pero ella no la identifico ya que estaba la cara censurada). Todas sus mentiras, incluso todos los delitos que había cometido en el pasado, todos los idiotas que había creído en los cuentos de hadas y después se quejaron por no tener su final feliz, idiot*s eso eran unos reverendos idiot*s, si los había estafado era porque ellos así lo habían querido, estaba todo antes incluso de llegar a la vida de Romina, explicaban cómo ella había organizado la desaparición, secuestro y compra—venta de una bebé recién nacida, y que la había hecho pasar por su hija. — ¡AAhhhh! — gritó desesperada, no había nada que pudiera hacer para detener todo eso. Todo le dio más rabia porque entre todas las acusaciones estaba ella con una sonrisa, en las fotografías que parecían burlarse de ella, eng
— Sé que tu planeaste lo de mi aparición en el hotel— al decir cada frase Mina le jalaba el brazo a Aranza cosa que le provocaba un dolor intenso y electrizante, haciéndola gritar de agonía— Sé que te reíste de mi dolor por estar sola y abandonada, cosa que tú habías provocado— otro jalón en el brazo—Sé que te robaste a mi hija el día de su nacimiento— Otro jalón en el brazo— y sé que lo único que motiva tu asquerosa vida es llegar a ser la mitad de lo que soy.Mina estaba fuera de sí misma, todo lo que podía ver era como una especie de película eran todos los momentos en los que había confiado en ese alacrán que tenía inmovilizado en ese momento.— Ahhh—Aranza se esforzaba por no gritar, no quería darle el gusto de verla de esa manera pero era demasiado dolor como para no hacerlo.— No hice nada de eso.— Por favor si quieres te regreso la revista, maldit*, para que revises cada una de las cosas que están ahí y las recuerdes, todo tiene pruebas y algunos de esos delitos no han pres
Aranza estaba desesperada, no permitiría que Romina le quitara a su hija, había luchado demasiado tiempo para tenerla con ella. Iba a alta velocidad en el auto, el primero que había encontrado en la cochera, no había pensado que era tan difícil conducir con un bebé llorando a todo pulmón.— Gabriela— Le decía Aranza desesperada— no llores, ellos no podrán separarnos, tú y yo estaremos juntas para siempre, recuerda que me prometiste que jamás me dejarías sola, ¿Lo recuerdas?Entre tanta locura Aranza estaba confundiendo sus anhelos con la realidad, cada vez estaba más inmersa en su propia realidad, en su propia fantasía.Llegó al centro de la ciudad, pero se encontró rodeada de tráfico, en ese momento se dio cuenta.—Nos podrán encontrar Gabrielita— El auto que había agarrado era uno de lujo demasiado caro como para pasar desapercibido. — éste auto nos pone en la atención de todos.Cosa que era verdad, todos quienes pasaban por un lado del auto de lujo atorado en el tráfico se fijaban
Todos estaban en silencio total, el tiempo corría y las opciones se terminaban, Aranza en este momento podría estar haciendo cualquier cosa como tipo de venganza para hacer que Mina no se pudiera recuperar jamás. Ella se había llevado su bien más preciado. En ese momento don Roberto apareció por la puerta furioso con su hijo ¿cómo era posible que él se enterara de todas las barbaridades que “su amada esposa” había hecho? Por una revista al mismo tiempo que medio mundo, cosas que ella hizo tanto en el pasado cercano como en su otra vida, porque todas las atrocidades que tenían algunos años seguramente las quería tener enterradas en el patio trasero. Roberto no iba a permitir ni un día más que esa mujer viviera debajo del cobijo de un Osuna, él tenía principios y uno de ellos era: jamás solapar delitos o aberraciones, y esa mujer las había cometido absolutamente todas. Pero al ver a todos completamente en silencio, se detuvo instantáneamente, parecía que había una masacre llevándose
Mina tenía el corazón en la mano, habían llegado al lugar en el momento justo en el cual Aranza se acercaba al barranco, ella caminó todo lo que pudo para acercarse hasta que Aranza se volteó en seco avisándola que ya la había notado ahí. Aunque Romina quería pensar que todo lo que le estaba pasando a Aranza no le dolía, realmente era una mentira, esa mujer que tanto daño le había hecho, había sido su única amiga, el único ser humano que por años la escuchó y la comprendió, la única persona que la hizo sentir amada, comprendida, escuchada, el único hombro en el cual llorar todas y cada una de las humillaciones que había recibido a lo largo de su vida, de parte de todos los demás, padre, madrastra, hermano esposo. Aranza había sido su único lazo con lo que podría parecer vagamente una amistad y por eso a pesar de todo el daño que le había hecho, la quería. Aranza estaba fuera de sí misma, su rostro era de una persona que no tenía conexión con la realidad, su sonrisa era exagerada, s
El atardecer baña a todos con una luz con tonos naranjas, y Gabriel emocionado toma a su pequeña hija en brazos y Mina lo deja no quiere interrumpirlo al tratar de tranquilizar su miedo de casi perderla, todos son testigos de la forma en que Gabriel besa y carga a la pequeña niña, con lágrimas inundando sus mejillas.Aunque era una imagen enternecedora, nadie bajó la guardia ya se la habían robado una vez y acababan de recuperarla, milagrosamente, como para distraerse con sentimentalismos.Emir y Loyola estaban haciendo seguimiento de cada uno de los movimientos de Gabriel.—Vámonos pequeña— Gabriel le susurró a su hija tranquilamente.Una mano lo detuvo al querer alejarse de las personas que estaban a su alrededor.— Gabriel, la niña se va con nosotros— Emir lo dijo de manera tranquila y nada amenazante pero con tono firme, entendía que con la adrenalina aun corriendo entre sus venas, podría considerar que todo se había reiniciado, grave error de su parte.— Pero no puede ser—La mir