Tras haber llamado a tres hospitales de seguido, Adelaida al fin decidió dejar a Roberto en paz. Juzgó que se sentiría más calmado si no lo atosigaba a cada rato con su exigencia a punta de pistola. Comenzó a deambular por las caóticas calles de Sao Paulo, mientras se reía a carcajadas como bruja en celo, llamando la atención de algunos transeúntes que pasaban por los alrededores. En un momento, entró por un pasillo y sacó su pistola de juguete, mirándola con mucha determinación. Luego, se dijo: - ¿De verdad ese Roberto era tan estúpido? Si hubiese llevado un arma de verdad, las alarmas de su empresa no dejarían de sonar. Se ve que solo piensa con el pene y la cabeza la tiene llena de aire, je je je. Volvió a guardar su pistola de juguete y se dirigió a una plaza. Tenía mucho en qué pensar y, una de ellas, era en cómo iba a restablecer su vida. Le dieron un certificado en el hospital psiquiátrico, el cual podía presentarlo en alguna agencia de reclutamiento para conseguir trabajo
Y así llegó el día de la reunión anticipada. Todos los CEOs de la Asociación estaban impactados por lo que Adelaida le hizo a Roberto. Pero lo que más les intrigaba era que hubiese aparecido de pronto, tras casi un año de estar en paradero desconocido. Esta vez, ninguna de las sumisas asistió. Richard también se encontraba ahí, debido a que quiso ir para averiguar si en verdad Adelaida y Macarena no tenían conexión alguna, aunque Macarena le aseguró que ni siquiera sabía bien quién era Adelaida. - Mi esposa me abandonó y ahora me pide el divorcio – lamentó Roberto – y lo peor, quiere una “indemnización” por los “daños” ocasionados. ¡Pero si nunca la falté al respeto! No entiendo cuál es la lógica de las mujeres. - Si no fueses tan mujeriego, estas cosas no te estarían pasando – le dijo Richard, quien en el fondo se alegraba por la tragedia que sufría su rival. Roberto lo fulminó con la mirada. De inmediato, un colega intervino, extendió sus dos brazos hacia los costados a modo de
“Y si vamos a cenar esta noche? “¡Por supuesto, cariño!” Roberto y su esposa se mensajearon para organizar una cita romántica en un hermoso restaurante de lujo situado a orillas del mar. Pero lo que no sabía el malvado CEO era que Adelaida se hizo pasar por su mujer para tenderle una trampa. Como estaba muy ocupado, pensaron que lo mejor era encontrarse directo en el restaurante y no hacer una mega vuelta para ir a buscarla por casa. Aun así, Roberto se sentía emocionado y se alegraba de que, a pesar de los problemas, todavía tenía a alguien que lo amaba sin condiciones. “Cuando llegue el día del juicio, mi esposa me respaldará”, pensó Roberto, mientras se metía en su coche para ir al restaurante. “Dirá a todos que nunca la forcé a nada, que todo es consentido y que siempre la respeté y la amé. Sí, odio admitirlo, pero mi padre tiene razón: estar casado tiene bastantes ventajas” Cuando llegó, fue recibido por un recepcionista vestido de traje y corbata color rojo oscuro. Éste in
La cabeza de Roberto ladeó a un costado tras el puñetazo que le propinó Richard. Pero, al contrario que con Macarena, no consiguió derribarlo por los suelos. En eso sonrió con burla y dijo:- Es una pena que hayas despechado a esa mujer. ¡Ella te habría defendido sin dudarlo! Y ahora estás completamente solo. Y por eso…Se interrumpió porque, al instante, le dio una trompada a Richard, consiguiendo elevarlo varios metros al aire y tumbarlo por el suelo.El pequeño CEO se levantó y, mientras sus ojos se enrojecían por la ira, dijo:- ¡Me harté de ser el hazmerreir de la Asociación! ¡Me cansé de que Macarena se aprovechara de mí mientras me metía los cuernos a mis espaldas! ¡Y estoy harto de que quieras sacarme a mis empleadas para arruinar a mi empresa! Pero todo eso se acabó, Roberto. Y esta vez… ¡Seré yo quien te mande al infierno de donde nunca debiste salir! ¡Muere!Richard corrió y, a puño cerrado, le dio un fuerte golpe en el estómago. Roberto se quedó impactado y sintió que, poc
Macarena llegó a la reunión nocturna junto a su guardaespaldas Danilo. Por supuesto, ella no estaba para nada enterada de lo que sucedió en Las Vegas, dado que estaba más concentrada en cerrar acuerdos comerciales con futuros socios corporativos que en lo que hacía su ex y detractores. - Espérame afuera – le indicó Macarena a Danilo – te avisaré si surge algo. - Como diga, señora – respondió su guardaespaldas. En cuanto durara la reunión, Danilo decidió mirar videos publicados en sus redes sociales porque se estaba matando de aburrimiento. Su clienta era bastante amable con él y pensaba que era bonita y elegante. Sin embargo, le enseñaron que no debía mantener relaciones afectivas con sus clientes o interferiría en su rol de protector y guardián. - Mi oficio es muy peligroso – se dijo Danilo, mientras veía videos – Y, por eso, prefiero mantener la distancia. Pero la señora Macarena tiene un… no sé qué, que me atrae. O quizás estoy así solo porque fue
Sonia estaba cuidando de Richard, quien se encontraba muy malherido por las palizas que se dio con Roberto dentro del torbellino. Y es que en verdad creía que la pelea fue por su causa por lo que consideró que, por más que su esposo la estaba engañando con otra, en realidad la amaba a ella.“Quizás solo estaba frustrado por no hacerlo más conmigo”, se dijo Sonia, como autoconvencimiento. “En ese caso, le propondré que salgamos en una segunda luna de miel cuando se recupere. ¡Sí! ¡Hay que recuperar el tiempo perdido!”Salió del consultorio para traer provisiones. Y mientras regresaba, un Roberto salvaje le bloqueó el paso de la entrada y le dijo:- Dime la verdad, Sonia. ¿Realmente ese bebé que tienes es de Richard? Porque yo lo conozco muy bien y sé que él es estéril.- No sé de dónde sacaste eso &ndash
Mientras esperaba a Adelaida, Roberto comenzó a interactuar con el bebé. Al principio solo atendía que estuviese bien pero, en un momento, el niño se aferró a su dedo índice y le sonrió. Y solo con eso su piel se erizó.Ese niño le hizo tener diferentes sentimientos que nunca antes creyó que tendría. Por un instante recordó a su hijo y lamentó haber sido lo suficientemente basura como para fingir su muerte y dejar a Adelaida y al bebé a la deriva. Pero, también, le intrigaba saber a quién le robó Sonia el niño, preguntándose si la madre no lo estaría buscando con desesperación y dándose golpes en el pecho por permitir que se lo robaran de forma desconsiderada.En un momento, el bebé comenzó a llorar. Roberto, de inmediato, lo alzó en brazos y se calmó. Más adelante, sintió que
Adelaida llegó y, apenas vio al bebé, lo alzó y lo abrazó mientras comenzaba a llorar de la alegría. El niño ya estaba bastante grande y, aun así, logró reconocer a su verdadera mamá y extendió sus brazos hacia ella.Roberto, por su parte, se sintió extrañamente conmovido por aquella escena. Y es que, durante todo ese tiempo, había renegado de Adelaida. Pero, al verla tan feliz con un niño que él creía que no era suyo, pensó que no sería una mala idea el de formar juntos una familia.El problema era que sus padres no aceptarían la relación y Adelaida estaba fuera de sus cabales, por lo que tenía que usar sus mejores jugadas para volver a controlarla.Es así que se acercó a ella y le dijo:- Bien. Ya tienes al bebé. Pero eso no significará que te dejaré ir, así como así. Arruinaste mi matrimonio, ¿recuerdas? Por lo que deberás transitar por un largo camino de espinas para liberarte de mí.- ¿Qué planeas hacerme? – preguntó Adelaida, frunciendo el ceño y poniéndose a la defensiva.- Eso